ElMostrador.cl / Si hasta hace un mes se puso como fecha ideal marzo del próximo año para que los “presidenciables” abandonaren el gabinete, las tensiones de las últimas semanas, alimentadas por actividades en terreno con claro tenor de campaña y declaraciones cruzadas entre Allamand y Golborne, dejaron un escenario de liquidez en el oficialismo. Ya están todos notificados que si la sangre llega al río, esto ocurrirá en “cualquier momento”.
Dos horas y media estuvo el Presidente Piñera reunido el viernes con sus tres ministros presidenciables, tratando de poner paños fríos a una disputa que no sólo está eclipsando los logros de la actual administración, sino que evidentemente tensiona el día a día de las relaciones en el gabinete. Además, le da a la oposición la posibilidad de acusar día y noche mal uso de recursos públicos para fines electorales. El club que hoy conforman el ministro de Defensa, Andrés Allamand; el de Economía, Pablo Longueira; y el de Obras Públicas, Laurence Golborne, pone en jaque ante los ojos de la opinión pública, la autoridad presidencial.
Todo partió con la decisión de Allamand de salir a buscar a Golborne, pues su opción es la que tiene que tomar riesgos dada la mejor posición en la encuestas y la plataforma corta-cintas que tiene el ex ejecutivo de Cencosud. Golborne picó y de ahí en adelante la batalla ha sido sin tregua.
Después de la última reprimenda en Palacio, las dudas apuntan hasta cuándo durará la frágil tregua y cuánto resiste un gobierno, que no supera el 24% de aprobación en las encuestas y en el que la agenda de sus principales ministros está enfocada en la disputa presidencial del 2013. Con todo, el Presidente les dio a sus ministros una clave: advirtió que dentro de su cronograma de salida del gabinete también existía la posibilidad “en cualquier momento”.
Y es que si hasta hace un mes se puso como fecha ideal marzo del próximo año para que los “presidenciables” abandonaren el gabinete, las tensiones de las últimas semanas, alimentadas por actividades en terreno con claro tenor de campaña y declaraciones cruzadas entre Allamand y Golborne, dejaron un escenario de liquidez en el oficialismo.
En La Moneda reconocen que el tema no es fácil y que es un arma de doble filo. Allamand, Longueira y, sobre todo, Golborne —incluida su generalísima la ministra del Trabajo Evelyn Matthei— permiten a la vilipendiada administración piñerista sumar agua al molino, mostrando una imagen positiva de respaldo ciudadano, aunque las encuestas digan lo contrario.
En el oficialismo no hay dos voces para asegurar que este no es el momento adecuado para que alguno de los presidenciables deje la favorable plataforma mediática que les entrega su condición de ministros. Una línea de análisis plantea que el más perjudicado con la salida del gabinete sería Golborne, quien por su condición de independiente necesita aún del blindaje y piso —aseguran en la derecha— que le ha dado el gobierno hasta ahora. Sin embargo, otros argumentan que fuera del gabinete Golborne podrá recorrer el país para las municipales, pues estiman que no habrá candidato a alcalde o concejal del sector que se reste de la foto con el carismático ministro de OO.PP.
Si bien salir anticipadamente no es el ideal para Allamand y Longueira, ambos tienen una trayectoria política de dos décadas que les sustentan. Por cierto, al Presidente le es más favorable tenerlos relativamente alineados dentro del gobierno que fuera de éste, criticándolo a cada rato dada su debilidad ante la opinión pública. Cuestión que ambos hicieron sin piedad hasta que lograron entrar al gabinete.
En Palacio reconocen que el tema es un verdadero dolor de cabeza, que se ha salido de toda planificación. Aunque, apuestan a tratar de mantener a raya la situación por unos meses, puntualmente hasta después de las municipales e ir, semana a semana, poniendo paños fríos. No es casual en ese escenario, que tras el almuerzo del viernes de los ministros “políticos” con Piñera, se anunciara —así lo dijo el vocero Andrés Chadwick— que desde ahora se instaurará la modalidad de hacer mensualmente una reunión-almuerzo entre el Mandatario y los ministros “políticos” del gobierno, incluidos los “presidenciables”.
Para La Moneda el escenario es claro. Mientras la sangre no llegue al río de forma “grosera y evidente” ante la mirada de la ciudadanía y la opinión pública, la situación es tolerable.
Golborne desayunó la semana pasada con madres de la comuna de Recoleta junto a la alcaldesa Sol Letelier, una instancia en la que no se inauguraba ningún puente, camino o vereda que involucrara al ministerio de Obras Públicas. En otras actividades en terreno, siempre con la chaqueta roja que instauró la administración piñerista para el concepto del 24/7, ha sacado a relucir su pasado de “clase media”, su origen en la comuna de Maipú y hace gala de su carisma.
Precisamente esa agenda es la que molesta en demasía a RN.
Allamand, conciente que —de las tres secretarías— su cartera es la más compleja de reemplazar de un día para otro, porque la Defensa Nacional pasa por una política de Estado, no dejó pasar las salidas a terreno del ministro Golborne para darle un sutil arañazo la semana pasada. “Yo estoy 100% dedicado a las tareas del ministerio, no voy a pronunciarme sobre actividades que han sido cuestionadas. Yo he dicho que no voy a participar en las municipales y cumplo cabalmente las instrucciones del Presidente, estoy dedicado a los temas del ministerio (…) A buen entendedor de las cifras, pocas palabras, aquí no hay un perfilamiento claro en la Coalición por el Cambio, la adhesión de todos es bajísima”.
Si eso fuera poco, el viernes en la mañana Longueira, tras bailar unos pies de cueca con adultos mayores agregó: “He sido cinco veces candidato y no he perdido nunca una elección, así que si llego a tomar esa decisión tengan claro que lo voy a hacer con la confianza de que gano también”.
En Palacio consideraron que las escaramuzas fueron intensas la semana pasada, pero también se mantuvieron dentro del límite y precisaron que cuando la pelea entre los tres sea insostenible públicamente, es cuando el elástico se cortará aunque no se haya llegado al umbral de las municipales.
El experto
Si bien en Palacio están prendidas todas las alarmas, hay voces en el oficialismo que llaman a la calma. El académico de la Universidad del Desarrollo (UDD), Gonzalo Müller, asegura que “nada indica que deba anticiparse la salida de los presidenciables del gabinete”, que la encuesta CEP “sólo marca un punto de partida” y que en esa perspectiva los ajustes en el gabinete no deben realizarse “antes de las municipales de octubre, después de eso, noviembre y diciembre son los meses para las decisiones”.
Y aunque no se discute que la contienda del 2013 eclipsa la agenda del Presidente Piñera, el analista de la UDD agrega que lo que se evidencia en el oficialismo “es propio de los gobiernos que duran cuatro años, ese es uno de los principales problemas, lo que está sucediendo, pasada la mitad del mandato como lo es en este momento, es natural que se instale el tema de la sucesión”.
Müller va un paso más allá y calma los ánimos a los pesimistas del oficialismo ante el magro 24% de apoyo del gobierno en las encuestas. “Eduardo Frei terminó su mandato con un muy bajo índice de aprobación e igual le pasó la banda a uno de su coalición, Ricardo Lagos. Michelle Bachelet tenía un altísimo nivel de respaldo ciudadano y no logró traspasar el mando a uno de los suyos (…) la correlación entre la aprobación del gobierno y la carrera presidencial no tiene una relación directa”.
Más allá de lo que digan los analistas, hay algo inevitable y claro. La carrera presidencial en el oficialismo y cuanto dure el llamado al orden que hizo el Presidente Piñera el viernes, será tema obligado del comité político de ministros de este lunes, donde participan los ministros Chadwick, de Interior, Rodrigo Hinzpeter, de la Segpres, Cristián Larroulet, más los timoneles de la UDI, Patricio Melero y RN, Carlos Larraín junto a las bancadas parlamentarias de ambos partidos. También lo serán las palabras de Golborne anoche en Tolerancia Cero.