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Anyelina Rojas V.- Lo que quería Miguel Angel Allendes, al reencontrarse formalmente con Iquique, era estar entre amigos y cantando para ellos; con la... Emotivos momentos en recital «Entre Amigos» del iquiqueño Miguel Ángel Allendes que cambió su vida y se instaló en la tranquilidad de Cucao, Chiloé

Anyelina Rojas V.- Lo que quería Miguel Angel Allendes, al reencontrarse formalmente con Iquique, era estar entre amigos y cantando para ellos; con la espontaneidad, los efectos de la gripe y su impulsivo carácter que lo hicieron salirse de la pauta de la producción, a cada rato. Y lo hizo, porque en un repleto Salón Tarapacá, logró convocar a sus antiguas amistades para tener una emotiva velada.  «No creo que ustedes vayan a Chiloé a verme, y menos todos juntos; por eso vine yo porque no creo que sea posible estar así, todos juntos como esta noche», dijo con su tono característico.

El recital fue cantado y hablado. El relato se transformó en una tertulia con sus amigos, donde, claro, sólo habló él porque era suyo el recital. Contó que no habiendo nacido llegó a Iquique, donde vino tras su madre, de la cual no se separó hasta la muerte. Acá desarrolló su carrera profesional trabajando en distintos medios y como corresponsal. Más tarde se fue a trabajar a La Cuarta, pero obviamente, en vez de encontrar tranquilidad en Santiago, se sintió más agobiado.

Así, sin más que pensar y teniendo claro lo que quería, se fue a Chiloé donde instaló su emprendimiento turístico «El Fogón de Cucao», el que él mismo gestiona y trabaja. Y lo mejor, dice, es que vive rodeados de montañas, la inmensidad del mar y la quietud del lago, a los pies de su casa. Tiene hermosos jardines y cultiva sus propios alimentos.

EL RECITAL

Para sacar adelante este sueño, encontró el apoyo de muchos de sus amigos. Así, en el piano lo acompañó Mario Villalba; en el canto, dos de sus hijos, Carlos Alberto y Pedro Pablo quienes viajaron en forma relámpago para acompañarlo. Es que hace 10 años que no cantaban juntos, por eso, fue emotivo también el reencuentro familiar.  En la producción general, estuvo Mario Cruz Bustamante, un perfeccionista que debió lidiar contra la espontaneidad del cantos, durante el recital. Pero todo salió muy bien.

También agradeció el apoyo de la Municipalidad de Iquique, por facilitar el uso del Salón Tarapacá.Antes de iniciar el canto, Miguel Ángel presentó un diaporama, preparada por Elías Fernández, gran camarógrafo,  iquiqueño, que unió las imágenes de muchos de los que ya partieron. Muchos de los asistentes eran amigos o familiares de los homenajeados.

Cuando la emoción estaba al máximo, los hijos pidieron cantar el cumpleaño feliz a Miguel Ángel, quien justo estaba de cumpleaños. Apagó las velitas, se despidió de sus amigos y finalmente bajó del escenario para darle a cada uno, un apretón de mano un beso y un abrazo. «Ahora los espero en Cucao», señaló.

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