Cuidemos la República
Opinión y Comentarios 21 mayo, 2012 Edición Cero
Camilo Escalona/Presidente del Senado
Fueron casi dos décadas de dictadura y ya van veinte años de reinstalación de la democracia, plazos largísimos que se han debido vivir y pagar, luego de la profunda polarización política de los años setenta; que tuvo entre otros costos incalculables, el derrumbe del gobierno constitucional del Presidente Allende y luego la implementación de una implacable acción de terrorismo de Estado, cuyas secuelas y dolores llegan hasta hoy.
Por eso, el proceso de cambios democráticos de alcances estructurales debe proseguir su camino sólidamente, aunque sea lento, pero con la capacidad de resistir la prueba del tiempo y de entregar a la mayoría social y nacional necesaria para sostener las transformaciones, la seguridad que se avanza por una ruta que se sostendrá y profundizará sus frutos sistemáticamente. Ello requiere estabilidad política y fortaleza institucional.
Aun desde la oposición, quienes impulsamos la reconstrucción democrática no debemos perder la perspectiva, sin democracia, firme y robusta, no habrá cambio social posible. Deteriorar y deslegitimar la institucionalidad democrática no acelera, sino que retrasa las transformaciones que chilenas y chilenos reclaman.
El clima generado por los diputados de gobierno, de una confrontación destemplada y virulenta, enfocada hacia la ex Presidenta Michelle Bachelet, ha enturbiado el escenario nacional en la antesala de la cuenta del mensaje presidencial del 21 de Mayo.
Pésima decisión.
Pero no por ello se debe agravar la tensión escalando el conflicto, con vistas a generar un altercado o incidentes en la sala del Congreso Pleno, durante la cuenta del actual gobernante.
Dejarse arrastrar al clima de provocación sería también un despropósito.
La institucionalidad democrática y el sistema político no están en su mejor momento, no acentuemos su automenoscabo y desgaste ante los ojos de millones de chilenos y chilenas.
Cuidemos la república, afiancemos la democracia, renovemos sus instituciones, generando condiciones para el ejercicio de la crítica política y debatiendo con alturas de miras acerca de la marcha y las tareas del Estado, ante las nuevas exigencias de la sociedad chilena.
No equivoquemos el diagnóstico, no caigamos en el espectáculo inconducente y recuperemos la centralidad de la política para el bien de Chile. (www.Senado.cl)