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Iván Vera-Pinto Soto, Cientista social, pedagogo y escritor.- Queridos familiares de Sonia Castillo Araya, amigos, amigas y colegas. Nos congregamos en el Veteranos del 79,... ¡Hasta siempre maestra Sonia Castillo!

Iván Vera-Pinto Soto, Cientista social, pedagogo y escritor.-

Queridos familiares de Sonia Castillo Araya, amigos, amigas y colegas. Nos congregamos en el Veteranos del 79, este lugar emblemático de la cultura Iquiqueña, para rendir un sincero y emotivo homenaje a una maestra excepcional, una figura insustituible en el ámbito del teatro y la educación. La verdad es que Sonia, no solo ha sido una maestra teatral, sino también una mentora, guía y fuente de inspiración para muchas generaciones de teatristas nortinos.

Su paso por las aulas y el escenario dejó una huella indeleble en cada uno de sus pares y estudiantes. Su devoción por el arte escénico no solo se manifestaba en su labor docente, sino también en su forma de vivir. Cada instante era una ocasión para sumergirse en la riqueza del arte, para desafiar las fronteras de la creatividad y para motivar a otros a seguir su ejemplo.

Ella nos enseñó que el teatro es más que una disciplina artística; es una forma de entender el mundo, de conectarnos con nuestras emociones más profundas y de comunicar verdades universales. Nos mostró que el espacio escénico es un paraninfo de la vida, donde podemos explorar nuestras identidades, reivindicar nuestra memoria histórica, confrontar nuestras inquietudes y celebrar nuestras victorias.

Más allá de su conocimiento técnico y su habilidad para dirigir, lo que realmente la hizo especial es su virtud para ver el potencial en cada uno de los niños y jóvenes. Su fe inquebrantable en las capacidades de sus alumnos y alumnas les dio la fuerza para seguir adelante, para superar los escollos y para alcanzar nuevas alturas.

Quienes compartimos experiencias junto a ella guardamos con cariño los recuerdos de su dedicación al teatro, los períodos de alegría compartida y los ideales que soñamos juntos, tanto en nuestras conversaciones como en la práctica teatral. Su legado trasciende por sobre las obras producidas, los premios ganados y los aplausos recibidos. Se manifiesta en la confianza que infundió en los equipos teatrales, en la pasión por el arte escénico que nos transmitió y en la comunidad de artistas y amistades que contribuyó a formar. Cada uno de nosotros lleva consigo una parte de Sonia Castillo, y es nuestro deber continuar su labor, mantener viva su llama creativa y seguir inspirando a otros, tal como ella lo hizo con sus colaboradores y compañeros de profesión.

En un breve recuento de su trayectoria podemos destacar que Sonia Castillo Araya dedicó más de 50 años a ser actriz, directora y pedagoga teatral. En la Escuela Artística “Violeta Parra” trabajó como docente durante 25 años hasta su jubilación en 2009.

Participó en las compañías TIUN (Teatro Iquique de la Universidad del Norte) y TENOR (Teatro del Norte). Además, cofundó la Compañía de Teatro TEA (Teatro Es Amor) junto a la profesora y actriz Luisa Jorquera Herrera. Al respecto, creo que es pertinente evocar algunas de sus palabras, registradas en una entrevista que le hice con motivo de la publicación del texto “Historia social del teatro en Iquique y la pampa, 1900-2015”. Sonia, explica:

“Esta iniciativa comenzó en 1985 por una motivación personal: a mí me gusta el teatro infantil. Además, veía que Iquique carecía de un trabajo serio dirigido hacia los niños, con montajes que no tuvieran costo y que la «puesta en escena» no fuera panfletaria con mensajes sobre cómo los niños debían portarse bien. Se necesitaba algo bonito que maravillara a los niños. Nosotros trabajábamos generalmente con luces negras, lo que hacía que los niños vieran cosas que crecían y desaparecían, jugando con su imaginación. Bueno, eso lo descubrí gracias a Luisa. Por eso nos asociamos, porque al final ella tenía los mismos intereses.

Luisa me invitó a participar en unas animaciones que hacía con otras actrices: Balbina Morales, Marianela Salas y un amigo que hacía de payaso. Esa fue la primera vez que me caractericé de payaso para animar a los niños que estaban bajo el escenario, mientras los demás estaban sobre la tarima. Ahí me di cuenta de que tenía esa alma de niño. Entonces jugué y la pasé muy bien. Aunque yo había trabajado en el TENOR con obras infantiles, estas eran diferentes a lo que yo veía o quería hacer. Así empezamos a montar obras infantiles de Guillermo Ward, las cuales en su mayoría adapté, extrayendo las esencias que me interesaban.

Como yo trabajaba en la Escuela Artística, tenía alumnas muy talentosas y disciplinadas que había ido formando y que fueron las que pasaron a integrar el TEA. Después, la alcaldesa Mirtha Dubost nos invitó a realizar temporadas en el Teatro Municipal. En ese tiempo, acceder a esa sala era muy difícil, pues existía un grupo de amigos del Teatro Municipal, seleccionado por la autoridad comunal, que determinaba qué se presentaba allí. Por supuesto, el acceso no fue gratis. Tuvimos que entregar un porcentaje de la recaudación para la sala; el resto quedaba para financiar la producción de las obras, ya que en ese tiempo no había ninguna empresa que nos apoyara ni fondos concursables.

Solo nos financiábamos de nuestros propios bolsillos o pedíamos un préstamo. Gracias al buen trabajo artístico y a la gestión de producción, siempre logramos recuperar todos los gastos que incurríamos. Y si había alguna ganancia, se repartía de forma proporcional, de acuerdo a las funciones de cada integrante. Gracias al trabajo colectivo, llegamos hasta Chiloé con el teatro. Trabajamos para diferentes públicos y en diversos escenarios: plazas, calles, escuelas, jardines infantiles y poblaciones. Fue una experiencia muy enriquecedora para las niñas y también para nosotras”.

Del mismo modo, actuó en el Teatro Universitario Expresión entre 1990 y 1993, brillando como actriz en papeles dramáticos y protagonistas. Desde 1986 y 1988 dirigió el Teunap (1986-1988) con el respaldo de la UNAP. En esa agrupación estudiantil, impartió talleres de arte escénico para los estudiantes y organizó actividades de extensión artística tanto dentro como fuera de la universidad. Por la década de los 90 también colaboró con la Compañía de Teatro Infantil Kolorín Kolorado en la obra “El Mago de Oz” y “Suspiro y el duende”.

El año 2001 la Asociación de Directores Teatrales (ADITI), conformada por los directores de las cinco compañías de mayor trayectoria: Iván Vera-Pinto (Teatro Expresión), Sonia Castillo (Teatro TEA), Abraham Sanhueza (Teatro Antifaz), Ramón Jorquera (Teatro No Más) y Guillermo Ward (Teatro Viola Fénix) organizan el Festival ¡UPA AL TEATRO!

Después de las primeras versiones de este encuentro, el Teatro TEA, liderado por Sonia Castillo y Luisa Jorquera, decidieron continuar de manera independiente con esta iniciativa a pesar de los aprietos financieros existentes. Esta actividad, muy esperada por el público local, poco a poco fue ganando prestigio nacional e internacional. La maestra, en el texto citado anteriormente, comenta:

“Cobramos dos mil pesos y con eso pagábamos a los chicos que se encargaban de la parte técnica y pegaban volantes. Todo eso no estaba incluido en el proyecto y tuvimos que financiarlo con las entradas. En el 2011 fue muy difícil, ya que nos fueron desplazando del escenario: empezamos en el Teatro Municipal, luego en el hemiciclo, y finalmente terminamos en el antiguo estadio de Cavancha. Nos instalamos en un espacio vacío. Abraham Sanhueza nos facilitó paneles y alquilamos luces. Además, adquirimos telas y madera para cubrir el escenario, procurando brindar comodidad a los actores con todo lo necesario. No obstante, nos enfrentamos a una dificultad considerable: el lugar donde trabajábamos solía ser utilizado para almacenar carros con basura, lo que generaba un olor desagradable.

Este inconveniente desencadenó numerosas discusiones con las autoridades municipales, y experimenté una profunda indignación. Esta situación me llevó a plantearme seriamente la idea de abandonar el proyecto. A pesar de ello, el respaldo de los grupos invitados me persuadió para seguir adelante con una nueva edición. Pero, al poco andar, nos encontramos con problemas de alojamiento debido a la falta de seriedad de un hotel donde solíamos hospedar a las delegaciones. En ese momento, me sentía completamente agotada y desalentada por la falta de apoyo de las autoridades locales”.

En suma, como suele suceder con muchos trabajadores y trabajadoras teatrales, “contra viento y marea” logran materializar sus iniciativas con muy poco respaldo institucional, impulsados, mayormente, por el compromiso que asumen con su colectividad y con el arte.

En el año 2013, participó como actriz en el Colectivo Zeta, un Teatro Espontáneo dirigido por el maestro teatral Guillermo Ward. En fin, detallar todos los proyectos que emprendió sería demasiado extenso, pero podemos afirmar que fue una mujer incansable en la creación teatral y muy crítica de las diversas formas de hacer teatro. Precisamente, en la entrevista mencionada, declara:

“Yo me acuerdo que las obras del TENOR y las que hicimos con el Expresión, eran a teatro lleno, como “Infieles” y “La Chunga”. Eran piezas teatrales más cercanas a la gente. Creo que las nuevas generaciones de teatristas no deben quedarse solamente en estudiar el cuerpo, sino también que sean actores que comuniquen y tengan la mística teatral que tuvimos nosotros”

El año 2022, merecidamente, fue galardonada con el “Premio a las Artes Escénicas Nacionales Presidente de la República”, el que fue concedido en reconocimiento a su excelencia, creatividad, destacada labor y aporte trascendente al repertorio de las artes escénicas nacionales.

En la despedida de esta Hija Ilustre de Iquique, hacemos memoria de su dedicación, su sabiduría y su amor incondicional por el teatro comprometido con la identidad de nuestra región tarapaqueña. Estamos seguros que su influencia perdurará en el tiempo, y siempre llevaremos su herencia cultural con orgullo y gratitud.

Sonia Castillo Araya, por ser una luz guía en el camino de no pocos artistas y por el impacto en la vida de innumerables personas, no tenemos duda que tu espíritu vivirá en cada escena, en cada actuación y en los corazones de cada uno de nosotros.

¡Hasta siempre Sonia! ¡Hasta siempre maestra y compañera!

Reflexión de Iván Vera Pinto, en el tributo a Sonia.

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