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Alejandra Flores Carlos, Convencional Constituyente, Distrito 2. El presidente del Consejo Directivo del Servel, Andrés Tagle, se ha permitido cuestionar el carácter democrático y... El que explica se complica: Tagle y el peso de la noche

Alejandra Flores Carlos, Convencional Constituyente, Distrito 2.

El presidente del Consejo Directivo del Servel, Andrés Tagle, se ha permitido cuestionar el carácter democrático y la legitimidad de la convención constitucional, con publicidad y alevosía, vulnerando gravemente no solo la misión y valores de la institución que dirige, si no que atacando, desde la visibildad e investidura que le da su cargo, a la única instancia de participación popular y democrática que ha abordado la tarea de escribir una Constitución en la historia de nuestro país.

Esto no es casual, responde a los grandes intereses de los poderes fácticos, económicos, sociales y políticos, que Tagle y su militancia política representan, los que no toleran que el pueblo participe en la elaboración de una nueva Constitución que responda a las grandes demandas expresadas por décadas, que hicieron crisis a partir de octubre del 2019 y que son el sentido de construir un nuevo pacto social en nuestro país, donde los movimientos sociales y entre ellos, los pueblos originarios, juegan un rol protagónico al interior de la  Convención Constitucional.

La Misión del Servel señala que este organismo debe “Contribuir a la democracia mediante la promoción de la participación ciudadana informada; el apoyo al rol de los partidos políticos y el ejercicio de los derechos de los independientes (…) y la preservación de la memoria electoral del país, a través  de procesos eficientes que resguarden la probidad, aseguren la transparencia y el cumplimiento a la Constitución y las leyes”.

Con sus declaraciones, Tagle hace exactamente lo contrario: desinforma a la ciudadanía sobre la legitimidad democrática de la Convención, vulnera los derechos de las y los independientes, que incluye a los pertenecientes a pueblos originarios, cuyos cupos considera “subterfugios propios de una dictadura”, atentando con estas declaraciones  contra los principios y visión de la institución que lidera.

Vale señalar que, en el ejercicio democrático de la Convención, se invitó al Sr. Tagle, como presidente del Consejo Directivo de SERVEL, a una audiencia pública ante la Comisión de Sistema Político y estando frente a los convencionales, supuestamente ilegítimos o no democráticos, no emitió los temerarios comentarios que realizó en la columna en comento.

Recientemente Tagle salió a dar explicaciones sobre sus dichos, separando su opinión “personal” del rol de la institución. Sin embargo, esto solo agrava la falta, ya que la visibilidad que tuvieron sus declaraciones se logró gracias al cargo que detenta, el que utilizó para suscribir la columna y al que por cierto debería renunciar, por la gravedad que esta acción involucra, ya que afecta el rol imparcial y técnico del Servicio Electoral.

Dado el rol sensible del SERVEL, sus directivos debieran ser no deliberantes, con funciones eminentemente técnicas. Cuando se anunció que “un histórico experto electoral de la UDI” asumiría la dirección del Servicio Electoral, hubo quienes alertaron de que Tagle representaba los  intereses políticos de la derecha, que por cierto, mientras existió el sistema binominal, a su sector no le molestó en lo más mínimo. Mientras esa técnica electoral respondió a los intereses de una minoría oligárquica, que detentó el poder durante gran parte del siglo XX y todo lo que va del XXI, no se la criticó, fue una herramienta más del peso de la noche, ese poder invisible que impidió los cambios.

Hoy, la experiencia chilena de la Convención y el momento constituyente protagonizado por los sectores antes excluidos, es estudiada con gran interés por expertos del tema en diversos países, pues, precisamente lo que critica Tagle, la inclusión y protagonismo de las mujeres, de la diversidad sexual, de los territorios y de los pueblos originarios, lo convierten en prácticas de democratización inéditas no solo en nuestro país, sino en el mundo.

* La autora, de ascendencia aymara, forma parte del Colectivo Movimiento Sociales Constituyentes.

 

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