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 Cambio21 / Por María Cristina Prudant.- Son uno de los grupos económicos más conocidos del país e incluso figuran entre las cien principales fortunas del mundo,... ¿Quiénes son los Matte? Los multimillonarios que le hicieron una “barricada” al gobierno con Hidroaysén

 Cambio21 / Por María Cristina Prudant.- Son uno de los grupos económicos más conocidos del país e incluso figuran entre las cien principales fortunas del mundo, según la revista Forbes. Son los dueños de Colbún, la Papelera, Forestal Mininco y varias empresas más. De bajo perfil y gran influencia en el mundo político y económico, son los que dieron un golpe –y una advertencia- al gobierno al paralizar el estudio de impacto ambiental de la línea de transmisión de HidroAysén, argumentando la falta de una política energética clara.

Los expertos, los ambientalistas y los interesados en el tema han dicho que la decisión de la familia Matte de frenar su participación a través de Colbún en el megaproyecto para construir la línea de transmisión de la central hidroeléctrica HidroAysén tiene que ver con que no están dispuestos a asumir todos los costos económicos, sociales y de imagen que ésta implica.

Lo cierto es que, dado su peso económico, la influencia de este grupo en las decisiones importantes del país siempre se ha visto reflejada a nivel político. Nadie podría pensar siquiera que una de las cien mayores fortunas familiares del mundo, con 10,2 billones de dólares (revista Forbes 2012), no tenga injerencia en las políticas nacionales relacionadas con los rubros que a ellos les interesan. Ahora es el de los proyectos energéticos.

En ningún momento han dicho que se retiran del proyecto HidroAysén. El primer comunicado de Colbún, firmado por Bernardo Larraín Matte en su calidad de presidente del directorio, decía que la empresa del Grupo Matte, que posee el 49% de las acciones de HidroAysén S.A., «estima que no están dadas las condiciones para desarrollar proyectos energéticos de esta magnitud y complejidad» y que recomienda suspender de forma indefinida el ingreso del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto de transmisión de energía. «Es el momento oportuno para detenernos y que el proyecto sea analizado en el marco de una política energética nacional», enfatizó el ejecutivo.

Sin embargo, en días posteriores, mediante un hecho esencial enviado a la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS), la compañía afirmó que «Colbún no tiene planes de vender total o parcialmente su participación en HidroAysén».

El senador Antonio Horvarth (RN), uno de los más duros opositores a la construcción de las centrales, insistió en que el proyecto hidroeléctrico tiene «riesgos económicos» evidentes. HidroAysén es un proyecto «cada vez más inviable, y no sólo la línea de transmisión. Lo que corresponde es hacer una planificación estratégica de energía de la que carece nuestro país desde hace 25 años», enfatizó.

Según se comenta, la presión de Colbún al Estado de Chile al suspender la tramitación de los permisos para la línea de transmisión de HidroAysén tiene que ver con obtener rentas por influencia política y posición dominante de mercado. Esto lo respaldan con la amenaza velada de una crisis energética si no se define luego la «Carretera Eléctrica Pública» anunciada por Piñera el 21 de mayo del año pasado durante la cuenta pública. Al parecer, Colbún tendría la posibilidad de dominar esa carretera con su poder generador, y por eso sigue construyendo HidroAysén.

Esta actitud, dicen en algunos círculos, induce a pensar que «le están tirando el cacho al Estado. O sea, cuando les conviene, que sea el Estado el que se ponga, porque así minimizan los conflictos con los mapuches, como las eventuales expropiaciones. En el fondo, están pidiendo fast track (vía rápida). Entonces esto, en lugar de ser para detener, es para presionar, para apurar. O sea, decir: ahora me conviene que el Estado sea socio mío», como dijo un ejecutivo ligado al ámbito energético.

Además, como la energía ha pasado a constituirse en uno de los grandes problemas económicos del país, porque Chile no tiene independencia en esta área, se supone que habrá que recurrir a soluciones a la brevedad. Las ofertas abundan y eso pone nervioso al grupo Matte. Las energías limpias en los últimos años han ido tomando cada vez más adeptos y la mentada brecha de eficiencia está a punto de invertirse, en desmedro de las tradicionales.

Operaciones de influencia

Para la periodista y escritora María Olivia Monckeberg, los Matte están acostumbrados a hacer «operaciones de influencia» y la última «pataleta» responde a esa filosofía de vida. De hecho, el grupo Matte nunca ha tenido un medio de comunicación, pero se sabe de su influencia en ellos, y de su reconocida y antigua amistad con los Edwards (dueños de El Mercurio). Así, también, han ejercido presiones en los canales de televisión, como TVN, según han confidenciado ex integrantes del directorio del canal estatal.

Así lo estableció Monckeberg (Premio Nacional de Periodismo 2009 y Directora del Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile) en su libro «Los magnates de la Prensa».

«Semanas después de que se conociera la noticia oficial de la desclasificación de los archivos de la CIA en Santiago, Televisión Nacional de Chile difundió un Informe Especial en que abordó el tema. La reacción del imperio mercurial no se hizo esperar. Se asegura que el propio Agustín Edwards llamó a dos de los miembros del Consejo de TVN, Bernardo Matte y Luis Cordero, para pedirles que tomaran medidas ante la situación», relata Monckeberg.

«La batahola que se generó llevó al director ejecutivo, René Cortázar, a pedir la renuncia al director de prensa de la estación, el periodista Jaime Moreno Laval. La resistencia de Moreno, quien apeló al directorio de TVN, motivó finalmente la renuncia del propio Cortázar. Lo reemplazó Pablo Piñera Echenique. El episodio derivó en la más delicada crisis de conducción que ha afrontado el Canal Nacional en su nueva era de medio público, después de establecerse el estatuto que la rige. Jaime Moreno se mantuvo en el cargo, pero su suerte estaba echada. Un año después tuvo que renunciar», añade.

Eleodoro Matte y Karadima

La académica, en declaraciones a Cambio21, asegura que Eleodoro Matte Larraín, quien ha llevado adelante a este nuevo grupo Matte, siempre ha usado sus influencias para diversos objetivos. Se dice que pertenecería a los Legionarios de Cristo (les vendió la Universidad Finis Terrae) y resultó ser un gran amigo de Fernando Karadima.

En su libro sobre el cuestionado sacerdote, María Olivia Monckeberg deja al descubierto la cercana relación entre ambos, «donde Eleodoro jugó un rol muy interesante y fue parte del grupo de protección de Karadima». De hecho, fue uno de los siete empresarios que pagó su defensa.

Según relata en el texto, «Jimmy (James) Hamilton (uno de los denunciantes del caso) me señaló, asimismo, que le parecía muy terrible ver que a gente con poder económico como Eliodoro Matte le dan una audiencia con el fiscal nacional y que a las semanas se interrumpe la investigación del fiscal Armendáriz y ésta llega a la justicia antigua. Alude a la reunión que Eliodoro Matte Larraín sostuvo con el fiscal Chahuán el 12 de mayo de 2010, y que casi un año después generó una fuerte polémica y hasta las inusitadas disculpas del hombre fuerte de uno de los principales grupos económicos del país».

Según explicó el Fiscal Nacional en ese entonces, creyó que Matte le pidió encontrarse porque había sido víctima de un delito, pero según admitió, el empresario abordó el caso del párroco Fernando Karadima y le habría dicho que quería «una investigación rápida» en torno al sacerdote, con quién reconoció tener una relación de amistad. Sabas Chahuán aseguró que le dejó claro «que la Fiscalía hace lo mismo en todas las investigaciones», y que no hablaron más.

Monckeberg escribió en su libro que «más atención periodística mereció la carta a El Mercurio del presidente de la Papelera Eliodoro Matte -El Rucio, como le decían desde su juventud, igual que a su padre-, publicada el 5 de abril de 2010. Allí pide disculpas públicas por haber solicitado la entrevista con el fiscal.

La periodista relata también que «no fue la reunión con Chahuán el único intento de la familia Matte por influir en este proceso. Otro miembro del clan llamó después de la aparición del doctor James Hamilton en Informe Especial al doctor Juan Pablo Allamand, por entonces director de la Clínica Santa María. El motivo era indisponer a Hamilton con su jefe. Este episodio, que me contó Hamilton al día siguiente de haber ocurrido, en abril de 2010, lo relató también en Tolerancia Cero el 21 de marzo. A la semana siguiente, el doctor Allamand envió una carta a ese programa en la que negaba haber sido presionado. Pero no decía que no lo habían llamado».

Cercanos a los Matte aseguran que la confianza en Karadima se quebró cuando el Arzobispado de Santiago dio a conocer el veredicto del Vaticano: culpable. Ellos aceptaron el fallo.

Un imperio: La Papelera

El origen de la fortuna y poderío económico del grupo Matte, de tendencia política conservadora en el pasado y actualmente de derecha, con algunas excepciones (militan básicamente en la UDI y Renovación Nacional), se inicia con la famosa Papelera, actual holding Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones (CMPC), que empezó en 1920. La misma que para convertirse en un monopolio recurrió a sus contactos políticos de la época, que eran ni más ni menos que el presidente de la República, Arturo Alessandri Palma, cuya hija Rosa Ester se casó con Arturo Matte Larraín. Fue así es que se aplicó un arancel prohibitivo al papel importado, según cuenta el periodista Hernán Millas en su libro «La Sagrada Familia».

La Papelera comenzó a crecer dirigida por Eleodoro Matte Ossa (casado con María Larraín, tres hijos: Patricia, Eleodoro y Bernardo) y se convirtió en un imperio que durante el gobierno de la Unidad Popular estuvo a punto de ser estatizado. De ahí el grito que muchos aún recuerdan de: «¡La papelera No!». Desde entonces, sus influencias se han extendido a casi todas las esferas de la vida del país.

La emancipación del grupo económico los ha llevado a tener serios conflictos territoriales con comunidades mapuche (Forestal Mininco), graves acusaciones de contaminación a través de sus plantas de celulosas (CMPC), y hoy incursiona en los megaproyectos hidroeléctricos para represar ríos por medio de la empresa Colbún.

Además, son dueños del Centro de Estudios Públicos, CEP, que nació en 1980 como plataforma de un pensamiento neoliberal. Crearon un sistema de encuestas en 1987 que durante la dictadura les trajo ciertos conflictos, porque siempre predijeron que ganaría el No.

La Educación

Los Matte han estado ligados siempre a la educación. Claudio Matte (hijo de Francisco J. Matte y María del Rosario Messia) era abogado y fue el creador del «Silabario del Ojo» con el que estudiaron muchas generaciones. Fue rector de la Universidad de Chile y ministro de Relaciones Exteriores, Culto y Colonización. Pero su pasión fue la Sociedad de Instrucción Primaria, de la que fue presidente hasta 1950, cuando falleció. Le dejó a esta institución parte de su fortuna y las utilidades del silabario.

Actualmente, la entidad está en manos de su familia y a cargo de su bisnieta, Patricia Matte Larraín, socióloga de la UC que fue directora de Desarrollo Social de Mideplán durante la dictadura de Pinochet. Está casada con Jorge Gabriel Larraín, cuyas redes de contactos llegan a otras esferas políticas, porque es tío del actual alcalde de Peñalolén, Claudio Orrego, pues es hermano de Valentina Larraín, madre del edil.

«Se han tomado una pausa»

Patricio Rodrigo, del Consejo de Defensa de la Patagonia, se muestra complacido por la decisión de la familia Matte de detener la línea de transmisión de HidroAysén. En su opinión, ellos «están proponiendo la pausa necesaria y están pidiendo un consenso en la política energética. Y es una pausa larga, porque eso no es ejercicio corto, dada la gran mayoría nacional que se opone a destruir la Patagonia y en eso, por lo tanto, para nosotros es como el fin del principio del proyecto».

Añade que «ahora, lógicamente, es el mundo empresarial el que ha producido un tremendo desconcierto, ha generado incertidumbre y hay un caos por una presión gigantesca hacia el gobierno para que dejen opciones a los temas energéticos. Entonces, aquí también hay un poco de ambas cosas y, lógicamente Colbún no quiere hacer la pérdida, quiere generar las condiciones para recobrar lo que ha invertido. Recordar que ya cada empresa ha gastado 150 millones de dólares en lo que va del proyecto».

Rodrigo comenta a Cambio21 que «por el impacto que tuvieron y el sesgo que tiene, afectaría gravemente a la imagen de una familia que tiene gran data en Chile y lesionando su legado. Yo diría que lo han hecho es recapacitar un poco, que aquí sacan el acelerador de un proyecto que a todas luces va por mal camino».

Agrega que «esto va para largo, nosotros lo hemos dicho otras veces: Endesa no es una empresa de los trigos muy limpios, tiene mala imagen en Chile y en muchas partes del mundo, y ha puesto a la familia Matte con Colbún como escudo protector para defenderse y posicionarse en Chile. Creo que no dio resultados; han pasado casi 6 años y esta asociación con HidroAysén es un proyecto que en vez de remontar, se hunde».

Rodrigo recuerda que desde hace siete años «Patagonia sin Represas ha pedido una política nacional de energía acordada por todos los actores y no una política de energía hecha por tecnócratas, asesores de monopolios eléctricos y a la pinta de ellos, sin considerar la opinión de los demás».

 

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