Invención de enfermedades: La gran mentira de la industria farmacéutica
Destacado 22 julio, 2012 Edición Cero
Cambio21 / Por Susana Frías K.- La menopausia, la pereza o disfunción sexual fueron tratadas como patologías, para usar fármacos y una vez logrado, ocultar los efectos adversos para evitar perder mercado. Europa multa a laboratorios por haber incurrido en graves malas prácticas en la promoción y venta de medicamentos. Chile no está ajeno a esta realidad. Médicos abogan por terapias más sanas.
A medida que pasan los años y la sociedad evoluciona, también lo hacen las enfermedades. En un mundo acelerado y que requiere de soluciones para todo, los laboratorios comenzaron a ver un negocio redondo. Enfermedades que antes no existían o estados naturales del ser humano que hoy son considerados patologías, es la modalidad que existe actualmente.
El periodista alemán Ray Moynihan, autor del libro «Medicamentos que nos enferman», indagó a fondo este tema que involucra a grupos de investigación, laboratorios y científicos. Y es que la lista de males inventados que propone, está desde la disfunción eréctil hasta la menopausia.
A favor de Moynihan pueden contarse argumentos como los expuestos, hace algún tiempo, por la revista Nature. La publicación divulgó los resultados de un estudio según el cual el 70% de los grupos médicos que elaboraron guías para tratar enfermedades, tenían conexiones financieras con laboratorios.
Según explica el periodista, existen varias formas de «crear» una enfermedad, como aplicar el espectro de las enfermedades, por ejemplo, si se reducen las cifras anormales de presión arterial, de un día para otro, muchas personas que un día estaban sanas amanecen convertidas en hipertensas, por lo que deben tomar medicamentos.
Otra vía es convertir los síntomas en un problema de salud, como ocurre con el colesterol: nadie se enferma del colesterol, porque es un factor de riesgo, pero lo tratan como si fuera eso, una enfermedad.
Una tercera táctica es convencer a la gente de que condiciones normales, como la menopausia o el embarazo, son patologías que hay que medicar. Entre otras están la calvicie, la timidez, la tristeza, la baja estatura, la pereza, la disfunción eréctil, la disfunción sexual femenina, el aumento de peso, la osteoporosis, la andropausia y la menopausia.
Una mala práctica que lleva años
En Europa, este tema está latente y ya existen diversas investigaciones que apuntan a los laboratorios como los principales culpables de estas nuevas patologías que deben ser atacadas con los nuevos fármacos creados por ellos. En este sentido, es que dos grandes laboratorios farmacéuticos, GlaxoSmithKline y Abbott, aceptaron pagar multas astronómicas por haber incurrido en graves malas prácticas en la promoción y venta de medicamentos.
Las malas prácticas reconocidas incluyen vender medicamentos para patologías en las que no están indicados, pagar a los médicos dádivas y sobornos para que los prescriban y, lo que es más grave, ocultar la existencia de efectos adversos.
Millonaria multa
GlaxoSmithKline (GSK), la tercera mayor farmacéutica del mundo, con una facturación de 33.998 millones de euros en 2010, tendrá que pagar ahora 2.400 millones de euros por haber promovido durante años la prescripción en menores de un antidepresivo, el Paxil, autorizado únicamente para adultos por los efectos adversos demostrados en pacientes jóvenes; por haber indicado otro medicamento, el Wellbutrin, para procesos en los que no tenía actividad terapéutica demostrada, como la obesidad o la disfunción sexual; y por haber ocultado que uno de sus medicamentos más vendidos, el Avandia, aprobado para tratar la diabetes, aumentaba el riesgo de afección cardiaca.
El de GSK ha sido considerado el mayor fraude de la historia, pero no era el único. En mayo, la farmacéutica Abbott llegó a un acuerdo similar y aceptó pagar una multa de 1.225 millones de euros por haber extendido el uso de un anticonvulsivo aprobado en 1983 para tratar la epilepsia y el trastorno bipolar, a otras patologías en las que no tiene ninguna eficacia probada, como la agitación en ancianos con demencia senil.
Nuevas patologías
En la mayor parte de estos casos subyace una misma estrategia: promover de forma fraudulenta el uso de fármacos en afecciones en las que no están indicados. Y una vez logrado, ocultar los efectos adversos para evitar perder mercado.
El fármaco que mejor simboliza las grandes utilidades de esta estrategia es el Viagra. Poco antes de su lanzamiento, los problemas de la disfunción eréctil tuvieron una sorprendente atención en los medios de comunicación. Entre los estudios de mayor eco mediático figuraba uno que revelaba que nada menos que el 72% de los hombres entre 40 y 70 años de Estados Unidos sufrían algún tipo de dificultad a la hora de conseguir la erección, lo cual resultaba terriblemente alarmante para los expertos que opinaban sobre el tema. La píldora azul ha tenido tal éxito que no solo se prescribe en los casos de auténtica disfunción eréctil, sino en muchos otros en los que es dudoso que tenga alguna eficacia. Últimamente se usa también con fines recreativos, para prolongar la erección. No existen estadísticas precisas de las víctimas, incluso mortales, de estos abusos, pero las hay.
Médicos se pronuncian
Si bien es una materia de la cual en nuestro país no se habla, existe de todas formas. Estamos en medio de una sociedad donde el estrés, la infelicidad, el cansancio y la impotencia sexual son temas relevantes y todo lo solucionamos con fármacos. Tan cotidiano suele ser la dependencia de los medicamentos que ante cualquier dolencia vamos al doctor y no nos conformamos hasta que nos entregue una receta.
Desde la Asociación de Sociedades Científicas-Médicas de Chile, Dr. Andrés Heerlein, señaló en una carta en El Mercurio, que «la Asocimed reúne a las principales sociedades médicas del país y se ha venido preocupando en los últimos diez años de este sensible y complejo tema. Consciente de que todo profesional puede incurrir ocasionalmente en situaciones de conflictos de interés, Asocimed, junto a sus 25 sociedades miembros, aprobó en el 2005 una lista de recomendaciones para normar lo que debiera ser una adecuada relación del médico con la industria para prevenir y evitar eventuales conflictos de interés»
«Entre otros, estas recomendaciones hacen referencia a la recepción de obsequios, viajes, incentivos económicos u otros que puedan afectar la neutralidad e independencia del médico en sus prescripciones e indicaciones. Estas sugerencias fueron acogidas y difundidas por las principales sociedades médicas del país (…) es importante informar a la comunidad y a nuestros pacientes que las sociedades de médicos especialistas que integran Asocimed han estado hace ya más de una década ocupadas y preocupadas de este problema, favoreciendo siempre una relación con los proveedores médicos que no amenace ni vulnere la calidad, la transparencia, la confiabilidad y la independencia de las indicaciones médicas».
Cambios normales al organismo
Nuestro cuerpo está capacitado para ir transformándose a medida que vamos creciendo, cambios que forman parte de nuestra evolución natural, pero que ha sido «modificado» por la ciencia.
Estos son unos ejemplos:
Menopausia: Es un proceso normal en la vida de la mujer. Al disminuir la función de los ovarios, dejan de producir hormonas. Esto conlleva serie de cambios, como la redistribución de la grasa corporal y los cambios en la voz y en el estado de ánimo. Hoy se ofrecen tantos medicamentos como síntomas aparecen para atenuar sus efectos.
Osteoporosis: Es la disminución de la masa de los huesos. Es un proceso normal ligado a la edad adulta, sobre todo después de la menopausia. Es crónica y se cree que no tiene cura, pero sí se puede prevenir si se atacan desde temprano los factores de riesgo. Obliga a llevar una vida sana, con ejercicio moderado y alimentación rica en lácteos, pero hoy millones de mujeres están convencidas de que si no se medican se van a fracturar.
Síndrome de colon irritable: Son percepciones comunes de desórdenes funcionales en el intestino, con distintos grados de severidad. Su manejo incluye un cambio sustancial en los estilos de vida. Se dice que con los medicamentos se deja de lado esta idea y se entra a la condición de enfermo.
Alopecia: Algunos estudios determinaron que la mayoría de los hombres que perdían el pelo (proceso normal definido por la genética y las hormonas) desarrollaban problemas emocionales. A la par aparecieron los medicamentos para repoblar el cuero cabelludo que tenían que ser formulados por el médico, así que la publicidad se orientó a invitar a la gente a visitar a su doctor.
Marcia Jiménez, psicopedagoga aseguró Cambio21 que el tema de la falsedad de ciertas enfermedades es un tema que preocupa, «hoy se trata a niños por déficit de atención o desorden de hiperactividad, cuando en el fondo son sólo estados normales en los que puede permanecer un menor, pero por el contrario se les toma como una enfermedad real y la drogadicción de millones de niños completamente sanos es algo recurrente».
«Un niño necesita desarrollarse, desenvolverse en su medio y no ser paralizados o silenciados porque creímos que su actuar no es normal, porque lo único que logramos es cortar su desarrollo físico, emocional e intelectual. Que un niño sea más inquieto que otro, no es algo que debamos atacarlo con medicamentos, sino que es parte de su crecimiento y si eso no son capaces de entender sus padres, entonce son ellos quienes no están aptos para serlo», asegura la profesional.
Para el médico Francisco Morales, esta es una realidad que hay que comenzar a erradicar, «no puede ser que para todo se deba usar un medicamento. Cuando a mis pacientes les digo: «Lo que usted necesita es reposo, vitamina C y dejar de fumar», ellos me miran con cara de extrañados y me dicen: «¿Y no me dará alguna receta?». Sin querer se transformaron en autodependientes de los fármacos y quitárselos a estas alturas será una ardua tarea. Lo importante, es comenzar a educar a la población de que hay cosas que son parte de la naturaleza y que hay forma de solucionarlo como un cambio de hábitos».
Las seis estrategias para que las enfermedades se lleven a cabo
1.- Promover la ansiedad de los futuros «enfermos-sanos»: Una imagen de un hombre de 45 años en una camilla muerto con una lectura que diga: «Y decir que una simple vigilancia de su colesterol habría podido evitarle esto», sin duda aumentaría la preocupación sin saber si están en riesgo o no.
2.- Ampliando la prevalencia de enfermedades: Esto es aumentando el porcentaje de enfermos en una población, sin entregar mayor detalles, sólo destacando aquel número que alerte a todos. Por ejemplo decir: «La osteoporosis es la mayor amenaza pública para 44 millones de americanos» en vez de «Para el 55% de la población mayor de 50 años».
3.- Redefiniendo continuamente las enfermedades en términos de variables intermedias o de un insignificante resultado en salud: Colocando a todos por igual en la línea de riesgo.
4.- Promoviendo medicamentos agresivos para el tratamiento de síntomas benignos de enfermedades
5.- Introduciendo nuevos diagnósticos cuestionables
6.- Promoviendo medicamentos de primera línea como solución a problemas que no son médicos.