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Por Percy Avendaño G., Periodista, Licenciado en Comunicaciones Hace un par de semanas leí un artículo sobre la pasión de los melómanos por los... La música por internet: ¿Un servicio o producto?

Por Percy Avendaño G., Periodista, Licenciado en Comunicaciones

Hace un par de semanas leí un artículo sobre la pasión de los melómanos por los discos de vinilo.

La industria musical está dando un nuevo impulso a este formato que tuvo su apogeo en los años 70 y que actualmente tiene un resurgimiento que se basa tanto en la nostalgia como también por motivos prácticos. Un disco de vinilo no se puede copiar y, según los entendidos, tiene una mayor calidad de sonido analógo que las grabaciones digitales en formato mp3.

Los discos de vinilo subsisten gracias a los melómanos que lo han convertido en un objeto de culto. Sin embargo, para la mayoría, los discos de vinilo, junto a los casi extintos casetes y los discos compactos, son productos que están en retirada.

El disco y el casete eran un objeto de consumo masivo, un producto con valor que estaba definido por su formato físico. Incluso ahora si compramos un CD es muy probable que sea para un regalo de cumpleaños y no para nosotros mismos.

La mayoría está prefiriendo la música digitalizada en formato mp3 o directamente el uso de streaming. La colección de discos no está guardada en una repisa o en un caja, sino que dentro del computador o directamente en un reproductor de música.

Ahora la industria está apostando por otro tipo de modelo de consumo que define a la música como un servicio y no como un producto fisico. En otras palabras, la música ya no es sinónimo de disco compacto, sino como un servicio que se entrega a un usuario.

Suena extraño, pero no es una realidad tan alejada. Ahora la música se está distribuyendo en línea ya sea a través de la descarga de archivos o a través de los canales de Youtube, por ejemplo.

También han surgido servicios de streaming gratuitos o que se acceden por una cuota mensual.

Más allá del pago, ahora las condiciones de cómo accedes a la música es distinta y no está definida por cuántos discos puedes comprar y almacenar, sino por cuántos temas puedes guardar en un disco duro o cuántas listas con temas o playlist puedes crear.

Los catálogos de música disponibles en internet son casi ilimitados y el valor para el usuario radica en seleccionar lo que prefiere y escucharlo de la mejor manera posible.

Ahora el problema no es cuánto dinero puedes destinar para comprar un disco en particular, sino que el dilema del consumidor de música radica en qué tema escuchar. Hoy más que nunca la selección a través de un lista de temas tiene un valor intrínseco.

Con los servicios actuales de streaming de música a la carta, como Deezer, Sonora o Grooveshark, nuestro trabajo radica en buscar la música, hacer una lista de nuestras preferencias y disfrutarlos.

 

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