Edición Cero

Un llamado abierto a toda la comunidad realizan diversos gestores culturales y organizaciones, para reunirse de manera autoconvocada y planificar los actos conmemorativos  en... A 112 años de la masacre de la Escuela de la Santa María, movimiento ciudadano autoconvocado prepara acto conmemorativo, vinculando con el actual estallido social

Un llamado abierto a toda la comunidad realizan diversos gestores culturales y organizaciones, para reunirse de manera autoconvocada y planificar los actos conmemorativos  en torno a la masacre de la Escuela Santa María de Iquique, a 112 años de su ocurrencia y  donde, un 21 de diciembre de 1907 fueron inmolados los obreros del salitre, por luchar por mínimas condiciones de dignidad en su trabajo.

Este acto conmemorativo,  a 112 años, cobra especial significación, en el actual contexto de estallido social y movilización contra la precarización de la vida y la lucha constante por la reivindicación de los derechos humanos y los derechos sociales.

Se trata de una iniciativa ciudadana para generar un calendario de apoyo, colaboración y difusión entre quienes estén organizando actividades, de modo de coordinar las acciones conmemorativas. Para ello se realizará un encuentro ciudadano autoconvocado, este miércoles 4 de diciembre, a las 16.00 horas, en la sede “La Mancomunal”, ubicada en Barros Arana, esquina de Bulnes.

Transcurrido 112 años de este episodio sangriento contra los obreros del salitre, esta tragedia aún no alcanza el reconocimiento y relevancia que debiera, de allí la necesidad de marcar esta fecha, pero no sólo en función por su condición de tragedia histórica; por el contrario se trata también de  asumir necesariamente el contexto de lo ocurrido tras el estallido social que aún se mantiene sin respuesta a las demandas de la ciudadanía.

En efecto, el actual momento histórico que vive la sociedad chilena, “está carcaterizado por una masiva movilización, inédita y transversal, de los más variados sectores sociales que se alzaron en las calles contra los abusos e inequidades de un sistema expoliatorio. Y  que provocó también, como ha sido recurrente en nuestra historia, una brutal represión de las fuerza armadas y policiales con decenas de muertes, torturas y mutilaciones de cientos de personas, especialmente de jóvenes que han estado en la primera línea de las movilizaciones”, según reflexionaron algunos de los gestores culturales.

Añaden que “sin desconocer el cuestionamiento generalizado al «Acuerdo» suscrito por organizaciones políticas que no gozan precisamente de la credibilidad y confianza de la ciudadanía”, los actos conmemorativos “deberían centrarse en resaltar los costos de los hechos represivos ocurridos en estas semanas de «estallido social», ligándolos a los mártires de 1907 que también cayeron luchando contra la explotación y por mejores condiciones de vida, demanda que también estuvo en el origen de las movilizaciones recientes, y que nosotros, en el contexto indicado, debiéramos resaltar y contribuir a reivindicar.

IDEAS FUERZA PARA LA REFLEXIÓN

El evento debe estar ligado con las acciones que está realizando el movimiento social en las calles de la ciudad, en procura de sus justas demandas y en su lucha por cambiar la constitución, y crear las condiciones para establecer un nuevo modelo de sociedad, por supuesto muy distinto al neoliberalismo impuesto en dictadura y afianzado por los dos conglomerados políticos que se han alternado en el poder.

La actividad debe ser ejecutada en un espacio público o en un sector social de nuestra ciudad que ha estado marginado social y culturalmente de este tipo de instancia reflexivas y críticas (junta de vecino, sindicato, plaza pública u otro sector poblacional). En ningún caso, repetir una actividad donde asistan, de manera privativa, los grupos ilustrados y ya convencidos de la importancia de resignificar la memoria histórica, pues la idea es despertar conciencia en aquellos ciudadanos que han sido manipulados por los grupos de poder.

La acción debe ser didáctica, innovadora e impactante para que logre su fin educativo en quienes recién se aproximan al contenido y, además, se asocie de manera clara y directa con la crisis política que vive el país.

Debe ser presentado como un acto político-cultural. De ningún modo restringido al ámbito académico o artístico, ya que lo importante es el contenido y mensaje que se quiere entregar. Por ello, debe ser público y democrático, dando cabida, incluso, a algunos representantes del movimiento social.

Los comentarios están cerrados.