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Claudio Huerta Tapia / Periodista, Comunicador Social Claudio Huerta era colaborador del Diario 21 y amigo de los periodistas y todo el equipo que... 21 de Mayo, sin cuenta pública

claudio huertaClaudio Huerta Tapia / Periodista, Comunicador Social

Claudio Huerta era colaborador del Diario 21 y amigo de los periodistas y todo el equipo que labora en ese medio. A continuación, la última columna de opinión que escribió, sin saber lo que le deparaba el futuro inmediato. Compartimos con ustedes esta columna, por gentileza del Diario 21 y su director.

La ciudadanía y los sectores políticos se aprestan a vivir un nuevo 21 de Mayo, pero no precisamente para celebrar la gesta de Prat y sus  hombres en la rada de Iquique, sino más bien para lo que será la última cuenta pública del Presidente Sebastián Piñera. Cada uno en su propia trinchera ideológica que nada tiene que ver con la acción de un grupo de chilenos que ofrendaron sus vida por el honor de la patria, sacan sus propias cuentas “politiqueras”, pero que inexorablemente nuevamente apuntan a ensuciar una fecha que nos debiera unir con sentido patriótico, sobre todo en estos tiempos que nuestro país se ve enfrentado en el tribunal de La Haya, precisamente a quienes fueron sus adversarios cuando se escribió esta fecha heroica en los anales de la historia.

Lo más probable que ocurra es que finalmente “la sangre no  llegue al río” y todos los anuncios de boicot y manifestaciones que se realizarán cuando el Presidente de cuenta a la nación no pasarán de ser más que eso, “anuncios”. La cordura y la enquistada costumbre republicana como en otros años será más fuerte que todas las desavenencias generadas previamente entre el gobierno, la oposición y algunos sectores de la sociedad.

Seguramente el Presidente sin interrupción que altere el normal desarrollo del acto democrático dará cuenta y como es de suponer sus  adeptos no escatimarán elogios para calificar el discurso con frases como, extraordinario, histórico, macizo. En tanto en la “vereda del frente” la oposición también utilizará una nutrida artillería verbal para calificar el discurso con epítetos como, insuficiente, nada nuevo, o con  la frase “más ruido que nueces”, a eso desgraciadamente los chilenos ya estamos más que acostumbrados.

A lo que no podemos acostumbrarnos es lo que ha sucedido que de un tiempo a esta parte, donde lo sustancial de la cuenta de los Presidentes pasa a un segundo plano y lo que perdura en el tiempo: por una parte es lo que acontece en los pasillos del Congreso Nacional con las escaramuzas verbales entre los parlamentarios, donde abundan las  pequeñeces, la verborrea y el descrédito y por otro lado, las acciones violentas en los alrededores de la sede legislativa que terminan por enlodar un ambiente ya bastante turbio.

No obstante el panorama descrito no pasaría de ser uno más de esos tristes espectáculos que nos ofrece la política criolla y del cual
la ciudadanía pareciera no asombrase. Lo peor del asunto tiene que ver con la fecha elegida para que los presidentes den cuenta al país, dado el contexto político no puede ser más inoportuno e inapropiado.

El 21 de Mayo constituye una de las fechas más importantes de nuestro país porque conmemora la hazaña naval que fijó el curso de
la guerra del Pacífico. Todas las miradas se volcaban a nuestra ciudad para recordar la epopeya de Prat y sus hombres, porque la valentía de los marinos chilenos constituye un símbolo de patriotismo y unidad.

Valores que se renovaban todos los años en el homenaje que las Fuerzas Armadas y los estudiantes le rinden a los héroes. Actos conmemorativos que tiene especial significación para los iquiqueños. Sin embargo en los últimos años la recordación de la gesta pasa
a un segundo plano y las miradas de los chilenos se concentran en Valparaíso y no precisamente porque se realicen en esa ciudad los
actos de homenaje más significativos, sino porque la cuenta pública en el Congreso Nacional acapara a los medios de comunicación y por ende la mayor atención de la ciudadanía.

A la luz de los acontecimientos bien valdría la pena que la cuenta de los Presidentes se traslade a otra fecha, de esa manera se evitaría que una fecha de profundo patriotismo se mezcle con la política contingente y los desbordes de un sector pequeño de la población que no respeta los símbolos patrios sigan enturbiando y opacando un acontecimiento que la gran mayoría de los chilenos quisiéramos con orgullo se mantuviera intachable e inalterable.

La epopeya naval de la rada de Iquique es el mayor símbolo histórico de nuestra ciudad. Símbolo que por causas de la política contingente y los movimientos sociales, legítimos o no, inexorablemente año a año van deslavando la celebración. Es imperativo que los parlamentarios que representan nuestra zona esgriman esta bandera de lucha, porque sin dudas representa profundamente el sentir mayoritario de los iquiqueños, el 21 de Mayo sin cuenta pública.

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