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El Ciudadano/ Raúl Vergara, ex capitán de la Fach y subsecretario del área en el gobierno de Michelle Bachelet, dijo en entrevista que las... Militares frente a Asamblea Constituyente y nueva institucionalidad

El Ciudadano/ Raúl Vergara, ex capitán de la Fach y subsecretario del área en el gobierno de Michelle Bachelet, dijo en entrevista que las Fuerzas Armadas no pueden actuar con sentido corporativo frente a un proyecto de nueva institucionalidad, aunque como ciudadanos cada militar seguramente tiene una opinión al respecto.

-Jocelyn-Holt y Joan Garcés dijeron que Salvador Allende tuvo la mayoría del apoyo de las Fuerzas Armadas. Si fue así, ¿cómo se rompió este respaldo? ¿Qué hicieron los sectores militares constitucionalistas para impedir el Golpe?

-No conozco la opinión de ambas personas sobre el tema ni tampoco la fuente de la misma. Mi opinión al respecto difiere de aquella. La elección del Presidente Allendeno generó una reacción particular en el grueso de las FF.AA. de la época, más bien prevaleció en la mayoría una actitud de prescindencia política. Si hubiera que cuantificar en términos de adhesión y rechazo, yo diría que la mayoría prescindente mencionada correspondía a algo así como el 80% y el resto podría asignarse con un 10% de adhesión manifiesta a la elección de Allende y el otro 10% con una actitud de rechazo. Esta suerte de neutralidad de las FF.AA. fue deteriorándose paulatinamente, al unísono con la beligerancia de la oposición. Los militares constitucionalistas veíamos con preocupación este deterioro, al constatar que desde el Gobierno no se tomaban medidas que pudieran neutralizarlo e incluso revertirlo. Pensábamos en tres líneas de acción: i) Explicar tempranamente a las instituciones de la Defensa el sentido social y económico de los cambios en marcha; ii) Involucrar a las FF.AA. en el proceso de cambio, a través de su participación en las actividades productivas y de apoyo a la población y iii) Desligar del mando a los cuadros desafectos.

La acción más extrema e inicial fue el asesinato del general Schneider, a raíz de un secuestro forzado [que realizó un comando de ultraderecha] tendiente a provocar una reacción adversa de las FF.AA.

-En documentos internos de la CIA reconocen que las FFAA chilenas fueron las más difíciles de infiltrar.

-Hay un reconocimiento generalizado del profesionalismo de las FF.AA. chilenas y de su prescindencia política en los años previos a la elección del Presidente Allende, cuestión que cambia a partir de los años 70. Tampoco había un “adoctrinamiento antisubversivo” generalizado, de allí que las posibles vías de infiltración de la CIA pudieron efectuarse vía los elementos más reaccionarios. El mencionado 10% inicialmente disidente.

-El general en retiro Juan Emilio Cheyre dijo que sería hora de que no solamente los militares pagaran los platos rotos del Golpe de Estado, que también lo hicieran los autores intelectuales, políticos y empresarios que golpearon las puertas de los regimientos.

-Concuerdo con el general Cheyre en cuanto a que la incitación al Golpe militar, su sustento político e ideológico y su pretendida proyección y sus beneficiarios económicos, corresponde a un particular sector político de nuestra sociedad, mismo que no ha dado cuenta de su responsabilidad en el quiebre de la institucionalidad nacional ni menos de sus dramáticas consecuencias sociales y humanas.

-La Escuela de las Américas, llamada hoy Fort Benning, fue denunciada en Estados Unidos por su producción de manuales en los cuales se instruía a Fuerzas Armadas y policiales de Latinoamérica, en actividades como tortura, infiltración, vejación de mujeres, soborno, cooptación de dirigentes sociales, de acuerdo con su doctrina de la Seguridad Interior del Estado. La mayoría de los Estados latinoamericanos no envían a sus FFAA a esa escuela. Sin embargo, los gobiernos de la Concertación continuaron enviando a policías y militares a dicho lugar de entrenamiento.

-En democracia no se puede culpar a las Fuerzas Armadas por acciones que se le atribuyan que puedan considerarse lesivas al interés nacional, a la ética y/o a las normas básicas de la convivencia nacional, pues ellas no son autónomas (o no deberían serlo) sino que obedecen a las autoridades políticas del sector. Son éstas las que deben cautelar -entre otras- la calidad de la formación de los cuadros militares y responder por ello.

-De las tesis del enemigo interno pasamos a una doctrina de cooperación militar internacional en contra del narcotráfico y el terrorismo, a tener hoy una cooperación militar ante eventuales desastres naturales. Ello ampara que las fuerzas militares estadounidenses se sigan infiltrando en territorio nacional, incluso con bases como la construida en Con-Con.

-La pregunta-tesis abarca varios aspectos bien distinguibles. Desde la perspectiva vecinal, sin lugar a dudas el camino correcto es el de la cooperación militar, orientada en dirección al paso superior que es la integración militar, en correlato con la integración política y económica. Ello tendiente a fortalecer tanto los aspectos de la defensa como de la seguridad del país así como de la región. Por otra parte enfrentamos -como país y como región- lo que se conoce como las nuevas amenazas, expresadas en el crimen organizado, el tráfico de drogas, armas, personas, etc. Si bien estas amenazas caen bajo la esfera de la seguridad y por lo tanto son temas estrictamente policiales, la sofisticación orgánica y técnica de los grupos delictivos -ahora internacionales- compromete marginalmente la participación de algunos elementos técnicos de la esfera militar. Y esto, por su carácter, debe ser cuidadosamente normado. Cosa distinta sería si nuestras FF.AA estuvieran “recibiendo directrices” que violaran nuestras leyes, cuestión que en última instancia sería una responsabilidad de las autoridades políticas del sector. En cuanto a la participación de las capacidades militares para la asistencia y mitigación de los desastres naturales, constituye una acción que es perfectamente compatible con la misión que el país les ha asignado.

-¿Cuál es el sentir al interior de las FF.AA respecto a la idea de profundizar nuestra truncada democracia por medio de una Nueva Constitución emanada de una Asamblea Constituyente?

-Sería pretencioso de mi parte opinar acerca del “sentir al interior” de las FF.AA sobre una eventual nueva Constitución. A éstas como institución militar no les corresponde “un sentir” al respecto. Sin dudas los miembros de éstas, en su calidad de ciudadanos, tienen una opinión sobre el tema.

-¿Qué rol le asignaría a las FFAA y policías en un proceso Constituyente y luego en su Constitución democrática emanada de su correspondiente Asamblea Constituyente?

-En el proceso de una eventual constituyente las FF.AA y de Orden, como tales, no tienen espacio alguno de participación. No hay participaciones corporativas. En cuanto al contenido de esa nueva Constitución, el poder constituyente deberá asignarles el rol que las enmarque en un régimen democrático y republicano, según surja del proceso.

Por Bruno Sommer Catalán 

El Ciudadano Nº134, octubre 2012

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