Edición Cero

Una jornada de protesta se realizó en el Parque Playa Brava, luego que unas mil quinientas personas que compraron onerosas entradas para asistir a... Más de 1.500 afectados por fiesta electrónica que vendió entradas y evento no se realizó

estafaUna jornada de protesta se realizó en el Parque Playa Brava, luego que unas mil quinientas personas que compraron onerosas entradas para asistir a una Fiesta Electrónica, con la participación de destacadas bandas, los organizadores de Dreamland Chile, huyeran de la ciudad y no realizaran el evento. Incluso, contrataron durante varios meses a personal, sin que sus honorarios fueran cancelados.

Los manifestantes se reunieron con carteles en el parque Las Banderas, para manifestar su malestar, incluso el hecho concito la presencia de Carabineros que tomó conocimiento del caso. En la ocasión participaron personas que compraron entradas como trabajadores previamente contactados por la organización, quienes jamás recibieron sus pagos. La empresa abandonó Iquique, sin dar explicaciones ni dejar rastro. «Entiendo que se fueron a Santiago y de allí a Chillán», señaló uno de los manifestantes.

La funa realizada fue para dejar en evidencia la estafa ocurrida y, en lo posible, realizar acciones legales, señalaron. En concreto se vendieron entradas para un festival electrónico que ser realizaría este viernes 15 de enero. Supuestamente  participarían artistas internacionales, como Nervos, que venía de Australia.

En tanto, los jóvenes que fueron contratados para la difusión, promoción y venta de entradas, incluso, viajaron a Antofagasta para vender entradas, bajo ola promesa que les cancelarían todo, luego del evento, donde recaudarían dinero.

Las entradas se vendían en variados locales establecidos que también fueron engañados. Incluso había puntos de venta en Antofagasta y Arica. También hubo personas que compraron los tickets en dólares desde Argentina.

Denunciaron  que se falsificaron documentos, de organismos públicos que aseguraban que el evento se realizaría. Cual sorpresa se llevaron los trabajadores, al comprobar que nunca se tramitó ninguna autorización.

 

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