¿Penalizar o no el consumo privado de Marihuana?
Opinión y Comentarios 24 octubre, 2011 Edición Cero
Daniel Kiblisky A. / Administrador Público, Director Ejecutivo REDVITALIS www.redvitalis.cl
Con la ley 20.000 Chile pasó de ser uno de los países con despenalización respecto al consumo privado de marihuana, (uno podría decir de país “proge”), a uno de los países con una posición más conservadora; y, en mi opinión, ineficiente en la materia. Si bien el consumo privado individual en propiedad privada no constituye delito, y ello no está sujeto a discusión, entonces discutamos de políticas públicas y eficiencia. Veamos.
En Chile mueren 20 mil personas al año por consumo de drogas sicotrópicas. Esa es la cifra oficial del Gobierno. Y de esas 20 mil, 14 mil corresponden a muertes por consumo de tabaco y 6 mil por alcohol. ¡Ninguna por marihuana! Y ojo que yo no estoy defendiendo la marihuana. De hecho hoy, no consumo marihuana y creo que su consumo hace mal; o mejor dicho a mí me hace mal.
El contrasentido es que esa droga no está matando a nadie. Y resulta que las otras dos -tabaco y alcohol- sí. Y esto no es discutible, porque hay gente que dice que ‘no, porque el tabaco no es una droga’. Perdón, pero ¡de qué están hablando! El tabaco es una droga sicotrópica y eso no lo discute el Gobierno, ni la OMS, ni la OPS. Nadie. Se trata de una droga sicotrópica legal.
Tampoco lo discutió el Conace hoy en día el SENDA, su sucesor, y de paso, sea apuntado, que tiene por funciones, la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA). Es decir, es la entidad del Gobierno de Chile responsable de elaborar las políticas de prevención del consumo de drogas y alcohol, así como del tratamiento, rehabilitación y reinserción social de las personas afectadas por estas sustancias.
Entre otros aspectos, SENDA debe: ocuparse de la ejecución de las políticas en materia de prevención del consumo de estupefacientes, sustancias psicotrópicas e ingesta abusiva de alcohol; y la ejecución de políticas en materia de tratamiento, rehabilitación y reinserción social de las personas afectadas por dichos estupefacientes y sustancias psicotrópicas. El SENDA debe ocuparse además de la elaboración de una Estrategia Nacional de Drogas y Alcohol (término del paso).
Volvamos al tabaco y el alcohol. Curiosamente las dos drogas sicotrópicas que matan, aquellas que matan a miles de miles de chilenos y lo digo otra vez, el alcohol y el tabaco, son legales.
Insisto en que yo creo que la marihuana también produce efectos perniciosos, pero claramente menos perniciosos que el tabaco y el alcohol. Entonces ¿Cuál es la razón por la cual encarcelamos a un traficante de marihuana?: La salud pública.
Pero perdón, si esta droga no es la que más afecta a la salud pública. Entonces la ley es realmente mala. La política que está detrás de la ley es muy mala y tiende a esconder el problema. Yo no niego que exista un problema de salud pública, pero claramente el problema de salud pública que tenemos en Chile, que es un problema mayor, no tiene que ver con eso. Si para los salubristas no cabe duda alguna que el adicto es “el enfermo”. Entonces para los administradores públicos, economistas, ejecutivos de la administración pública tampoco debiera caber la menor duda que a los adictos debemos sanarlos y mucho antes que eso debemos contribuir activamente a evitar que nuestros hermanos, nuestros hijos se inicien en el largo y doloroso camino de consumos descontrolados que se han de convertir en drogodependientes y / o alcohólicos.
Por lo tanto, debemos hacer mucha, pero mucha más prevención. En todos los ámbitos y dominios de la actividad humana, pero, nuestro sistema se activará cuando a un muchacho de 18 años lo detengan, consumiendo marihuana y portando un par de pitos de ésta y nuestros fiscales al día siguiente intentarán convencer que los dosis incautada no es para consumo personal y relativamente inmediato sino, para tráfico.
Si en el peor de los casos este joven termina condenado por micro tráfico, entonces al final del día tendremos 2 problemas: uno de salud del propio sujeto y el otro, el de un traficante en potencia o en ejercicio, que, en la escuela inmejorable del delito podrá haber tomado nuevas prácticas y contactos.
Definitivamente nuestro mayor y peor problema de salud pública lo tenemos con el tabaquismo y con el alcohol. Sobre todo con el alcohol, que a diferencia de la marihuana y a diferencia del tabaco, tiende a inducir estados violentos y por lo tanto incide en los delitos de violación, en los de homicidio, en la violencia intrafamiliar, en los accidentes del tránsito, etc. Versus la marihuana que no.
Y para que no haya lugar a dudas, insisto en que no estoy defendiendo a la marihuana como si fuera inocua. La marihuana hace mal.
Lo que estoy diciendo es que ésta ley es extraordinariamente mala, no sólo por los argumentos técnicos que he dado, sino, porque está mal redactada y porque además la política que está detrás, es una política que, lejos de solucionar el problema de salud pública que hay en Chile, lo tiende a encubrir. Todos creen que estamos bien, porque la ley lo sanciona como delito, pero no tiene nada que ver.
Propongo algunas medidas concretas:
Quintuplicar los presupuestos públicos en prevención de consumos de A & D y los presupuestos públicos para REHABILITACIÓN.
Incluir en los programas escolares de enseñanza básica y media actividad curricular obligatoria de prevención.
Sugerir que los anteriores programas estén en mallas de formación técnica y universitaria.
Bonificar adicionalmente franquicia tributaria SENCE o la futura herramienta, tratándose de éstas materias.
Re discutir y modificar la ley 20.000.
Alentar diálogos ciudadanos en la materia.
Se aceptan más sugerencias a daniel.kiblisky@redvitalis.cl
Muy adecuado el punto de vista de la falsa tolerancia en la que vivimos respecto de temas de verdad serios y que afectan a nuestra nación, y el futuro de la misma.
Si queremos seguir siendo «progre» accedamos a lo solicitado por Daniel y financiemoslo íntegramente con los impuestos provenientes de el alcohol y del tabaco, si no alcanza…subamos el impuesto del alcohol y del tabaco.
Así quien quiere drogarse con alcohol y tabaco puede hacerlo a cambio de contribuir a intentar que otros no lo hagan.