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Sergio Escobar Jofré/ Académico Facultad de Comunicaciones, U.Central. La filtración del contrato del Director Ejecutivo de TVN, Jaime de Aguirre, es más que la constatación... TVN: secuestrada por los partidos políticos

Sergio Escobar Jofré/ Académico Facultad de Comunicaciones, U.Central.

La filtración del contrato del Director Ejecutivo de TVN, Jaime de Aguirre, es más que la constatación y la evidencia de los problemas, incertidumbre y falta de una adecuada conducción del canal público.

Hace tiempo hemos sido testigo, a través de medios de prensa, de infructuosos esfuerzos por sacar adelante la estatal, que en el contexto de la crisis de la televisión abierta, no ha podido repuntar y sigue a la deriva. En los últimos 5 años ha tenido cuatro directores ejecutivos, lo que da cuenta del problema de incertidumbre permanente que ha soportado la estación y sus trabajadores.

A lo anterior, se suma el desafió de la creación de un canal cultural y la inyección de US$47 millones. Recursos que a la vista podrían tener mejor uso.

Reconozcamos que todos los gobiernos han coteado con distintos representantes de partidos políticos su administración, en muchos casos con personas que no son expertos ni conocedores de la industria de la comunicación televisiva, salvo honrosas y particularidades excepciones.

La TV abierta se ha vuelto más desafiante, debido a las necesidades específicas de contenidos para audiencias que son más exigentes y la llegada de otras plataformas digitales de comunicación. Nadie podría negar que esta industria es compleja y competitiva, y lo obvio, lo que haría cualquier controlador, es buscar talentos a la altura de los desafíos, dando viabilidad comercial y garantía a sus accionistas, en este caso, todos los chilenos.

El tema es que durante mucho tiempo esta empresa pública ha sido mal administrada y secuestrada por los partidos políticos, lo que significa que ha ido perdiendo su rol y valoración pública. Tal vez la solución es modificar la designación de su gobierno corporativo por un sistema de alta dirección pública, como el caso de Enap o Codelco, que dé garantía a todos los chilenos que será administrada por personas altamente calificadas y conocedores de la industria.

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