Red de carreteras para el turismo regional
Opinión y Comentarios 27 noviembre, 2019 Edición Cero
Pedro Oróstica Codoceo
Desde mi llegada a Iquique, hace más de 25 años, visualicé el interés de la autoridad municipal de incorporar el quehacer turístico, como uno de los elementos gravitantes para el desarrollo local sostenible. Esto, en esos tiempos, se dio como exclusiva iniciativa comunal. Estos ideales fueron motivados por la necesidad de hacer de este, un inestimable “eslabón en perspectiva del avance de la sostenibilidad para la economía local.” Hoy el tema turismo continúa gravitando, más que nunca, dado su definitivo y valioso aporte para este desarrollo local y regional. Además que las condiciones de otrora y de hoy son diferentes.
Es por esto posible señalar, que hoy puede concordarse en un actuar transversal de instituciones públicas y privadas, en la apertura de nuevas rutas para el turismo en Tarapacá. Para esto, solo basta conocer y utilizar esta red de carreteras que se dispone hoy en esta zona del territorio sudamericano. Es aquí donde se conforma una amplia variedad de elementos multiculturales, que unen a los habitantes de Perú, Bolivia, Argentina, Paraguay, Brasil, Chile y su Norte Grande.
Es desde este Norte Grande, entonces, que pueden obtenerse nuevas perspectivas para este accionar incluyente. Las empresas dedicadas al ramo tienen la magia a través de sus actividades, hacer converger lo turístico con lo cultural, lo deportivo, lo educacional. Esto, sobre todo, en tiempos pertinentes para trascender, estigmas mediáticos, por ejemplo, de fronteras asociadas a la violencia y a lo delictual, como es el caso en el norte de Chile y Bolivia. Es una asertividad reconocer que los caminos y carreteras oficiales están y deben estar a disposición de las actividades turísticas.
Una mirada retrospectiva.
Esta parte del relato, tiene sus inicios en la década del 60’ de siglo pasado. Esto, cuando desde la Municipalidad de Iquique, se discurre frente a las adversas condiciones sociales y económicas que afrontaba la población. Tras varias décadas del cese de la actividad salitrera, aparecían las pesqueras, trayendo los anhelados campos de trabajo – que en esas décadas brillaban por su ausencia.
Pero también, por la razón que se quiera, cesó en magnitud la explotación de la harina de pescado, trayendo de nuevo, la cesantía y ahora las ollas comunes en las plazas. Un Iquique empobrecido. Y Santiago, no tenía las alternativas, los planes B, o como quiera que se llamase. De acá surge la resiliencia local y comienza el planteo dirigido a establecer dinámicas hacia la superación de aquellas condiciones productivas primarias. Esta iniciativa comunal, surge derechamente ante la ausencia de ideas desde el ámbito del gobierno central.
Un par de años antes de este bajón, desde el Consistorio surgió la estrategia de “establecer las bases sobre las cuales comenzaba la municipalidad a cimentar el futuro turístico de la comuna. Esto quedó establecido en el Acta del Seccional Cavancha 1965. La tesis fue que: dadas “las inmejorables condiciones de clima, facilidades de playa y disponibilidades de terreno, se desea transformar el sector Cavancha, Balneario y avenida Balmaceda, en un importante centro de desarrollo turístico general y de esparcimiento para la ciudad.”
No obstante, “este Plan solo alcanzó a ser implementado y difundido hasta el mes de septiembre de 1973”, fecha en que comienza a funcionar gobierno militar. Fue por lo cual, que en 1992, de retorno al sistema de elecciones en las urnas, se detiene proyecto destinado a construir edificios departamentos con playa privada en Playa Cavancha. Estas construcciones eliminaban la posibilidad de contar con espacios incluyentes y que hoy constituyen la Playa y el Parque Temático, principales caras turística de la comuna.
Turismo y rutas logísticas
Retomada la vida democrática en Chile, las autoridades comunales electas popularmente en 1992, dan continuidad a esas proyecciones iniciales. Por cuanto, se procede a direccionar esta ciudad puerto hacia la construcción de infraestructura necesaria para la creación de una ciudad atractiva. Es así como ya el año 2005, se encontró a Iquique, en destacado lugar como destino nacional y extranjero, ya que junto a esto, y paralelamente, se trabajó en temas paradiplomáticos que acercaban a esta capital regional a lugares e instituciones, de los diversos ámbitos geográfico y culturales de estos países vecinos.
Hoy se tiene a disposición, una vasta red de carretas y ferrovías en el radio del ámbito del frente portuario binacional Sur del Perú y Norte Grande de Chile. Sobre la importancia de estas carreteras, corredores o rutas logísticas se refieren las definiciones de DIFROL y CEPAL, las cuales se relacionan derechamente con el desarrollo del país. Por cuanto, las conectividades con los países vecinos cumplen un rol esencial para el Norte en general y para Tarapacá en particular.
Conclusiones
La concretización final de esta estupenda red de infraestructura vial en esta zona sudamericana, constituye una enorme fortaleza para la totalidad de los territorios involucrados en esta realidad. Todos quienes forman parte de los territorios de este Radio de Influencia del Frente Portuario Binacional Sur de Perú y Norte de Chile la tienen a su disposición.
Puede decirse que este gran trozo territorial sudamericano, constituye una estructura idónea para el establecimiento de relaciones turísticas, culturales, deportivas, educacionales, que a mi juicio, esperan una mayor sistematicidad para llevar adelante actividades turísticas en Tarapacá, como en las regiones vecinas, tanto de Chile como de los países que integran esta zona sudamericana.
Las proyecciones que surgen de esta fortaleza geográfica integrativa, se materializan en la comprensión del uso que pueda dárseles. Creatividad y emprendimiento cumplen un rol decisivo para hacer del turismo ese eslabón definitivo y sostenible en el desarrollo de Tarapacá para el siglo XXI.