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El Mostrador / Lo dicho por el canciller respecto a volver al mundo privado terminado el gobierno, evidencia su cansancio. El ministro se ha distanciado...

El Mostrador / Lo dicho por el canciller respecto a volver al mundo privado terminado el gobierno, evidencia su cansancio. El ministro se ha distanciado del Presidente Piñera, quien se dio cuenta de que la tesis de las “cuerdas separadas” —de la que es ferviente partidario Moreno—, solamente ha beneficiado a Perú. De hecho, así se lo hizo ver el Jefe de Estado al canciller antes de que partiera a Holanda, el miércoles de la semana pasada.

La semana pasada, primera de los alegatos, tuvo de dulce y agraz para Chile y Perú. Pero, en particular, fue de agraz para el jefe de la diplomacia chilena, el canciller Alfredo Moreno, quien el domingo en una entrevista en TVN dio luces sobre los sentimientos internos que alberga este hombre de negocios.

“¿Usted seguiría trabajando en el sector público con Allamand o con Golborne?”, le preguntó el periodista. Y el ministro respondió: “No, mire yo hoy día estoy trabajando con el Presidente Piñera, yo creo que nos queda muchísimo trabajo por hacer. Valoro enormemente a las personas que quieren entrar en la política y hacer un servicio en esa materia….yo pienso que en este momento, mi trabajo y mi energía tiene que estar en terminar el trabajo que me han encargado. Mientras el Presidente estime que le sirvo seguiré haciéndolo hasta que él determine lo contrario. Yo antes no estaba en la política… Mi actividad está en otra materia y por lo tanto terminado el tiempo, que puede ser al final del período, depende del Presidente, volveré a mis actividades”.

Lo dicho por Moreno evidencia su cansancio. El ministro se ha distanciado del Presidente Piñera, quien se dio cuenta de que la tesis de las “cuerdas separadas” —de la que es ferviente partidario Moreno—, solamente ha beneficiado a Perú. De hecho, así se lo hizo ver el Jefe de Estado al canciller antes de que partiera a Holanda, el miércoles de la semana pasada.

Alfredo Moreno tuvo largas reuniones —a puertas cerradas— con Piñera, en las cuales el Presidente fue tajante en señalar que esta vez había que ser un poco más duros con Perú, dado el tenor de los argumentos y el tono usado por los representantes incaicos en los alegatos iniciales. Para Piñera era necesario hacer una inflexión y que no pareciera una defensa sin carácter, porque el juicio además de jurídico tenía un fuerte componente político, lo que no comparte Moreno.

Comentan, en círculos internos del entorno presidencial, que Piñera está molesto con la forma en que se ha enfrentando el tema, pues a él le gustaría ser un poco más firme, pero los “asesores” proponen bajarle el perfil y mantener una política comunicacional que no alarme a la población.

“Queremos que el país funcione tan bien como para el conflicto con Argentina en 1978”, señalan en Palacio, sin recordar claramente el contexto histórico en que se dio ese conflicto. Chile bajo una dictadura militar, tenía el control absoluto de los medios de comunicación, además no existía la tecnología que permite “el aquí y ahora en directo”, lo que hace poco posible ese férreo control estatal que desplegó el régimen de Pinochet para mantener tranquila a la población y no “asustarla” con los aires de guerra que podría explotar una prensa sin control. Tal como lo dijo la directora de la consultora MORI, Marta Lagos, “si no existiese La Haya, estaríamos en guerra con Perú”. Este tipo de comentarios son los que preocupan a La Moneda y, en especial, al Canciller Moreno que ve peligrar la inversión y el empuje empresarial a ambos lados de la frontera.

El gobierno ha movido todos los hilos para mantener bajo control a los medios de comunicación. Han sido muchas las reuniones con los máximos directivos de los principales consorcios periodísticos del país a los que les ha pedido mesura, control y no levantar nacionalismos innecesarios. La idea —comentan algunos de estos directivos que han estado en estas reuniones-desayuno— es que el clima sea lo menos caliente posible, cosa que si Chile pierde, el impacto no sea tan brutal.

Sin embargo, no hay homogeneidad en el oficialismo respecto a esa línea. Algunos duros de la UDI están presionando para que se muestre un poco más de energía y “patriotismo” a la hora del discurso oficial. Hay ratos —comentan algunos parlamentarios UDI— que pareciera que la demanda peruana es casi un acuerdo más.

Moreno se ha defendido de las críticas definiendo a la Cancillería como “un sistema de coordinación”, o sea un ente técnico y no político. Asimismo explica que “la Cancillería, en Chile, corresponde a las relaciones internacionales y también al Ministerio de Comercio, por lo tanto todo lo que son acuerdos internacionales en materia de comercio…”.

En TVN Moreno también reconoció —casi por primera vez y de manera pública— que “el fallo es un momento difícil (para Chile y Perú)” y agregó que “estamos poniendo toda nuestra energía para ganar esto”. Moreno, fiel a su fe en la diplomacia financiera, en todo momento destacó el buen nivel de las relaciones y del intercambio comercial e inversiones en el vecino país. Esta actitud más bien conciliadora y de que “aquí no ha pasado nada con Perú” pareciera que le está pasando la primera cuenta: esta semana no viajó a Holanda a encabezar a la delegación chilena en la última sesión de alegatos.

PERÚ: RECUPERAR ARICA PARA EL 2050

Perú ha obtenido importantes triunfos político-estratégicos hasta el comienzo de los alegatos en La Haya: logró neutralizar al aliado histórico de Chile, Ecuador; consiguió gestos de apoyo de Argentina y Brasil y se desentendió absolutamente de la cuestión boliviana quedando como un problema entre La Paz y Santiago. Aunque el otro paso, totalmente desconocido para Chile, es la estrategia que está desarrollando para potenciar la zona de Tacna. No por casualidad, informes reservados del entorno presidencial peruano señalan que Lima debe tener todo listo para poder recuperar Arica de manera pacífica  por la vía de una negociación hacia el 2050, y para ello es fundamental contar con desarrollo e infraestructura completa en Tacna, plataforma natural y necesaria para la expansión al sur de la “Línea de la Concordia”. Esta, además, sería la verdadera razón del por qué Lima se ha desentendido de Bolivia y ha dado marcha atrás a todas las promesas hechas a Evo Morales por Alan García.

 EL OLFATO DE PIÑERA

Todo este complejo panorama podría cambiar de forma radical para Chile y, fundamentalmente, para Piñera. El Presidente, dicen, pareciera que ha “olfateado” una oportunidad única para poder pasar a la historia como todo un jefe de Estado. Esta idea no estaba en los planes iniciales del Presidente, pero los últimos días habría vislumbrado que la gente quiere ver a un jefe de Estado empoderado, en el mejor estilo Lagos cuando paró en seco al Presidente de Bolivia, Carlos Meza, en la Cumbre de Monterrey, México, realizada el 2005.

Esta sería la razón de las salidas de libreto que tuvo la semana pasada el Presidente, cuando Perú y Chile argumentaron por primera vez jurídica y políticamente ante los 16 jueces que conforman la máxima instancia judicial del mundo. “La posición chilena respecto de los límites marítimos con Perú es sólida y contundente, así ha quedado respaldado en los firmes alegatos y exposiciones hechas por nuestro agente y nuestros abogados en La Haya… Este gobierno, este Presidente y todo el país sabremos defender con toda la fuerza de la unidad nacional, del derecho internacional y de los tratados vigentes, nuestros mares y nuestra soberanía“, señaló el mandatario.

El mensaje oculto de estas salidas de libreto tendría su génesis en las instrucciones que Piñera le dio a su canciller, Alfredo Moreno, para que en La Haya las exposiciones fueran claras y que se marcara el sentimiento chileno. Piñera quería que el tono cordial y de que todo es absolutamente normal con Lima, cambiara.

En esta línea, no es una gira más la que realizó esta semana Piñera al norte de Chile. El Presidente quiere dar señales claras y contundentes a las regiones vecinas y cercanas —en distancia— a Perú. Aunque no hay nada oficial al respecto, el jefe de Estado podría impulsar una  rápida y efectista política de desarrollo para las regiones fronterizas de Arica y Parinacota e incluso, podría hacer lo mismo, al final de su mandato, con las regiones de Aysén y Magallanes, que siempre han estado al filo de la tranquilidad fronteriza con Argentina, que en cualquier momento podría reactivar los temas pendientes, más aún cuando la estabilidad del gobierno de Cristina Fernández pasa por uno de sus peores momentos.

Si Piñera ha logrado detectar esta potencial oportunidad que le da La Haya —sostiene un asesor cercano al Presidente— podría pasar a la historia efectivamente como un estadista. Con todo, para ello debe tomar resoluciones rápidas y concretas que signifiquen dar impulso real a Arica y otras ciudades de la zona fronteriza, zonas que por años han vivido con promesas de reactivación y de estatutos especiales que funcionen. Si lo hace, claramente será un paso estratégico-político de enorme relevancia dado el momento que se vive con los vecinos. De paso, podría tener repercusiones en la contienda presidencial encaminándose a la fase final de su mandato como un “Presidente querido” por su pueblo.

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