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En medio de una iglesia Diocesana que aún no se repone de la crisis vivida en los últimos meses, el administrador apostólico, monseñor Pablo... Administrador apostólico envió mensaje navideño a la Diócesis de Iquique

En medio de una iglesia Diocesana que aún no se repone de la crisis vivida en los últimos meses, el administrador apostólico, monseñor Pablo Lizama, entregó un mensaje navideño, donde recalca los  valores en función de la familia, y la sobriedad en la celebración navideña.

El Mensaje de monseñor Lizama es el siguiente:

Queridas hermanas y hermanos

Hay tantas cosas que nos distraen en tiempos de Navidad, como todos los trabajos que toman una dimensión de velocidad importante y la Navidad va quedando atrás. Hay un comercio muy fuerte que nos va quitando la Navidad, que va sacando al niño Jesús de su pesebre y va poniendo un viejo pascuero.

Es por eso que quiero dirigirme a ustedes para decirles que la Navidad trae valores tan importantes para la familia y cada persona, que no la podemos dejar pasar. Por eso quiero llegar a ustedes, mirar sus conciencias y animarlos a esperar el único regalo, más grande, mayor que Dios nos hace, que es enviarnos a su hijo Jesucristo siendo uno como nosotros. Y eso es lo que cuesta mucho entender.  Primera vez, es inédito, de que un Dios se quiera hacer uno de nosotros, que se presente tan desvalido. Preferimos a un Dios potente que esté del lado de las necesidades mías y las haga realidad.

Pero Dios tiene esta pedagogía, tiene esta manera de acercarse a nosotros. Tiene esta manera que la vemos de un pesebre, de gente sencilla que está al lado de él y eso tiene que hacernos pensar a cada uno de nosotros.

Quisiera ayudarlos a que en estas horas en que se presenta la imagen de la Virgen María esperando a Jesús, sea también para nosotros la gran imagen de nuestra vida, de que esperamos a Jesús, a un Señor salvador. Esperamos a alguien que desde afuera nos muestra su amor y nos lleva por caminos de paz, de comprensión, de ayuda unos por otros y solidaridad.

Los animo a mirar el pesebre, las figuras que hay allí: San José, la Virgen María, este niño desvalido, unos pastores, que eran gente muy sencilla y después los reyes magos que reconocen ej Jesús al salvador.

Queramos nosotros entrar en esta dinámica, de contemplar a Jesús, de sacar de este pesebre todas las enseñanzas que hay: de sobriedad frente a un gasto sin sentido en estos días, poder ver la unidad de la familiar de Belén. ¿Cuántos de nuestros familiares tienen que estar en distintas partes? Por trabajo o por viaje. Cómo no poder anhelar estar todos juntos, el poder perdonar las dificultades que hemos tenido en el año y poder adentrarnos en este camino a Belén hasta encontrar a Jesús.

Les deseo a todos los iquiqueños que puedan, en estas horas, centrarse en lo verdadero que es esperar a Jesús, nuestro Señor único salvador, a esperarlo como niños desvalidos. Que sea una hermosa preparación para Navidad. 

 

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