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Luego de meses jugando al misterio respecto a su futuro político, algo que para pocos chilenos era un misterio tal como sucedió también con... Ignorando acusaciones en su contra, Sebastián Piñera oficializa su segunda candidatura presidencial Maximiliano Alarcón

Luego de meses jugando al misterio respecto a su futuro político, algo que para pocos chilenos era un misterio tal como sucedió también con el retorno de Michelle Bachelet, el ex presidente Sebastián Piñera finalmente encabezó anoche el acto simbólico con que oficializó su candidatura a La Moneda para las elecciones del presente año.

El evento se llevó a cabo en el parque Quinta Normal,  con un escenario y pasarela rodeada de sillas en las que estaban sentados los líderes de los partidos de derecha y autoridades, tanto parlamentarias como municipales, de ese sector. Si bien durante los días previos desde Chile Vamos hablaban de una proclamación ciudadana, la realidad fue un acto cerrado para alrededor de 2.000 personas que fueron invitadas por los partidos y por una de las fundaciones del ex mandatario, Avanza Chile.

Esta restricción de acceso tal vez se debió  al llamado hecho por algunos sectores para funar la proclamación de Piñera, lo que efectivamente se concretó, con cerca de 30 personas gritando “se siente, se siente, Piñera delincuente”. Pero dentro del parque, y gracias a la fuerte presencia de Carabineros, los adherentes del candidato derechista agitaban sus banderas y daban muestras del perfil político que representa el también empresario. Luego de un “ceacheí” lanzado por el ex minero de los “33”, Mario Sepúlveda, varios seguidores de Piñera finalizaron con un “viva Chile y Pinochet”.

Luego de estas palabras de su esposa, Cecilia Morel, Piñera ingresó al escenario para dar comienzo a su discurso, el que tuvo muchas semejanzas con el estilo de su campaña anterior, asegurando que en nuestro país cada vez crece más la delincuencia, la drogadicción y el terrorismo. También repasó, como lo hicieron todos los representantes de Chile Vamos que acudieron a la cita, al gobierno de Michelle Bachelet, señalando que el país “perdió el objetivo de ser el primero en alcanzar el desarrollo en América Latina”, una meta que también se había propuesto su primer gobierno. Pero algo en lo que fue escueto fue al hablar de la separación de sus negocios con la política. Aseguró que irá “más allá de la ley” de ahora en adelante para separar sus negocios de su actividad política, puntualizando en que no participará en las decisiones de ninguno de sus múltiples intereses financieros.

El candidato multimillonario, cuyo patrimonio figura entre las 500 principales riquezas del mundo, también se quejó de una supuesta “campaña sucia” en su contra. Esto en referencia a una serie de revelaciones periodísticas que muestran la manera en que su empresa matriz Bancard ha operado al filo de la ley para evadir impuestos, conquistar nuevos espacios de negocios usando prácticas anticompetitivas, o aprovechar la coyuntura internacional e información privilegiada para enriquecerse, incluso estando en La Moneda entre 2010 y 2014. “Mi familia y yo hemos sido víctimas permanentes de esta inescrupulosa y a veces canallesca campaña sucia”, afirmó el ex Presidente, en referencia a indagaciones de la fiscalía que lo vinculan al caso Soquimich y otros negocios y transacciones dudosas.

En la misma línea, y a propósito de la réplica entregada por Bolivia en la demanda marítima en La Haya, Piñera aseguró que él es un defensor de la soberanía de nuestro país, pero no mencionó algo específico sobre sus inversiones en la pesquera peruana Exalmar, en tiempos en que Chile enfrentaba una disputa territorial con Perú cuando él ocupaba La Moneda.

El escenario actual que vive la política nacional, con sus partidos tradicionales inmersos en escándalos judiciales, es algo que causa preocupación también en el sector de Piñera. Para esto, el ex mandatario expresó que en nuestro país existe un “ambiente de divisiones sin fundamentos”, en donde, según él, se ha instrumentalizado a la fiscalía y al poder judicial para atacar políticamente a los adversarios, insinuando que él sería una de esas víctimas.

Al hablar de propuestas de políticas públicas, su discurso se centró en recuperar el  crecimiento y el rumbo del país, delineando los tres principios que guiarán su programa: “Libertad, justicia y progreso”.

Las críticas al actual gobierno de la Nueva Mayoría dominaron los discursos de todos los oradores, y a su turno Piñera aludió directamente a la Presidenta Bachelet al afirmar que “tenemos que desterrar la cultura del ‘cada día puede ser peor’”, en referencia a una frase pronunciada por la mandataria el año pasado.

Con todo, en lo que tal vez sea un reflejo del desgano y creciente desprestigio de la política que ha dominado el país en el último cuarto de siglo, la puesta en escena y el fervor de este anuncio fue bastante más sobrio del que el propio Piñera y sus partidarios realizaron el año 2009.

FUENTE:  DiarioU.deChile

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