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Un verdadero drama vive la familia de la profesora iquiqueña de 52 años, Jenny Manzo Cortés, cuyo estado entró en fase crítica, ante la... Inconsciente, con respirador artificial y sometida a diálisis se encuentra profesora iquiqueña Jenny Manzo, que aún espera que donación de un hígado le salve la vida

Un verdadero drama vive la familia de la profesora iquiqueña de 52 años, Jenny Manzo Cortés, cuyo estado entró en fase crítica, ante la imposibilidad que se le haya podido trasplantar el hígado, ante la falta de donantes. Internada en la UTI de la Clínica Dávila en Santiago, se encuentra inconsciente, conectada a respirador artificial y sometida a diálisis, ya que sus riñones se encuentran dañados. En la imagen de archivo, se muestra cómo lucía cuando le sobrevino la crisis. Hoy su estado de un gran deterioro

Su esposo Williams Sembler Pino, destacado profesor pampino, se encuentra en Santiago, desesperado y tratando de hacer conciencia sobre lo importante que es donar órganos, para salvar vidas. Para Jenny, la situación es cada minuto más grave. “Esto implica un desgaste emocional, familiar; un desgaste humano tremendo y también un desgaste económico, porque enfrentar éstos que estamos viviendo, es muy difícil”, señaló Williams Sembler.

Añadió que pese al negro escenario, no pierde las esperanzas que laguna familia generosa, ante una situación fatal de un ser querido, acepte la procuración de un órgano. “Somos muy cristianos y confiamos que la solución llegará. Sin embargo, este tema que hoy nos afecta como familia, es un tema país, porque en Chile no hay mucha conciencia para donar órganos. Y donar órganos, es donar vida”.

El profesor, en Santiago, ha golpeado as puertas de los medios nacionales, especialmente de la TV, para que ayuden a sensibilizar a la comunidad.

Jenny padece de un cirrosis hepática de origen autoinmune, que le diagnosticaron hace 20 años. Estuvo bajo tratamiento médico, llevando una vida ajustada a su salud, especialmente basada en una buena alimentación, sin excesos. Tampoco consumía alcohol ni abusaba de medicamentos, pero la enfermedad lentamente avanza hasta que se acentúan sus síntomas, como la ascitis, que es la acumulación de líquido en el abdomen, ante la imposibilidad que el hígado cumpla su función.

Además, encefalitis hepática que se producen por la incapacidad de eliminar las toxinas del organismo, como ocurre normalmente en una persona sana. Esto provoca incluso pérdida de conciencia, como sucedió muchas veces con Jenny.

Otro problema es la baja extrema de las plaquetas, por lo que se requiere de permanentes transfusiones de éstas. Sin embargo, las plaquetas ajenas, viven poco tiempo en el organismo que las recibe.

Finalmente e van produciendo fallas sistémicas que afectan los distintos órganos. En el caso de Jenny, sus riñones ya no funcionan normalmente por lo que requirió de diálisis. Todo esto la mantiene en estado extremadamente grave. Sólo la procuración de un hígado, pronto, le puede salvar la vida.

Si lee esta nota y siente sensibilidad por el tema, comparta y converse en su familia, porque como dice Williams Sembler, donar órganos es salvar vida. Y a Jenny Manzo, se le está acabando el tiempo.

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