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Anyelina Rojas Valdés.- El viejo puerto de Pisagua, que por su conformación geográfica es una cárcel natural, ha servido 3 veces como centro de... Triste historial de un pueblo hermoso: La cárcel de Pisagua se ha usado tres veces como campo de prisioneros políticos

Anyelina Rojas Valdés.- El viejo puerto de Pisagua, que por su conformación geográfica es una cárcel natural, ha servido 3 veces como centro de concentración de prisioneros políticos, siendo el periodo más crudo, entre 1973 y 1974, durante la dictadura de Pinochet, donde fueron ejecutados detenidos, a quienes se les aplicó la ley de fuga, o pasaron por ilegales consejos de guerra.

El viejo puerto formó parte del virreinato del Perú y sólo pasó a constituir territorio chileno tras el desembarco de Pisagua, en 1879, un 2 de noviembre. Fue puerto principal en la exportación de nitrato, durante la industria del salitre. Tras la crisis del salitre, el pueblo empezó a decaer.

Durante el gobierno de Gabriel González Videla, en 1940, que implemento la Ley de Defensa permanente de la Democracia, conocida como “Ley Maldita”, que proscribió al Partido Comunista, fue utilizado como campo de concentración de prisioneros políticos. Esto, pese a haber recibido el apoyo de esa colectividad, durante la campaña presidencial.

Hacia 1956, Carlos Ibáñez del Campo volvió a utilizar la cárcel de Pisagua, como recinto de detención de presos políticos, pero por su perfil homofóbico, junto con perseguir a militantes de izquierda, también las emprendió contra los homosexuales..

Pero no fue hasta 1973, tras el golpe cívico militar que encabezó el dictador Pinochet, que Pisagua escribe el episodio más gris de su historia.  Según el Informe Rettig, que reconoció el atropello a los derechos humanos, unos 500 prisioneros estuvieron en la cárcel del pueblo. Además, hubo alrededor de 40 mujeres que también padecieron del cautiverio político.

A mediados de los ochenta, cuando la protesta ciudadana recrudece en el país, exigiendo democracia, Pisagua nuevamente es usado para albergar a prisioneros políticos. Esta vez y en dos ocasiones, fueron trasladados hasta el viejo puerto, personas, principalmente jóvenes, que participaban en las jornadas de protestas.

Hay un hecho de aquella época que marcó un hito a nivel internacional, -porque Pisagua siempre es de interés internacional-, cuando una de las jóvenes detenidas en el pueblo, es alertada de un llamado telefónico, en el único teléfono que había en el pueblo. Entonces va a atender el llamado que resultó ser de un medio internacional, entonces, estas nuevas detenciones salieron a la luz en todo el mundo.

CÁRCEL, HOTEL, PATRIMONIO

Así, después de haber sido cárcel y quizás en un intento de invisibilizar la historia, en las postrimerías del gobierno dictatorial, se inicia el proceso de enajenación del inmueble, pasando a mandos de una familia de Arica, que adquirió el recinto y lo transformó en hotel.  Sin embargo, aún cuando hubo hospedados, el negocio no prosperó.

Hoy, después de una larga lucha, las organizaciones de derechos humanos lograr que la cárcel vuelva al erario nacional. Es decir, el inmueble, declarado Monumento Nacional, en la categoría de Monumento Historio, según decreto de febrero de 2008, es adquirido por el Estado. Las gestiones para lograrlo en esta última la lideró la Corporación de Derechos Humanos y Sitios de la Memoria de Tarapacá, aunque el historial de lucha por parte de todas las organizaciones de DDHH, es larga hacia atrás.

Hoy, cuando la inscripción del inmueble se encuentra en la etapa de inscripción a nombre del Estado, todas las organizaciones se comprometen para rescatar este inmueble patrimonial, como sitio de memoria. Sin embargo, el pueblo entero es entendido como u lugar de memoria.

Cárcel de Pisagua vuelve a manos del Estado de Chile. Un hito más para la memoria y los derechos humanos

 

Una respuesta a “Triste historial de un pueblo hermoso: La cárcel de Pisagua se ha usado tres veces como campo de prisioneros políticos”

  1. E. Flores dice:

    Excelente crónica, sólo que aportar que, previo a la masacre de la oficina salitrera La Coruña en 1925, el entonces intendente Florentino Amengual había hecho detener a dirigentes pampinos y los tuvo secuestrados en Pisagua. Esta detención fue uno de los prolegómenos de la masacre.