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Pablo González Barriga/ Director Ejecutivo Arica y Tarapacá, Fundaciones Hogar de Cristo ¿Qué haces cuando alguien te pide una moneda en un semáforo? Muchos suben el... Justicia Social: Una fecha  que no es indiferente

pablo gonzalezPablo González Barriga/ Director Ejecutivo Arica y Tarapacá, Fundaciones Hogar de Cristo

¿Qué haces cuando alguien te pide una moneda en un semáforo? Muchos suben el vidrio, otros bajan la mirada y algunos siemplemente hacen como si no existieran. Esta escena la podemos ver a cada minuto por las calles de nuestro país. ¿Qué hace que, sin quererlo, pasemos a llevar la dignidad de otra persona? ¿Seremos conscientes de esto?

Este es uno de los tantos ejemplos que dejan en evidencia el poco valor que le damos como sociedad a la Justicia Social. Este concepto que hace mucho escuchamos, pero que pocos lo entienden del todo. La justicia social busca la igualdad de género, el respeto por los derechos humanos, y la eliminación de las barreras que enfrentan las personas por motivos de género, edad, raza, etnia, religión, cultura o discapacidad. Estas limitaciones son las que nuestros más de 21 mil acogidos intentan sortear diariamente, y que forman parte del núcleo dónde nace la verdadera lucha contra la desigualdad, lo que nos mueve a proteger la dignidad de las personas sea cual sea su condición.

Por esto es que en 2007 las Naciones Unidas proclamaron el 20 de febrero como el Día Mundial de la Justicia Social, ya que ellos consideran que es esencial para promover el desarrollo y la dignidad humana. Dos conceptos que para nosotros como Hogar de Cristo, van de la mano. Si no protegemos la dignidad, no nos liberamos de los prejuicios y no somos incluyentes, difícilmente lograremos una sociedad más justa.

Como Fundaciones Hogar de Cristo tomamos este día no sólo como un concepto en nuestro compromiso para la superación de la pobreza, sino como una causa que nos insta a seguir trabajando por aquellos con los que nadie más está. Movilizando a los chilenos para entender que sólo si nos ponemos en el lugar del otro podremos canalizar el descontento que nos producen las injusticias que a diario se revelan. Creemos que para el desarrollo de una sociedad es necesario proteger y ser conscientes del cuidado de la dignidad de las personas en todo aspecto, desde el trato que podemos tener con alguien que nos topamos en la calle pidiendo limosna o la desigualdad en los sueldos de miles de trabajadores.

 Porque tal como dijo el Padre Hurtado, “la pasión por la justicia estalla con fuerza devastadora”, encaucemos los esfuerzos para reparar en parte las desigualdades que diariamente afectan a millones de personas en Chile y brindarles así las condiciones mínimas para poder llevar una vida digna en un país más justo, inclusivo y solidario.

 

 

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