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Cambio21 / Cristián Precht siempre estuvo ligado a los derechos humanos, de hecho en 1974 el cardenal Raúl Silva Henríquez lo nombró secretario ejecutivo... La vida pública de los dos emblemáticos sacerdotes que fueron separados de sus funciones tras investigación sobre abusos sexuales

Cambio21 / Cristián Precht siempre estuvo ligado a los derechos humanos, de hecho en 1974 el cardenal Raúl Silva Henríquez lo nombró secretario ejecutivo del Comité Pro Paz y posteriormente Vicario de la Solidaridad. Alfredo Soiza-Piñeyron, por su parte, intervino como nexo entre el Frente Patriótico Manuel Rodríguez y la dictadura de Pinochet en el caso del secuestro del mayor Carlos Carreño.

Conmoción, y fuerte, provocó en diversos sectores de la sociedad la declaración del Arzobispado de Santiago mediante la que se informó que concluyó la etapa de investigación del procedimiento administrativo que se realizó a  los sacerdotes  Cristián Precht y  Alfredo Soiza-Piñeyro, para determinar eventuales falta a sus deberes sacerdotales.Los antecedentes de ambos casos serán enviados por tratarse de «delitos más graves», a la Congregación para la Doctrina de la Fe. En ambos casos los delitos están prescritos para la legislación canónica, puesto que han transcurrido 20 años desde que las eventuales víctimas cumplieron 18 años. Sin embargo, el Arzobispado pedirá la derogación de la prescripción.Historias de Derechos Humanos

Cristián Precht siempre estuvo ligado a los defensa de los derechos humanos. De hecho en 1974 el cardenal Raúl Silva Henríquez lo nombró secretario ejecutivo del Comité Pro Paz, entidad ecuménica creada para la defensa y promoción de los derechos humanos. Ejerció ese cargo hasta 1976, año en que el cardenal lo designó para crear la Vicaría de la Solidaridad.

En 1979 asumió como vicario de la zona Oriente de Santiago y como secretario pastoral de la Arquidiócesis, cargos que ejerció hasta que el cardenal Juan Francisco Fresno lo nombró Vicario general de Pastoral en la Navidad de 1983. En esta condición le correspondió acompañar al cardenal en su acción en pro de la reconciliación del país. Sin dejar su cargo, en 1985 fue nombrado vicepresidente de la Comisión Nacional que preparó la visita de Juan Pablo II a Chile (1987) y encargado de Liturgia de la misma Comisión. Posteriormente, el Cardenal Fresno le encargó la planificación y realización del proyecto de Nueva Evangelización y, sin dejar su cargo de Vicario General, lo nombró, en 1989, Vicario para la Pastoral Juvenil de Santiago.

Monseñor Carlos Oviedo Cavada asumió la Arquidiócesis de Santiago de Chile en 1990, y lo confirmó como Vicario Pastoral, además de encargarle la creación de la Vicaría de la Esperanza Joven en 1991 para dar un nuevo impulso a la pastoral juvenil. Durante todos los años de Vicario Pastoral encabezó el Area de Comunicaciones Sociales de la Arquidiócesis.

El Cardenal Arzobispo de Santiago, monseñor Francisco Javier Errázuriz Ossa, lo nombró Vicario Episcopal para la Zona Sur, el 2 de noviembre de 1999, y fue nombrado Secretario Ejecutivo de la Comisión de Canonización de San Alberto Hurtado en agosto de 2004. El año 2009 el padre Precht deja la Vicaría de la Zona Sur, asumiendo como Vicario en la Vicaría General de Pastoral del Arzobispado de Santiago. Al año siguiente, recibió la condecoración «Héroe de la Paz San Alberto Hurtado», por su labor en materia de derechos humanos durante su trabajo en la Vicaría de la Solidaridad.

El sacerdote que se relacionó con el Frente Patriotico y la UDI

El arzobispo Ezzati, decidió también enviar al Vaticano los procesos que inculpan al presbítero Alfredo Soiza-Piñeyro por conductas abusivas contra mayores y menores de edad, situaciones que por su gravedad escapan a la competencia de su autoridad.

En 1987, Soiza Piñeiro fue el nexo entre el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) y la dictadura militar, en el marco del secuestro del coronel de Famae -vinculado a la venta de armas a Irán- Carlos Carreño, quien luego de 92 días de cautiverio fue finalmente liberado en Sao Paulo, Brasil.

Sin embargo Soiza Piñeiro no sólo fue nexo entre el FPMR y la dictadura de Pinochet. En 2003 fue también el vínculo entre el presidente de la UDI, Pablo Longueira, y el Arzobispo Francisco Javier Errázuriz para generar una reunión con el sacerdote José Luis Artiagoitía, conocido como el cura «Jolo», y Gemita Bueno, la llamada testigo «G», vinculados al denominado «caso Spiniak».

La versión de la joven ante el entonces ministro de la Corte de Apelaciones Sergio Muñoz Gajardo involucró al senador de la colectividad Jovino Novoa en la red de Spiniak, versión que reconoció tiempo después era absolutamente falsa. Tanto Bueno como Artiagoitía fueron condenados por falso testimonio.

El encuentro antes citado se realizó, precisamente, en la casa de Soiza-Piñeyro, hecho que fue confirmado por el propio Longueira.

Soiza-Piñeyro además fue capellán de Bomberos y delegado episcopal en Chile para el Ecumenismo y el Diálogo Interreligioso, nombrado por el papa Juan Pablo II.

Además, fue el vocero de la iglesia para el caso que afectó al llamado «cura Tato», José Andrés Aguirre, quien fue condenado por abusos en 2005. De hecho Soiza-Piñeyro nuevamente fue nexo entre la Iglesia y la familia de una de las víctimas del sacerdote.

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