20 años Patrimonio Mundial Salitreras Humberstone y Santa Laura. La pampa y el desierto de Tarapacá

Dr. Bernardo Muñoz Aguilar, antropólogo social, Universidad de Tübingen, Alemania.-

La pampa arriba de la ciudad de Iquique como territorio influenciador de la historia de la ciudad ha sido un foco para las investigaciones de la historia regional y ha estado ligada a su desarrollo y crecimiento en términos económicos, sociales y culturales. Esta situación ha llamado la atención de historiadores, arqueólogos, antropólogos y educadores entre otras ciencias que se han preocupado de indagar sobre este pasado reciente de la historia del norte de Chile.

Vivir entre la costa y el desierto ha modelado las formas históricas de vida de los iquiqueños, con sus luces y sombras, lo que incluso se deja ver en el himno de la ciudad. Esta dureza y al mismo tiempo belleza ha moldeado los espíritus luchadores de iquiqueñas e iquiqueños.

Toda vez y además que en estas tierras se inscribe el nacimiento del movimiento obrero de Chile, donde no sólo el accionar de Luis Emilio Recabarren, sino que la acción heroica de cientos de trabajadores que abrazaron la causa obrera culminó con la matanza de 1907 de la Santa María de Iquique, donde 3.607 obreros y sus familias fueron asesinados después de bajar de la pampa demandando cambios en la terrible situación laboral y humana que vivían en el árido desierto de Tarapacá.

Hoy en día se realizan unas exiguas conmemoraciones a un costado de la escuela Santa María, en un monolito cuya situación durante el año deja mucho que desear por las pésimas condiciones de salubridad en que se encuentra producto de la acción de personas inescrupulosas que generando diversas incivilidades en el lugar tienen a este monolito como un sitio alejado de la memoria que se debería mantener. No es menos la desafección de las autoridades locales por mantener este monolito a buen resguardo.

En pleno desierto se alzan las oficinas salitreras de Humberstone y Santa Laura que desde hace muchos años han sido administradas por la Corporación Museo del Salitre la que ha generado diversos proyectos para su sostenibilidad como parte de la historia del salitre, toda vez que en Humberstone y Santa Laura en la actualidad siguen siendo aún patrimonio de la humanidad ante la UNESCO.

En el año 1997 es declarada monumento nacional, en el año 2.005 es declarada Patrimonio de la Humanidad y en el año 2019 después de intensos trabajos, inversiones internacionales y nacionales, la preocupación del Estado chileno, el gobierno regional y conducido esto por la Corporación Museo del Salitre, sale de la condición de patrimonio en peligro.

Desde mi humilde punto de vista el programa de inversiones y los distintos proyectos presentados a diversos organismos harían insostenibles las distintas reparaciones y mantenciones que se realizan especialmente en la salitrera de Humberstone. Si bien es cierto que hay consecuciones como la mantención del teatro y escuela entre otros sectores de la enorme salitrera, el conjunto de las estructuras de esta, por ser de madera, necesitan periódicamente sucesivas e ingentes inyecciones de recursos económicos.

Una sostenibilidad acorde con la inyección de recursos debería considerar modelos europeos de conservación, como sería el encapsular al vacío las grandes estructuras de madera las cuales así evitarían su exposición a las crudas temperaturas y acción de la naturaleza en este contexto de desierto, lo que habla de la vulnerabilidad que sufren las estructuras de madera ante los grandes cambios de temperaturas propio de esta zona extremadamente árida. Esta ultima hubiese tenido un mayor impacto negativo de no ser por el accionar de dicha Corporación que a lo largo de 20 años aproximadamente ha luchado por mantener, mejorar, generar sostenibilidad y el concepto de turismo regenerativo entre los visitantes nacionales e internacionales.

Además, aseguraría el que las inversiones realizadas pudieran mantenerse en el tiempo otorgando un valor agregado a este capital histórico y turístico en el ámbito de la sostenibilidad y el turismo de desierto, aun cuando todas las intervenciones están validadas por el CMN y la UNESCO, respecto de su sostenibilidad con constante supervisión de ICOMOS.

A esto último denominamos la sostenibilidad de las inversiones para el patrimonio cultural material, que se recupera mediante el círculo virtuoso que se produce debido a que el retorno de lo invertido es mayor, porque la cantidad de visitas en un sitio histórico como este crece, una vez que el sitio asegura, además de la interpretación de la historia una mejor y más duradera exposición de sus vestigios mediante la sostenibilidad del sitio en general y de sus exposiciones históricas in situ en particular, estableciendo un necesario turismo regenerativo en un sitio de memoria.

Tod@s los iquiqueños de alguna forma estamos relacionados con la pampa. Nuestros ancestros trabajaron ahí. Mis abuelos paternos bajaron de la pampa y compraron amplias propiedades en Iquique, en una de las cuales me crie y crecí hasta ser adolescente. Eran terrenos que comenzaban en una cuadra y terminaban en la otra. Mi padre, después de casado trabajó dos años en las calicheras, en el rudo trabajo de alimentar las maquinas procesadoras del oro blanco.

Con el descubrimiento del salitre sintético por parte del alemán Fritz Haber durante la primera guerra mundial, por el proceso Haber-Bosch, comenzó la lenta desaparición de aquellos enclaves mineros que pusieron a Iquique y a su desierto en el centro del mundo industrial.

Por eso recordar a una de las más importantes oficinas salitreras nos sumerge en nuestra relación con el desierto y que en parte se recoge brillantemente en el himno local que refiere a las riquezas y a la dureza de la historia del poblamiento del desierto. Larga vida arqueológica a Humberstone, a Santa Laura y a todas aquellas pequeñas y olvidadas oficinas que supieron de nuestros pasos, de los pasos de nuestros antepasados y que construyeron gran parte de nuestro imaginario colectivo como iquiqueños desde el mar a la cordillera.

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