ZOFRI: otro abandono del centralismo a sus regiones extremas
Opinión y Comentarios 22 junio, 2016 Edición Cero
Víctor Guerrero Cossio/ Sociólogo, Académico UNAP
Razones históricas profundas explican la falta de visión del Estado de Chile para sus regiones: seguramente causadas por la incorporación tardía -fines del siglo XIX- a la creación de la nacionalidad por parte de sus territorios de los extremos norte y sur.
Sin embargo, también hay razones más recientes que causan esta falta de atención a los problemas y necesidades de las regiones, siendo muchas veces políticas y económicas tras beneficios de la capital o regiones del centro de Chile –cuna de la nación chilena- o también a grupos sociales de ellas.
En la actualidad, nuevamente la región de Tarapacá y en particular Iquique, su capital, ha sido objeto de esta falta de consideración por sus reclamos a los problemas económicos que enfrenta.
¿por qué el Estado de Chile no atiende nuestras urgentes y justas aspiraciones?
En 1907 no atendió a los obreros salitreros y los masacró, no sólo en la escuela Santa María.
En 1964 pasamos hambre y nos hizo salir a la calle con banderas negras.
En el 2000 tuvimos que hacer paro regional y defender el puerto.
Hoy no reactiva la ZOFRI y además promueve una ley de modernización de Aduana, que amenaza con eliminar privilegios arancelarios que sostienen la zona franca.
Esto no ha sido casual ni infortunio y muestra que los intereses del centro del país y sus grupos de poder están primero, dando hoy un puerto en Antofagasta donde grupos políticos y económicos afines están más asentados. Por ello dan a Mejillones lo que nos niegan a nosotros.Y promueven una modernización de aduanas funcional al TPP y con ello a los grupos económicos transnacionalizados, como lo requiere este Acuerdo Transpacífico, para que se constituyan depósitos Francos en todo Chile, quitando ese privilegio a ZOFRI y restando su competitividad.
El llamado a movilización de los trabajadores, empresarios y autoridades de Iquique, hoy, como ayer, muestra que la unidad y acción social ha sido el instrumento más eficaz para romper la falta de respuesta del Estado, especialmente cuando los partidos políticos no canalizan adecuadamente los intereses ni urgencias sociales.