Eduardo Carrión, Jach’a Tata Magisterial
Opinión y Comentarios 19 diciembre, 2012 Edición Cero
Guillermo Jorquera Morales, ex Director del TIUN – TENOR
Es sorprendente la voluntad que tiene don Eduardo Carrión Rivera, para rescatar y valorar la identidad tradicional de la Región, profesor ya jubilado, es el Director del Conjunto Folclórico del Magisterio de Iquique que se fundó el año 1959. La agrupación que sólo se dedica a poner en valor las costumbres, los bailes, la música y las tradiciones de Tarapacá.
Sus trabajos tienen la característica de ser presentados al público en la forma más pura y cercana al hecho tradicional vigente que han investigado, entre ellos ceremonias y fiestas de la costa, la pampa salitrera, de la pre-cordillera, cordillera y del altiplano, todos los niveles geográficos de nuestra región. Trabajo que no quedará en el olvido, porque como buenos maestros se han preocupado de encantar y capacitar a jóvenes, que poco a poco han ido tomando el testimonio de sus sabias enseñanzas.
En esta fecha, navidad, mantienen la tradición pampina, que heredó el Puerto por la inmigración del hombre de la pampa hacia la costa, el Baile de los Pastorcitos, sin tener un espacio definido para la muestra, sino que visitan todos los hogares en donde se conserva la costumbre de armar un nacimiento -pesebre- del tamaño de la antigua Sala de una casa pampina, para bailarle y cantarle al niño Manuelito. Misma forma como lo hacían en las oficinas salitreras y en los pueblos del interior de la Región Tarapacá.
Este baile de pastorcitos de Navidad tiene una raíz folclórica aymara y mestiza, entonces es más que probable que haya bajado desde las quebradas a las oficinas salitreras y desde allí hasta la costa, sin embargo no hace mucho, año 2011, la Universidad del Mar realizó un seminario sobre la música autóctona y allí escuché a una exponente extranjera comentar que esta manifestación tiene origen africano y que los afrodescendiente de la antigua región de Tarapacá, la habrían traído o creado como su propia expresión para cantarla y bailarla, ella lo llamaba el “Baile de los negritos”, por eso se hace tan presente en la celebración de la Pascua de los Negros en La Tirana, cada 6 de Enero.
También he escuchado que las letras de algunas de sus canciones – “Buenas noches Manuelito/ buenas noches su merced/ ya llegan tus indiecitos/ de rodillas a tus pies/ Ya tocan la campanilla/ya nos llaman a rezar/con la susto y con la miedo no me puedo persignar” – son más bien reflejos de sentimientos de los esclavos africanos que trajeron a trabajar, en tiempos de La Colonia, en las plantaciones de caña y algodón del valle de Azapa en Arica.
Algo de cierto habrá en esta información, puesto que otro de los versos de este cantar, titulado “Los Negros”, obtenido de una libreta de cantos de un baile de pastores de Pica, en la década del 70, dice: “Todos los negros contentos venimos a festejar/a su niño tan poderoso que nos viene a libertar”. Es un tema que apasiona y que seguramente el conjunto de don Eduardo habrá ya investigado en los lugares donde “se produce el hecho”, como ellos señalan como misión.
Si Ud. quiere celebrar la natividad como tal y escuchar los cantos y ver los bailes de tan larga data y que aún están vigentes, guíese por el sonido del acordeón, de los bombos y cajas y si allí hay un pesebre familiar, seguro que a ese lugar llegará el Conjunto Folclórico del Magisterio a cantarle y bailarle al niño recién nacido: Arrurrú mi niño/arrurú sin par/ojos de luceros/boquita de coral.
Este año iniciaran su recorrido el 26 de Diciembre a las 21 horas, en el salón de actos de la ex Escuela N° 4 de Iquique, (Plácido Villarroel), hogar de estos hombres y mujeres del magisterio que han dedicado sus pocas horas libres, muchos de ellos ya jubilados, para investigar, rescatar y difundir el cómo somos en Tarapaka, para ello han paseado nuestra identidad tarapaqueña por todo el país.
El Conjunto Folclórico del Magisterio mantiene esta tradición desde hace muchos años, sin embargo su quehacer pasa, año a año, como si fuera una actividad más de la cotidiana vida de la ciudad, no hay cámaras, no hay reportajes, no hay reconocimiento, que por cierto no buscan, ellos sólo siguen trabajando guiados por sus espíritus de maestros de escuelas e inspirados por su Jach’a Tata, el Maestro Eduardo Carrión y su mujer, la Juanita Maldonado.