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Milena Bravo, Escritora Si yo fuera candidata a alcaldesa mi slogan sería: «Más cultura, menos basura». No llenaría la comuna de tanto cartel; con... Si yo fuera alcaldesa

Milena Bravo, Escritora

Si yo fuera candidata a alcaldesa mi slogan sería: «Más cultura, menos basura».
No llenaría la comuna de tanto cartel; con algunos dípticos expresando mis propuestas, bastaría.
No metería bulla, destrozándoles los tímpanos a las personas con tantos decibeles.
No ensuciaría las calles; ya hay bastante porquería desparramada.
No rallaría los muros, con los mal llamados grafitis, la contaminación visual basta y sobra.

Después de la campaña, ya siendo edil, no me convertiría en una reyezuela haciendo y deshaciendo a mi antojo. Como otros, que, antes de ayer construyeron, ayer demolieron y hoy vuelven a construir donde mismo. Me preocuparía porque las reparaciones fueran algo más permanentes, porque los materiales utilizados fueran durables, pues el dinero de todos, no debe despilfarrarse.
Sería una empleada más, porque los ciudadanos serían quienes pagarían mi sueldo.

Realizaría plebiscitos y encuestas para enterarme de las demandas e ideas de mis conciudadanos. Sé que me llevaría grandes sorpresas y sé que sería difícil dejar contentos a todos los habitantes de la zona con intereses tan disímiles. Deduzco que las solicitudes serían interminables: imaginarias y reales, urgentes, futuristas, factibles de llevar a cabo con poco presupuesto y también carísimas.

Viviría en terreno y dejaría la parte administrativa a funcionarios idóneos.

Entraría a las casas más pobres y analizaría si yo viviría allí, caminaría hasta por los andurriales en un recorrido relajado para evaluar que tan segura es mi comuna, me sentaría en los bancos de las plazas para saber si me siento cómoda.

Lo que me desagradaría es que mi municipio fuera sostenedor de colegios, preferiría que una Agencia Nacional se ocupara de la Educación Pública.

Solucionaría problemas de pasajes con doble vía, construiría lomos de toro, multaría a quienes arrojan sin la más mínima consideración desperdicios en la calle, me ocuparía en eliminar vertederos ilegales y en que se dé un correcto tratamiento a la basura, pondría énfasis en el reciclaje. Recogería a los perros y gatos para internarlos en corrales y esterilizarlos. Lamentablemente estas prácticas que parecen tan básicas, son quejas recurrentes de los vecinos a lo largo del país y se exhiben en los matinales de televisión.

Respecto de la Salud Pública, que sería mi prioridad, no tendría nada que estudiar, porque la conozco perfectamente y la he padecido. Lucharía con todas mis fuerzas para que los hospitales y consultorios atendieran las veinticuatro horas del día de todo el año en tres turnos. Haría hasta lo imposible buscando aliados en otros estamentos públicos y privados para que hubiese los suficientes médicos y medicamentos (sobre todo las más modernas vacunas para los recién nacidos y bebés). Y así, erradicar definitivamente la costumbre de los usuarios que se levantan al comienzo de la madrugada para tratar de acceder a una hora médica.

Junto a la preservación de monumentos patrimoniales, mejoraría las fachadas del casco histórico y si se puede más allá; promovería ferias artesanales y gastronómicas; hermosearía mercados donde se exhiba y se pruebe lo sibarítico de las comidas chilenas. Todo esto en el ambiente más pulcro y elegante que se pueda. La mesa para los comensales sería de mantel largo.

Incentivaría el uso de vehículos no contaminantes.

Jamás se me ocurriría destruir una plaza arrancando sus árboles para luego construir estacionamientos, los haría construir en otro sitio a la vez de construir ciclo-vías.

Organizaría cabildos culturales. Promovería festivales, galerías de arte, maratones literarias. Exportaría las fiestas patronales y religiosas. Facilitaría gratuitamente a los artistas de la comuna, la Casa de la Cultura.

¡Ay!, si yo fuera alcaldesa, instauraría premios municipales en siete disciplinas artísticas como lo hacen diversos municipios nacionales y extranjeros. Por citar sólo un par, New York y Santiago. Así la danza, música, teatro, pintura, escultura, fotografía y literatura, tendrían anualmente a uno de sus exponentes en elevado y merecido sitial.

Trabajaría con todos los sectores políticos y grupos etáreos, en todos los barrios, porque la comuna debe ser un espacio común.

Todo esto y mucho más, haría, o me afanaría por realizar, si yo fuera alcaldesa.

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