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Mackarena Calderón Angulo, Presidenta del Consejo Regional del Colegio de Periodistas de Chile en Tarapacá.- Hace poco, mi cuerpo me habló más fuerte que... Discurso inaugural en debate electoral: «Cuidar el cuerpo, cuidar la voz»

Mackarena Calderón Angulo, Presidenta del Consejo Regional del Colegio de Periodistas de Chile en Tarapacá.-

Hace poco, mi cuerpo me habló más fuerte que cualquier discurso.

Una lesión en la columna me obligó a detenerme y mirar con otros ojos los años de trabajo acumulado en comunicación pública: jornadas sin pausas, sin ergonomía, sin descanso, y, sobre todo, sin instituciones que entiendan que la salud también es un derecho laboral.

Esa pausa forzada me hizo pensar en algo que va más allá de mí: en cómo las y los periodistas del Estado —quienes sostenemos la comunicación pública, la transparencia y la confianza institucional— vivimos muchas veces entre la vocación y el abandono.

Cuando la salud se quiebra, cuando el cuerpo dice “basta”, el silencio institucional se vuelve ensordecedor.

Y ese silencio también es político.

Porque cuando el Estado no protege a sus propios comunicadores, vulnera los mismos derechos que proclama defender.

Desde el Colegio de Periodistas de Tarapacá decidimos transformar esa experiencia en acción. No solo queremos denunciar las precariedades del oficio, sino abrir espacios para sanar, para acompañar, para instalar el autocuidado como parte de la ética profesional.

Cuidar el cuerpo es cuidar la voz oz. Y sin voz no hay periodismo.Y sin periodismo, no hay democracia.

Nuestro gremio se levantó con fuerza para organizar, por primera vez en la región, un debate parlamentario liderado por periodistas. No fue casualidad. Fue una declaración de principios. Demostramos que el periodismo no se reduce a cubrir, sino que también construye ciudadanía; que no es solo testigo, sino parte viva de la democracia.

Mientras discutimos sobre trabajo, equidad y desarrollo, no olvidemos que detrás de cada noticia hay un cuerpo que escribe, una mente que piensa y una persona que siente.

El bienestar físico y mental de quienes comunican no es un privilegio: es una responsabilidad ética del Estado y de la sociedad.

Hoy, más que nunca, necesitamos un periodismo con cuerpo, con alma y con coraje.

Uno que hable, aunque duela; que se cuide, aunque corra; y que resista, porque sin él no hay país posible.

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