Libertad de Prensa: El costo del periodismo “militante”
Opinión y Comentarios 3 mayo, 2012 Edición Cero
Leyla Noriega Zegarra, periodista
Escuche de una connotada periodista: “ser periodista, es ser militante”, por supuesto. Es militar por la libertad de expresión, por el acceso a la información, abogar por el pluralismo de fuentes, por cuestionar y reconocer lo que sucede, y estar convencida que la comunicación es un derecho humano fundamental para la democracia plena.
No obstante, dicha convicción ha significado un alto costo para la y/o el profesional de las comunicaciones que es necesario visibilizar este 3 de mayo, Día Internacional de la Libertad de Prensa.
La Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) manifestó su preocupación por el secuestro del periodista francés, Roméo Langlois, ocurrido el 28 de abril 2012 en Caquetá, Colombia, quien se encontraba cubriendo una operación antinarcóticos llevada a cabo por una unidad del ejército cuando ésta fue atacada por las FARC.
Según la Sociedad Interamericana de Prensa, SIP, en estos últimos doce meses han sido ultimados 24 periodistas en Brasil, Colombia, Guatemala, Haití, Honduras, México, Perú y República Dominicana.
Reporteros Sin Fronteras, en el “Barómetro de la Libertad de Prensa 2012” registra a la fecha 161 periodistas encarcelad@s en el mundo, siendo Eritrea, Chine e Uzbekistán, los estados que lideran la estadística de comunicadores presos.
No en vano Naciones Unidas calificó al periodismo como una de las profesiones más peligrosas del mundo, tras indicar que en la última década la cifra de colegas asesinados asciende a 500 personas.
Pero ¿qué hay detrás de estos datos que transforma en peligrosa el ejercicio de la “libertad de prensa”?
El Programa Internacional para el Desarrollo de la Comunicación de la ONU el 2010, concluyó que la mayoría de los crímenes contra periodistas son cometidos en sus propios países, en la cobertura de historias locales, es decir cuando la prensa en su rol social, desmenuza situaciones cuestionables que afectan al bien común.
En este sentido, el periodista Ricardo Alemán en su columna titulada “¿Por qué matan periodistas?” publicada en www.informador.com.mx, señaló que “el trabajo periodístico produce un bien conocido como información, cuya propiedad es social -es decir, de todos los ciudadanos-, y que al mismo tiempo es la mejor herramienta de todos para exhibir las virtudes y los vicios de todas las formas del poder. Por eso, cuando levantan, secuestran, desaparecen o matan a un periodista -sea del medio que se trate-, a todos los ciudadanos nos arrebatan bienes, derechos y libertades fundamentales en democracia; como el derecho a estar informados y la libertad de expresión”.
He allí la relevancia del trabajo periodístico, que día a día se “la juega” por generar informaciones que aporten a la opinión pública y ejercicio de la comunicación, donde los Estados tienen la responsabilidad de velar por las condiciones para que las y los comunicadores cumplamos nuestro rol social en el marco del respeto de los derechos humanos.