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Milena Bravo Toro, Escritora Cada año se destrozan más de quince millones de hectáreas de selvas tropicales, que representan la destrucción de más de... Adiós vida silvestre

Milena Bravo Toro, Escritora

Cada año se destrozan más de quince millones de hectáreas de selvas tropicales, que representan la destrucción de más de cuarenta mil cada día, mil ochocientos por hora y treinta por minuto.

En los ’80 habíamos cuatro mil quinientos millones de personas en la Tierra, y a fines de este año, sobrepasaremos siete mil. Cada día hay más seres humanos que se mudan a lugares en donde antes sólo vivían plantas y animales. De esta forma nuestra especie está invadiendo y destruyendo el territorio de otros seres, sin tener conciencia de la importancia de ellos para la vida del planeta.

En una superficie de 10 kilómetros cuadrados de selva hay más de 750 especies de árboles, más de 1.500 especies de plantas con flores, 125 mamíferos distintos, 400 especies de pájaros, 100 de reptiles, 60 de anfibios y un número incalculable de insectos, incluidas 150 especies de bellas mariposas.

Los espacios verdes son el laboratorio de la naturaleza para toda existencia y son eslabones fundamentales en la cadena ecológica que constituye la reserva de oxígeno. Pensemos que sin ellos el nivel del gas disminuiría dramáticamente poniendo en riesgo la supervivencia de la vida animal.

La deforestación aporta un alto porcentaje de las emisiones globales de otro gas que es venenoso (el dióxido de carbono). El año pasado, el incendio de las selvas tropicales (uno de los métodos para roturación de las tierras donde se asientan) vomitó alrededor de 500 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera, aproximadamente una décima parte del que generó el consumo global de combustibles fósiles durante ese año.

Debemos tener en cuenta que de cada cuatro fármacos, tres proceden de una planta. Casi todas las plantas son identificadas como útiles en el tratamiento de la mayoría de las enfermedades que afectan a muchísimos habitantes de este globo terráqueo.

Necesitamos sombra, necesitamos medicamentos, y, por sobre todo, necesitamos oxígeno.

Necesitamos respirar.

Por esto, nunca jamás digamos Adiós a la vida silvestre.

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