Cuando la dignidad se impone: No a la negociación de amnistía para los presos de la revuelta, por indulto para condenados de Punta Peuco.
Actualidad 24 marzo, 2022 Edición Cero
Juan Riquelme Rivera, imputado en la llamada Operación Cavancha, que arriesga 12 años de condena, prefiere cumplir una pena antes que negociar a favor de los presos de Punta Peuco, condenados por delitos de derechos humanos
Pese al menosprecio que ha recibido por ser una mujer de la clase trabajadora y cuestionándose el derecho que tenía de llegar al parlamento, la senadora Fabiola Campillai, en un ejemplo de dignidad, denunció que el senador Manuel José Ossandón, le habría dicho que apoyaría el proyecto de amnistía para los presos de la revuelta, a cambio de amnistía para los uniformados que cumplen condenas en Punta Peuco, por delitos de derechos humanos.
El arrojo de la Senadora Campillai, también tuvo eco en Iquique, porque enterado de esta noticia que se tomó la pauta de la tarde de este Jueves, Juan Riquelme Rivera, detenido hace un año en la llamada operación Cavancha, también entregó un mensaje, donde pone la dignidad por delante, ante negociaciones que relativizan los delitos y atropellos a los derechos humanos.
NI PERDÓN NI OLVIDO
En efecto, Juan Riquelme Rivera, de 35 años, uno de los detenidos en la Operación Cavancha, es imputado en el caso y arriesga una pena de 12 años. Y, evidentemente, una ley de amnistía, le podría favorecer.
Sin embargo, Juan Riquelme Rivera, rechaza negociaciones a favor de los presos de Punta Peuco y declara:
«Yo, Juan Eduardo Riquelme Rivera, militante del Partido Comunista, preso político de la revuelta, recluido, desde hace 13 meses en la cárcel empresa de Alto Hospicio, nieto de Eduardo Rivera Hidalgo, preso político del cobarde golpe de Estado del 73, jamás aceptaría un indulto a cambio de liberar a los presos y asesinos de Punta Peuco como lo propone Ossandón. Prefiero cumplir mí pena de manera efectiva aun así fueran 100 años. Ni perdón ni olvido”
Juan Riquelme, de 35 años, se desempeñaba como jefe de bodega en un galpón de Zofri y tiene esposa y dos hijos adolescentes.
Su abuelo materno, Eduardo Rivera Hidalgo, tras pasar por el Campo de Concentración de Pisagua, tuvo que partir al exilio en Suecia, hecho que marcó a la familia, y peor aún, porque murió en ese lejano país. Tras su fallecimiento, su hija, madre de Juan, retorna a Chile.
Hoy, son numerosas las acciones para pedir por su libertad, como por la de los otros presos de la revuelta social.
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LA VERSIÓN DE OSSANDÓN
“Lo que yo le dije en una reunión que tuvimos ayer en su oficina es que como sociedad debemos preocuparnos de todas las personas que están sufriendo y eso incluye también a militares que viven situaciones terminales y que también necesitan clemencia”.