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Waldo Aguilar, Vocero Zonal Norte No + AFP Hace ya varios años la Coordinadora Nacional de Trabajadores No Mas AFP viene fortaleciendo el proceso... Para avanzar necesitamos derogar el decreto 3.500 ¡ahora!

Waldo Aguilar, Vocero Zonal Norte No + AFP

Hace ya varios años la Coordinadora Nacional de Trabajadores No Mas AFP viene fortaleciendo el proceso de recuperación de un derecho fundamental: La Seguridad Social. Durante 40 años nos han educado en la individualidad y el egoísmo, dándonos a entender que siempre estaremos mejor actuando con prescindencia del colectivo, con indiferencia respecto del vecino, al margen de la comunidad, sin considerar al otro(a).

Asumimos este principio rector de nuestra conducta de manera irreflexiva a veces impulsiva: “preocúpese de usted iñor” «no se meta en webás” “el problema son los flojos, los delincuentes»… etc. El problema es el otro. Y no cualquier otro, sino ese otro que está en las mismas condiciones que yo y que piensa exactamente igual de mí que yo de él. Y así prolifera la actitud hostil generalizada, se mira con sospecha hasta quien quiere ayudar, una paranoia constante que opone, como nos hemos percatado en los últimos meses, a personas que están en la misma situación de abusadas por las instituciones que se benefician de esta paranoia, esta hostilidad, este cahuinería. Competencia de libre mercado le llaman, libertad individual, también. Acumulación por desposesión, capitalismo salvaje al fin y al cabo

La seguridad social se fundamenta en un principio distinto. Mas bien que distinto, diametralmente opuesto. Para no teorizar en exceso, podemos afirmar que es la respuesta del grupo social, el brazo amigo del otro, de la otra, que ayuda, es la protección del grupo hacia el desfavorecido, la solidaridad expresada en una institucionalidad pensada para proteger, para dar SEGURIDAD, una institucionalidad convenida libremente por ciudadanos que entienden que todos estamos expuestos a los riesgos, que cualquiera de nosotros puede caer en desgracia y todos avanzamos en nuestra historia de vida hacia la vejez, el envejecimiento es de todos, es SOCIAL.

El decreto 3500 es una ley no sólo basada en el principio dogmático del individualismo posesivo sino además ilegitima en sus orígenes, nefasta en sus resultados observados en el pago de pensiones, nociva y virulenta en sus consecuencias prácticas para el sistema democrático. Quienes hasta hoy han tenido la desvergüenza de continuar defendiendo un modelo fracasado, no entienden o no quieren entender que la ciudadanía ya no les cree a sus pregoneros edecanes de las AFP, Nicolás Eyzaguirre (PPD), Rodrigo Valdés (PPD) José de Gregorio( DC), han sido tal vez los más mediáticos, pero hay varios y hoy en día es Juan Pablo Letelier (PS), el chasconcito “socialista” el que lidera el proceso de reforma que pretende dejarlas intactas. A todos ellos les decimos que los trabajadores y trabajadoras avanzamos inexorablemente hacia la recuperación de la seguridad social, porque es nuestro derecho, porque es nuestra voluntad porque es una urgente necesidad, y ni la invisibilización nacional a que nos tienen sometidos, ni los oportunistas políticos o mercanchifles, podrán revertir el proceso que ya se inició, porque la ciudadanía cambió.

La devolución de fondos a la profesora María Ojeda es un fallo histórico que nuevamente pone a la Coordinadora Nacional de Trabajadores y Trabajadoras No Mas AFP en el centro de la noticia. Esto es gracias a que fuimos nosotros los que presentamos los recursos de protección en todo el país solicitando la restitución de los fondos ahorrados por los cotizantes en las cuentas de capitalización individual. Felices por la profesora Maria Ojeda y este fallo. Sin embargo, a no bajar los brazos, puesto que ahora se viene la Corte Suprema y el escenario sigue siendo todavía incierto. Y lo que necesitamos es reemplazar el actual sistema por un verdadero sistema de Seguridad Social. Para ello debe abrirse la democracia, y discutir las propuestas y la coordinadora nomas AFP tiene una con beneficio definido, calculada hasta el año 2100, pensiones mínimas garantizadas para que nadie quede en la miseria una vez que ha terminado de trabajar. Para que todos sintamos el deber cumplido de dar seguridad a quienes por derecho y justicia la merecen. Para salirnos del esquema que los abusadores han preparado para nosotros.

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