Edición Cero

Victoria Cardemil Fuentes, Socióloga.-  En la región de Tarapacá, fuimos testigos de los efectos de la migración forzada, un fenómeno global que se siente... Sobre el cierre de los dispositivos Lobito-Colchane

Victoria Cardemil Fuentes, Socióloga.- 

En la región de Tarapacá, fuimos testigos de los efectos de la migración forzada, un fenómeno global que se siente con especial intensidad en las zonas fronterizas. Durante el año 2021, la zona norte de Chile vivió una «crisis migratoria» o, más precisamente, una crisis de gobernabilidad. Campamentos improvisados surgieron en espacios públicos como la Plaza Gerardo Poblete Hernández (ex Plaza Brasil) y en las calles Luis Emilio Recabarren (ex Av. Aeropuerto) con Las Rosas.

Estos campamentos terminaron de manera violenta: en la Plaza Gerardo Poblete hubo enfrentamientos con carabineros, incluso con niños presentes, mientras que, en Las Rosas, una marcha de civiles culminó con el incendio de las pertenencias de lxs migrantes, incluyendo pañales, cunas y coches. Estas impactantes escenas fueron ampliamente cubiertas por los medios de comunicación a nivel nacional e internacional.

La migración forzada puede ser causada por diversas razones: violencia sistemática de gobiernos autoritarios, dictaduras, hambre, cambio climático o desastres naturales. Sin embargo, siempre ha sido una constante en la historia de la humanidad y es completamente inevitable, ya que la migración es una condición inherente a nuestra naturaleza. Al igual que las tortugas o los pájaros que migran por todo el mundo para sobrevivir, las personas también encuentran en el movimiento una herramienta esencial para su supervivencia.

Según la Organización Internacional para las Migraciones (2022), se estima que en 2020 había 281 millones de personas viviendo en un país distinto al de su nacimiento, una cifra superior en 128 millones a la de 1990 y más del triple de la de 1970. Además, las cifras actualizadas de ACNUR en 2023 indican que 103 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares, convirtiéndose en la cifra más alta de desplazados en la historia de la humanidad, inclusive mucho mayor a la de la segunda guerra mundial.

Conociendo estos datos y aceptando que están en ascenso, surge una preocupación urgente en el mes de agosto, con el anuncio del cierre de los Dispositivos Transitorios Lobito y Colchane. Estos dispositivos han gestionado de manera controlada el fenómeno migratorio, evitando nuevos campamentos en espacios públicos. Desde su apertura, han mantenido un promedio de aproximadamente 100 personas en tránsito permanente, incluyendo niños no acompañados y personas con discapacidad.

Ante su cierre, no sabemos hasta el momento si existe una respuesta concreta para las familias en situación de migración forzada que dependían de estos dispositivos y probablemente muchos migrantes vuelvan a instalarse en espacios públicos, si es que no existe otra alternativa para quienes están en esta condición.

Solidarizar con las personas migrantes implica reconocer nuestra humanidad común, reconocer la valentía y resiliencia de la sociedad. Comprender que todos descendemos de migrantes (se refleja en nuestros apellidos). Recordar siempre a migrantes como el venezolano Andrés Bello, que escribió el código civil chileno. Apreciar el coraje y la fortaleza de lxs migrantes frente a la adversidad nos permitirá responder con mayor justicia y solidaridad ante la migración forzada, promoviendo la inclusión y el desarrollo de políticas de vida. Al trabajar juntos para construir una respuesta humanitaria, podemos contribuir a una sociedad mejor para todxs, capaz de enfrentar los desafíos de la migración con humanidad y eficacia.

Y por último tener presente que la migración forzada no es algo que venga predeterminado para ciertos países; todos podríamos encontrarnos en esa situación el día de mañana. Es esencial que seamos inteligentes al pensar en la migración, entendiendo que la solidaridad y la empatía hoy pueden ser la base de la protección y el respeto que podríamos necesitar en el futuro.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *