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Cambio 21/ Por Teresa Frías.- Durante largas décadas la Iglesia católica fue catalogada como «la» gran institución, respetada y querida. Que albergaba a millones de fieles... Impunidad de Karadima, mientras el Papa pide perdón por abusos sexuales en Iglesia Católica

karadimaCambio 21/ Por Teresa Frías.- Durante largas décadas la Iglesia católica fue catalogada como «la» gran institución, respetada y querida. Que albergaba a millones de fieles alrededor del mundo. Hoy, y tras los escándalos conocidos de pedofilia y abusos sexuales, el panorama ha cambiado. El caso Karadima provocó el traspié, la verguenza y la indignación más grande vivida por los católicos en Chile.

La Iglesia Católica está pasando por uno de sus peores momentos, reflejándose en la caída libre que está teniendo en credibilidad a nivel mundial y que llevaron al Papa Francisco a pedir perdón públicamente y reconocer lo tardío de la reacción. Las principales razones que han llevado a esta situación han sido los reiterados temas de abusos sexuales, pedofilia y sacerdotes con una doble vida, incluso con hijos.

Por su parte, el Vaticano a lo largo del tiempo se transformó en una especie de cápsula que no revelaba ningún antecedente de lo que ahí ocurría. Entre cuatro paredes, los sacerdotes hablaban del tema , pero frente a la ciudadanía su comportamiento era otro, negándolo todo y asegurando que las irregularidades eran «casos aislados».

Eso duró hasta la publicación de una serie de cartas confidenciales del papa Benedicto XVI sobre temas candentes, como las intrigas del Vaticano o los escándalos sexuales del cura mexicano fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel.
Si bien hoy en día, con Francisco I a la cabeza del Vaticano, se ha logrado ver un cambio en la jerarquía de la institución y ha impuesto un estilo más sobrio, aún falta por cambiar cosas, y sobre todo que tanto la Iglesia como la justicia enfrenten los casos de pedofilia como corresponde.

Karadima sacudió la Iglesia

En nuestro país, las acusaciones de James Hamilton (44 años) y Juan Carlos Cruz (46 años) contra el sacerdote Fernando Karadima por ultrajes cuando eran menores de edad, sin duda provocó el escándalo más grande vivido por los católicos en Chile.

La situación alarmó a la iglesia de nuestro país, ya que se trataba de uno de los sacerdotes más influyentes dentro de sus diócesis y que, a la vez, engrosó aún más la lista de religiosos involucrados en casos de pederastia. Tras muchos meses, de investigación, la justicia chilena determinó que el religioso cometió los abusos contra cuatro feligreses entre 1981 y 1995, cuando tres de ellos eran menores de edad, aunque consideró prescritos esos delitos. Sin embargo, y en forma paralela, el Vaticano sí lo castigó y lo condenó a retirarse y hacer vida de oración.

El 21 de junio de 2011, el Vaticano rechazó la última apelación de Fernando Karadima, confirmando su culpabilidad en los cargos de pedofilia y efebofilia (condición en la cual personas adultas experimentan atracción sexual hacia adolescentes) El Cardenal, Ricardo Ezzati, dio a conocer la resolución de la Santa Sede, la que confirmaba la condena establecida el 18 de febrero de 2011, que lo consideró culpable de abusos sexuales y psicológicos reiterados.

Sin embargo, Karadima hasta hace un par de meses continuó oficiando misas en público en el Convento de las Siervas de Jesús de la Caridad, Providencia, donde permanece desde 2011, esto pese a la pena expiatoria de prohibición perpetua de ejercicio público de cualquier acto de ministerio.

La denuncia la realizó en diciembre 2013 uno de los querellantes, Juan Carlos Cruz, quien subió fotografías del clérigo y varios tuit en la red social Twitter. Ante ello, el Arzobispado de Santiago declaraba que «la foto efectivamente corresponde al sacerdote Karadima y fue obtenida por un visitante al interior de la residencia. El Arzobispado de Santiago recopilará todos los antecedentes necesarios e informará a la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre el hecho».

Después de cuatro meses, el Arzobispado de Santiago liberó un comunicado mediante el cual hace referencia a las denuncias en contra del sacerdote. El escrito señala que tras la recopilación de los antecedentes, los mismos fueron entregados a la Congregación para la Doctrina de la Fe, la cual estimó que «la misa en cuestión no puede ser considerada una celebración pública».

«Sin embargo, gracias a los antecedentes adicionales aportados por el Arzobispo, la Congregación determinó que se sancionará al presbítero Karadima por intentar frustradamente contactar a miembros de la ex Unión Sacerdotal, con una amonestación canónica», agrega el comunicado.

El Arzobispado de Santiago finalmente indica que el 29 de mayo la amonestación fue comunicada al ex párroco de El Bosque, «recordándole severamente lo establecido de manera estricta en el decreto de su condena».

Desde el convento donde está Karadima, Cambio21 conversó con la hermana Rosario, quien nos comentó que el sacerdote permanece en su pieza durante casi todo el día, «no sale mucho de su habitación, y no recibe mucha visita». Además nos comenta que ya no oficia misa, y nada que tenga que ver con la labor sacerdotal.

La desconfianza en Ezzati y Errázuriz

Sin embargo, en esta historia hay dos nombres que surgen. El de los cardenales Francisco Javier Errázuriz y Ricardo Ezzati. Uno de los aportes más impactantes del fallo de la ministra Jessica González, quien llevó el caso, es que devela el rol clave que tuvo Errázuriz en que no se investigaran los abusos del sacerdote Karadima desde el mismo 2003, fecha de la primera denuncia.

La indagatoria muestra cómo el cardenal cayó en la red de protección del abusador, negándose a oír durante años a decenas de laicos y sacerdotes que relataban experiencias terribles. En cuanto al nombre de Ezzati, este tiene relación en que también se negó a develar y a cooperar con el caso de abusos sexuales.

De hecho, cuando Francisco Javier Errázuriz, fue nombrado por el papa Francisco como enviado especial a Bogotá, al III Congreso de la Misericordia que se va a celebrar entre el 15 y 19 de agosto próximo, la designación fue criticada en abril del 2013 por víctimas de abusos sexuales.

El religioso forma parte de los ocho cardenales que el Papa ha seleccionado para que le aconsejen en el gobierno de la Iglesia y para que estudien un proyecto de revisión de la curia romana.

Para el periodista Juan Carlos Cruz, una de las víctimas de Karadima, «no me sorprende que haya una desconfianza de la gente con la iglesia, más bien existe un rechazo contra los obispos. La Conferencia Episcopal en Chile es nefasta y deprimente. Tenemos un cardenal como Errázuriz que ha cometido actos casi criminales, y que ha escondido los abusos. Otro cardenal como Ezzati que es un hombre que no sólo ha escondido nuestro caso, sino también otros. Gente que por ningún motivo debería estar donde están».

«La gran mayoría son hombres que han encubierto el abuso, son lo peor que ha podido existir para dirigir la Iglesia, y que la han conducido al hoyo en el cual están sumergido en nuestro país. Se han cubierto las espaldas entre ellos», explicó a Cambio21.

Además Cruz, argumentó que «hasta el día de hoy siguen encubriendo crímenes de abuso sexuales, y mientras esta gente siga liderando la iglesia que tenemos, vamos a seguir en el hoyo y la desconfianza, lo que produce que los fieles busquen la fe en otros lados, menos en la Iglesia Católica».

Para Cruz, «el Papa representa una figura solitaria en la Iglesia, que no tiene mucha influencia, y que la mafia de la institución sigue presidiendo. Así al menos se vio en el nombramiento de Errázuriz y de Ezzati, quienes tienen casi un prontuario. Entonces esto nos quiere decir, que existe una política que predomina dentro del Vaticano y que muchas veces se hace lo contrario de lo que piensa Francisco I».

Por último, se refirió a la actuación de la justicia sobre el caso Karadima, asegurando que «si bien se actuó de acuerdo a la ley del país, también hay otras personas de la Iglesia que miraron para otros lados en vez de proteger a las víctimas, y se hicieron los locos con este tema. Hay que darle el paso a otra gente, y que los actuales den un paso al lado para poder salir de la oscuridad y así poder hacer un gran cambio en la Iglesia Católica».

El peso de la Iglesia

Sin embargo, hasta el día de hoy, Karadima sigue «penando» a la iglesia católica chilena, transformándose en un referente ante la caída en credibilidad de la institución. Así lo hizo ver el sacerdote jesuita Felipe Berríos, quien luego de una larga permanencia en África expresó sus opiniones sobre el debate eclesiástico.

«Para mí, James Hamilton, Andrés Murillo y Juan Carlos Cruz, son verdaderos héroes de la Iglesia Católica chilena», agregando que «hay un premio que se llama el «Héroe de la Paz» y yo se los habría entregado a ellos», declaró en entrevista con radio Cooperativa.

A ello, añadió que «ellos se han atrevido a enfrentarse a un poder turbio que hay dentro de la Iglesia Católica y que ha tratado de ocultar algo, y de hecho lo ocultaba para la misma Iglesia».

Para Cruz, estas palabras significan mucho. «Nunca nadie en la iglesia había dicho algo así de nosotros. No porque me considere un héroe, sino más bien que siempre se decía que poco menos queríamos destruir la iglesia. Entonces que un sacerdote de la talla y la calidad de Berríos, diga una cosa así, me siento honrado y me hace sentir esperanza que puede haber cambios.

Aunque, el periodista recalcó que varios personajes elevados que salen en su libro, «Fin de la Inocencia: Mi Testimonio», en el cual relata «la tortura psicológica», a la que fue sometido por parte del ex párroco de El Bosque, entre ellos cuatro obispos, Juan Barros, Horacio Valenzuela, Tommy Koljatic y Andrés Arteaga la sacaron muy baratas, y «estaban parados al lado mío cuando nos toqueteaban. Cuento un episodio cuando Juan Barros, le daba besos a Karadima y ronroneaba como un gato, era una cosa espantosa», explicó.

Por su parte, y ante estas declaraciones, el sacerdote jesuita, Antonio Delfaú declaró que «la Iglesia Católica ha hecho un aprendizaje, y esto es gracias a las víctimas que han denunciado abusos sexuales, y sin duda se ha ido progresando en la iglesia y existe más cautela. Y sin duda apoyo los dichos de Berríos con respecto a Hamilton y Cruz, porque son unos héroes».

En conversación con Cambio21, agregó que en cuanto a la vuelta de fe de la gente, «falta mucho, pero está bien encaminado, le ha costado caro a la iglesia, y sin duda deseamos recuperar la confianza. Fui uno de los primeros en denunciar este caso (Karadima) y ayudar a las víctimas, porque sin duda había que preocuparse de ellos. Y pienso que han sido un muy buen ejemplo para otras personas, porque gracias a ellos, otras víctimas decidieron denunciar casos similares».

Delfaú agregó que «la iglesia ha hecho un camino positivo contra la plaga de abusos, que ha sido nefasta, ha hecho actos que han sido una clara forma de frenar estas acciones. A la larga nos podrá permitir una iglesia transparente, pero por ahora la gente sigue dudando de nosotros».

Para el teólogo Hugo Tagle, «faltó mucho de la Iglesia y el caso Karadima, como por ejemplo, el haber tomado más en serio lo que pasaba y tomado más en cuenta los testimonios. Pero creo que la iglesia a pesar de aquellos errores supo enfrentar muy bien, de forma valiente todos los casos de abusos sexuales cometidos por sacerdotes».

«Hemos aprendido con el tiempo, hoy se enfrenta con más proactividad este tipo de situaciones. Además existen selecciones más rigurosas que si bien conllevan a que haya menos sacerdotes, son mejores. Se sancionó de acuerdo a las normas de la Iglesia, porque si bien se recurrió a la justicia, esta se prescribió, evidentemente nos parece mal y que existió un abuso de poder, aquí no hubo justicia. Hacen falta sentencias más severas para este tipo de casos», agregó el también sacerdote.

En cuanto a las palabras de Berríos, Tagle dijo que «lamento la critica a la iglesia que hace el sacerdote, y que no considere las cosas positivas que se están haciendo, estamos hablando de tipos de denuncias que por primera vez aparecen. En ese tiempo no se sabía como abordarlo, hoy en día quizás la historia habría sido distinta y se sabe reaccionar distinto. En lo que sí estoy de acuerdo es que estás cosas se denuncien».

«Sin duda este tipo de acciones duelen, el caso de Karadima tocó profundo, pero nos hace reflexionar y a la larga la Iglesia volverá a hacer la misma. Los cristianos saben que todos somos pecadores y que podemos obtener el perdón. Aunque sin duda los delitos hay que castigarlos. Siempre se ha criticado la pedofilia de la iglesia, pero existen otros crímenes fuera de la institución que nadie juzga, como la red de prostitución, o la trata de blancas. Hay crímenes que la sociedad pareciera que no ve y que solo se enfoca en lo que sucede en la Iglesia», comentó

Por último Tagle, dijo que «el hecho que la Iglesia este siendo muy severa en criticar y también en imponer su ley, ayuda a que la gente esté volviendo, porque las personas que se merecen ir a la cárcel, que vayan. Si bien la justicia chilena no hizo lo suyo con Karadima, fue por que acá existió otro método».

Para el Vocero de Fundación Voces Católicas y canonista, Alejandro Álvarez, piensa que vive un momento difícil la iglesía, pero no sólo por el caso Karadima sino por varios asuntos relativos a abusos sexuales, en Chile y el mundo. Impotencia que aún sufre toda la Iglesia (creyentes, sacerdotes, laicos, etc.) y que el Papa Francisco lo manifestó ayer en su homilía junto a víctimas de abusos sexuales. Pidió perdón por las omisiones y por no responder a tiempo antes las denuncias. Esa misma línea es la que debe seguir la Iglesia chilena con los denunciantes, como en el caso Karadima. Debe sentenciar canónicamente, en los casos que corresponda, y enviándolos con prontitud a la justicia civil, si no han prescrito los delitos».

Agrega que «el Arzobispado de Santiago, a penas se enteró del posible no cumplimiento de la pena, puso los antecedentes en el Vaticano, ante la Sagrada Congregación para de la Doctrina de la Fe. El viernes pasado calificó que la misa no fue una acción pública, pero sí hubo una falta y no cumplimiento de la pena al tratar de comunicarse con miembros de la ex-Unión Sacerdotal del Bosque».

Por últmo postula que empatizamos totalmente con la víctimas que, nos imaginamos, se sienten indefensas y desprotegidas cuando un victimarios como Karadima no cumple el total de su condena. Hoy más que nunca, y como lo ha manifestado el Papa Francisco, en la Iglesia Católica no hay lugar para abusadores.

La historia oculta de Karadima a la TV
La miniserie «El Bosque» fue una de las ganadoras de los fondos que entrega el Consejo Nacional de Televisión (CNTV), adjudicándose la suma de $129.875.487 para su realización.

Esta producción, dirigida por Matías Lira, mostrará el grado de poder y abuso que tuvo el sacerdote Fernando Karadima con un grupo de jóvenes – James Hamilton, Juan Carlos Cruz, Fernando Battle y Juan Murillo – en la Iglesia de «El Bosque», y será exhibida por Chilevisión en una fecha por determinar.

Si bien todavía se está definiendo el elenco que dará vida a esta producción, ya es un hecho que Luis Gnecco será el actor que personificará a Karadima, así lo confirmó su director.

Los millonarios bienes de Karadima

Durante el juicio, se revelaron todos los bienes pertenecientes a la disuelta Unión Sacerdotal y que fue presidida por Fernando Karadima. Tenía una decena de inmuebles, la que además controlaba la propiedad de la parroquia El Bosque -avaluada en más de US$ 10 millones. Además, cuatro departamentos avaluados cada uno en aproximadamente $160 millones.

Entre los bienes hay inmuebles comprados por orden de Karadima en los que vivió el médico James Hamilton en el mismo período en que, según acusa, el sacerdote mantuvo relaciones sexuales con él.

En abril de 2013, los bienes fueron usados para formar una fundación para prevenir abusos sexuales y que trabajará con eventuales víctimas. Así lo informó en ese entonces la iglesia a través de un comunicado, donde además se señala que los bienes pasarán a manos del Arzobispado de Santiago.

 

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