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Haroldo Quinteros Bugueño/ Profesor universitario. Doctor en Educación La controversia que están protagonizando el Consejo Regional (CORE) y el Centro de Investigación en Políticas Públicas... Los problemas del CIPTAR

haroldo quinterosHaroldo Quinteros Bugueño/ Profesor universitario. Doctor en Educación

La controversia que están protagonizando el Consejo Regional (CORE) y el Centro de Investigación en Políticas Públicas de Tarapacá (CIPTAR) inquieta a la comunidad iquiqueña. CIPTAR, ente de rol privado sin fines de lucro, financiado y creado por el Gobierno Regional hace tres años (octubre de 2011), tiene por objetivo realizar investigaciones de carácter estratégico, de calidad y bien acotadas, sobre la realidad regional. Hace unos días, el CORE, en votación dividida, acordó congelar indefinidamente  los fondos que entrega a CIPTAR por intermediación de la Corporación de Desarrollo de la Universidad Arturo Prat (CORDUNAP), y, además, presentar ante la Contraloría una  acusación formal en su contra, según reza el libelo, por “faltar a sus compromisos.”

Veamos: CIPTAR, constituido en fuente de referencia conceptual y estadística, se ha ganado el  apoyo y asesoría de importantes entidades académicas nacionales e internacionales, lo que da cuenta objetiva del reconocimiento que existe sobre su validez y seriedad. Publica regularmente su “Anuario,”  volumen que nunca ha sido recusado por el CORE, ni por privados, organizaciones de Estado, asociaciones e instituciones ligadas a sectores políticos, empresariales, académicos o sociales. Por el contrario, este anuario es material de consulta no sólo para académicos, estudiantes y organismos regionales y comunales de Estado y privados, sino, muy especialmente, para los miembros del propio CORE, llegado el momento de la toma de  decisiones.

Hay más: En la antesala de las últimas elecciones de alcaldes y consejeros, CIPTAR fue la única institución regional que tuvo la iniciativa de invitar a todos los candidatos a exponer y debatir sus programas en varios foros públicos, impecablemente organizados, comprometiéndose así, como ninguna otra institución lo hizo, en la formación cívica y política de la comunidad. Por lo expuesto, resulta extraño que el CORE haya acordado ahogar financieramente a CIPTAR y, además, cursarle una  acusación ante la Contraloría, la que, según informaciones de prensa, tiene su base en datos obtenidos de una investigación “secreta” realizada por una comisión ad hoc de consejeros.  Vaya, ¿no es propio en democracia que las autoridades políticas obren de frente, con claridad y transparencia?

Finalmente, no es casual que CIPTAR cuente con el irrestricto respaldo de CORDUNAP, entidad exclusivamente académica y, por ello, independiente de cualesquiera intereses creados. Esto es así porque las acusaciones del CORE no se refieren a la calidad de los productos específicos de CIPTAR, sus investigaciones, cual sería el único valor importante que podrían tener. CIPTAR ha hecho sus descargos ante el mismo organismo de Estado, y, además, ha alegado la ilegalidad de la resolución del CORE. En fin, la Contraloría resolverá el entrevero, pero, cualquiera sea su fallo, no es posible olvidar que instituciones como CIPTAR son absolutamente necesarias para el desarrollo regional.

Su desaparición sería tan lamentable como  inexplicable,  tanto como lo es la cierta transversalidad de la votación que lo tiene al borde de su fin. ¿No será que tras esto hay otros “transversales” intereses,  ¿políticos, por ejemplo?

 

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