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Cambio21/ Por Teresa Frías K.- Para el psicólogo Marco Antonio Grez, estos hechos tienden a crear en la población una suerte de percepción que no... Episodios de locura temporal, psicosis o abuso de drogas explicarían crímenes de últimos días

Cambio21/ Por Teresa Frías K.- Para el psicólogo Marco Antonio Grez, estos hechos tienden a crear en la población una suerte de percepción que no siempre se ajusta a la realidad. «No significa que la población haya perdido el control en sus impulsos y nos estemos asesinando unos con otros», señaló.

Durante estos últimos días horrorosos crímenes han sacudido a la opinión pública. El último dentro de esta macabra lista es el caso de Óscar Segundo López Rodríguez, el anticuario decapitador de Lolol, Región del Libertador, quien pese a no tener antecedentes siquiátricos y sólo registrar una detención por lesiones leves en riña, murió al enfrentarse a funcionarios policiales tras asesinar a la profesora María José Reyes, de 46 años, en presencia de dos de sus hijos.

Los vecinos entrevistados afirman que lo encontraban «extraño», medio «hippie» y conflictivo, pero nunca se imaginaron que le cortaría la cabeza a un hombre y una mujer, las víctimas conocidas hasta ahora.

Por su parte, Mario Bravo, dueño del restaurante Trigal ubicado frente a la tienda del anticuario, tenía sus sospechas sobre este individuo. Lo describió como un «sujeto raro, de mirada muy extraña, que despertaba muchas dudas». Estas suspicacias se vieron materializadas de la peor manera cuando lo vio levantar la cabeza de la profesora para mostrársela a sus espantados hijos.

En busca de una explicación

El jefe de la unidad de Siquiatría y Sicología Forense del departamento de Siquiatría de la Universidad Católica, doctor Walter Brokering, señaló que son tres las posibles explicaciones frente a casos tan violentos como lo ocurrido en Lolol.

Psicosis, asesino en serie, o bien el efecto de las drogas. Para el especialista, «según se ha dicho, su conducta pudo estar movida por algún delirio, quizás de tipo mesiánico. En este grupo están los esquizofrénicos y los maniaco-depresivos, también se consideran las paranoias y los trastornos delirantes», según declaró a La Segunda.

En cuanto a la posibilidad de que sea un asesino en serie, el doctor cree que López podría tratarse de un caso de estos, quien tendría un trastorno grave de la personalidad, antisocial, lo que comúnmente se llama «psicópata». Por último, en cuanto al consumo de drogas, Brokering sostiene que lo ocurrido en Lolol también puede tratarse de «un acto impulsivo, arrebatado, irreflexivo, de alguien que está bajo los efectos de la droga: los sicotrópicos duros pueden provocar estados psicóticos transitorios y psicosis agudas», señaló.

Los celos de una madre

Otro caso conocido estos días es de una mujer que asesinó a su hijo de cuatro años y luego intentó suicidarse en la comuna de Las Condes, la cual actuó por celos tras ver mensajes de su pareja en Facebook, según reveló la policía.

«A través de las redes sociales, de Facebook específicamente, había visto algunas cosas que la hacían pensar que su pareja la estaba engañando. Este señor vino al domicilio, tuvieron una discusión. Posteriormente esta joven ingresa a la casa, dice la mamá que muy mal anímicamente», explicó el mayor de Carabineros Patricio Moreno.

Se trata de Natividad Otarola, de 22 años, quien apuñaló con un cuchillo de cocina a su hijo Jordan Viveros y luego intentó quitarse la vida con la misma arma. El pequeño murió luego de que su abuelo lo llevara a la Posta Ariztía y su madre fue operada y permanece internada en calidad de detenida en el Hospital El Salvador.

Antes de cometer el crimen, la joven dejó dos cartas en las que explicaba su acción. La policía está revisando los antecedentes de la mujer para ver si estaba en algún tipo de tratamiento sicológico.

El descuartizador de Cañete

Víctor Fernando Águila Nápoli, o «El Nápoli», mató por celos y con un disparo a su amigo Rubén Humberto Villagra Arias. Quien pasaría a ser conocido como «el descuartizador de Cañete», no conforme con darle muerte, quemó y descuartizó su cuerpo. Después, y siguiendo una promesa entre ambos, hizo una pipa con su mano derecha para poder fumar pasta base.

Dentro de todo este horroroso crimen,  se hizo fotografiar por su pareja, a la que -según declaración de la mujer- amenazó para que lo hiciera. Ella dijo haber actuado por miedo a que le hiciera daño a su hijo.

Tras el crimen, ambos viajaron a Osorno, donde Águila cometió un nuevo crimen. En esta oportunidad su pareja lo denunció quedando al descubierto el horror ocasionado por el desequilibrado.

Atacó a su propia hermana

Pero sin duda el caso que más llamó la atención las últimas semana fue el de la actriz Javiera Ramos, atacada en un departamento de Las Condes por su hermano Gonzalo, quien le provocó graves heridas en el rostro (con un machete) y luego le disparó a las piernas con un fusil de guerra.

Gustavo, presenta claros signos de alteración mental, tal como lo señalaron familiares a Carabineros, quienes relataron que hace más de 10 años que el sujeto presenta problemas psiquiátricos. El conserje del edificio donde ocurrió la tragedia, Arturo Mardones, señaló que «se le había visto mal durante estos últimos días, aparentemente por el abuso del alcohol, droga y puede ser uno de los factores que gatilló esta acción».

No se puede generalizar por algunos casos

Casos como los descritos, muestran una realidad que muchas veces no se quiere ver, pero ya sea por la crueldad que muestran o bien por la explotación de la prensa, resulta imposible de ignorar.

Frente a ello Cambio21 conversó con el psicólogo Marco Antonio Grez, quien afirmó que «primero que todo, los medios de comunicación a diferencia de lo que ocurría hace 20 años, transmiten todo en forma casi instantánea. Entonces de lo que ocurre en Chile y en el exterior nos enteramos de inmediato de situaciones como las que hemos visto estos días. Esto tiende a crear en la población una suerte de percepción que no siempre se ajusta a la realidad. Es decir, son hechos dramáticos pero no significa que la población haya perdido el control en sus impulsos y nos estemos asesinando unos con otros».

«Esto es como el fenómeno de la delincuencia. En la medida en que los delitos estén en el tapete y se den a conocer, la percepción de temor a ser víctima aumenta. En el universo de nuestra población obviamente es bastante menor, es como lo que ocurre con los accidentes carreteros o de avión, no porque esto ocurra dejan de ser medios de transporte menos seguros».

El especialista señala además que «en el caso particular de estos lamentables sucesos hay que diferenciar entre ellos; como el caso del hermano que agrede a la actriz nos muestra que algo mal está en nuestra sociedad, algo no está funcionando, como por ejemplo en la tenencia responsable de armas. Por lo que he leído este señor es una persona que se encontraba en tratamiento psiquiátrico e incluso su hermana a través de las redes sociales da cuenta de esto, por lo tanto es muy distinto a otros casos de violencia, donde la persona si está consciente de lo que está haciendo».

«En el caso de una mujer que da muerte a su hijo para retener o castigar a su pareja, también estamos en presencia de una persona con un cuadro psicótico, y ninguno de nosotros está exento de sufrir eventos de este tipo. Por ejemplo, si una madre pierde a su hijo en un accidente lo más probable es que en algún momento ella pierda la razón, lo que se llama la locura temporal, y eso puede durar minutos, horas, días o años. Puede ser el caso de esta señora de Las Condes: al cometer un acto de esta naturaleza, ella pierde el juicio crítico y comete este acto de parricidio y atenta contra su propia vida».

Por último señala que «meter todos estos hechos dentro de un mismo saco, me parece poco responsable. Debemos ser más bien preventivos, hay que insistir en la política de la prevención», concluyó el psicólogo.

Mucha gente con armas

Por su parte el experto en seguridad Jorge Valdés, señaló a Cambio21frente a la facilidad para tener armas que «Carabineros debe analizar y reguardar esos permisos y que tengan un cierto periodo de vigencia. Me preocupa que mucha gente usa armamento y en estos momentos estamos viviendo una convulsión social muy fuerte, con muchas enfermedades psicológicas, depresiones, entre otras, por eso sería muy interesante que Carabineros reestudiara la entrega de estos permisos».

«Lo ocurrido con el caso de Gustavo Ramos (el joven que hirió a su hermana), el análisis que se puede observar es que es muy fácil proporcionar autorizaciones a cualquier persona, porque se entrega una autorización de un médico que afirma que se encuentra con sus cabales y apto, pero creo que ese permiso debe ser controlado constantemente, porque a lo mejor la persona se enfermó».

 

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