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Un compromiso constante con la artesanía textil aymara es el que mantienen las tejedoras de las comunas de Camiña, Huara, Colchane y Pozo Almonte,... Tejedoras aymaras mantienen sentido identitario mediante sus creaciones expuestas en Mercado Campesino

Un compromiso constante con la artesanía textil aymara es el que mantienen las tejedoras de las comunas de Camiña, Huara, Colchane y Pozo Almonte, que participaron en el Mercado Campesino, versión textil, que organizó el Instituto de Desarrollo Agropecuario, INDAP y que se realizó en Mall Plaza Iquique.

Participaron diferentes talleres y agrupaciones de artesanas, algunas con años de trayectoria y reconocimiento y otros grupos que conforman más tejedoras, que de una u otra forma buscan nuevos espacios y formas de asociatividad para seguir desarrollando su ancestral legado, la textilería aymara, reconocida por su excelsa calidad y tiempo que demora para trabajar cada una de las delicadas prendas.

Machaq Warmi Sawurinaca (“Nuevas mujeres tejedoras” en aymara) es el nombre de una agrupación de Camiña que lleva trabajando poco más de un año, según relatan dos de sus integrantes, las tejedoras Marina Choque Mamani y Lady Challapa Castro, quienes integran el taller junto a 14 mujeres más de la mencionada comuna.

“Todas tejemos hace muchos años, pero solo hace como un año que comenzamos a juntarnos y agruparnos de verdad” recuerda Lady, quien asegura que lo que las motivó fue la asociatividad y sobre todo asegurar que su ancestral legado perdure. Agregó que desde que comenzaron, se han enfocado tanto en mantener los tejidos tradicionales, así como también en incorporar innovaciones en las técnicas de textilería.

Es así que llegaron a esta versión del Mercado Campesino con una gran oferta de ponchos, ruanas, chales, ponchos y también venden bajadas de cama y ‘caminitos’ (decoraciones que se usan como centros de mesa).

Lady Challapa comentó que han trabajado harto en mejorar sus técnicas. Es por ello que, para teñir las prendas elaboradas con llama de camélidos, usan tanto anilinas (de origen sintético) como yerbas del altiplano, siendo la Sorona (Tessaria absinthioides), una de las que más prefieren, pues entrega un suave y natural color verde musgo.

Las artesanas argumentan que hacen los estampados con las mismas hojas, “así que cada prenda es única. Aunque quisiéramos replicarlas, no podríamos”. Marina Choque agrega que su trabajo generalmente tiene mayor valoración por parte de los turistas, quienes no suene encontrar este tipo de prendas en sus territorios de origen.

Lugar permanente

Ambas tejedoras coinciden en la necesidad de contar con un lugar permanente para poder mostrar y vender sus prendas. “Tenemos muchos tejidos, pero pocos lugares de venta”, asegura Marina. Es por ello que agradecen esta iniciativa de INDAP, que mensualmente se instala tanto en sus dependencias como en otros espacios, como centros comerciales, para potenciar los circuitos cortos de comercialización y que el cliente adquiera todo directamente a manos del productor.

Generalmente los espacios son compartidos con usuarios que ofertan hortalizas y procesados, pero cada versión cuenta con locales de venta para la artesanía textil aymara, para reforzar la importancia de conocer todo lo que proviene de la Agricultura Familiar Campesina, como en este caso, los tejidos aymara fabricados principalmente con lana de llamas y alpacas.

Desde INDAP Tarapacá, aseguraron que trabajan para instalarse por lo menos una vez al mes con el Mercado Campesino en sus distintas versiones, para asegurar rotación de usuarios y ayudarlos a generar mayores redes que ayuden a mejorar su calidad de vida en la ruralidad.

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