El Mar quiere cobijar por siempre a Freddy López, desaparecido entre las olas de Cavancha, cuando practicaba body
Crónicas 20 septiembre, 2011 Edición Cero
Extraña son las vicisitudes de la vida. Ximena Stelle, nunca tuvo tiempo de acompañar a su hijo Freddy López cuando practicaba body board. Es que aquello era una actividad rutinaria del joven, que ya lleva más de un mes desde que desapareciera entre las olas. Sin embargo hoy junto al de su hijo, su propio nombre es el que más se escucha en torno a la práctica deportiva del body y el surf. Hace poco, incluso, en un campeonato en homenaje a Freddy, debió entregar los diplomas.
El 13 de agosto ocurrió la tragedia. Freddy y otros deportistas, todos mayores que él, practicaban body en la Punta der Cavancha. Pese a las advertencias de la autoridad marítima, que incluso, suspendió un campeonato que se realizaría por esos días, los jóvenes entraron al agua embravecida; todos salieron, excepto Freddy, que se quedó para siempre entre las olas.
Ximena ha visto el mar día a día, desde que su hijo desapareciera. Y ha compartido con sus compañeros y con otros deportistas y dirigentes. Nunca como ahora, miró las olas y supo distinguir una de otra; entender su curvatura y velocidad… En fin… Nunca como ahora estuvo tan segura de cuánto Freddy amó el mar y que allí, en la azulada inmensidad del océano, descansa en paz. “No me cabe duda que está en paz. Alegre y bromista, como era él”, dice emocionada.
Retoma el aliento y agrega: “No todos tenemos las mismas creencias, pero yo pienso que el cuerpo es un envase que portamos mientras tenemos vida, pero cuando uno se va, el alma sigue.. quizás rondando… y quizás el alma de Freddy esté aquí conmigo, ahora, tocando mi hombro…”
No es que no quiera encontrarlo, pero sabe que el mar lo cobija y lo envuelve. “Mi hijo ya partió, sé que no va a estar más conmigo, en presencia, pero siempre estará en mi pensamiento, en mis recuerdos y en mi corazón. Ahora está en el mar, quizás para siempre, en el mismo mar que tanto le gustaba; pero sin duda que no buscó la muerte, pero ese fue su destino y lo tengo que aceptar. Sólo quiero que esto sirva de ejemplo para que no vuelva a ocurrir”.
Tiene la férrea voluntad de trabajar para hacer conciencia sobre los riesgos de esta práctica deportiva. Es que no quiere que ninguna otra madre, pase por lo que ella está viviendo. “La muerte de mi hijo ha servido para tomar conciencia. Usted ve cómo vienen las personas acá y todos quieren colaborar”
Dos realidades
Cuando ocurrió lo de Juan Fernández, se sintió muy afectada por las personas que fallecieron. También le dolió y entendió a los seres queridos de aquellos que, como su hijo, encontraron la muerte en el mar, “porque lo que ellos sienten es lo mismo que siento yo”. Sin embargo, no pudo evitar la comparación. “Allá se montó un tremendo operativo y estuvieron todos los recursos disponibles, a diferencia de lo que pasó con la búsqueda de mi hijo. Creo que la búsqueda comenzó tarde, que hubo poco coordinación y que terminó pronto”.
Igualmente, destaca el trabajo de la Gobernación marítima y de las autoridades respectivas; de voluntarios, venidos de todos lados; y de personas comunes y corrientes que espontánea ofrecieron su apoyo. “Nada de eso niego, pero igual, no es el mismo despliegue que hubo en el accidente de Juan Fernández”.
Hoy rememora la relación que tuvo con su hijo, que era el del medio entre tres hermanos varones. Para ella, como madre, la prioridad era que estudiara; para él, como joven inquieto, la prioridad era el mar. “Como todo joven, se aferraba a lo que más le gustaba. A veces ni comía por estar metido en el agua”.
Sin embargo, hoy se sorprende al enterarse cuanta gente lo conocía y lo quería y admiraba. Tampoco dimensionó antes, lo bueno que era en la práctica del body board. “Yo que era ignorante en este tema, ahora me veo ahí, metida en el medio de los jóvenes”.
El desafío
Se siente satisfecha que hoy, el desafío para los deportistas y dirigentes del body board y el surf, sea la seguridad. “De hecho, quieren contar con una instancia que los agrupe a todos; contar con medios adecuados para enfrentar emergencias, establecer coordinaciones… En fin, todo para que no se produzca otra situación que lamentar”.
Se siente agradecida que los deportistas, voluntariamente estén construyendo un mural en recuerdo de su hijo. Y que se proyecte una plaza, a modo de memorial y punto de reflexión. “Como ve, mi hijo sigue vivo en el recuerdo que tenemos todos de él. Es que tanta gente lo quería”.
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