Bolivia: Se impuso el No a la repostulación
Actualidad 24 febrero, 2016 Edición Cero
Cuando Katia Uriona, presidenta del Tribunal Supremo Electoral, superó su cara de cansada para anunciar que el No se impuso en el referéndum Constitucional, por un 51,31% cerró la puerta a la repostulación de Evo Morales y Álvaro García Linera en 2019 y abrió la puerta al festejo del medio centenar de opositores que se encontraban en la sala sucrense. “Bolivia dijo No, Bolivia dijo No”, coreaban, interrumpiendo a la presidenta.
Eran las 23:11 de ayer(Martes 23 de Febrero), apenas dos días después de terminada la votación, el Tribunal tenía los datos finales. Para que proclamen los resultados falta repetir la votación en 24 mesas de Santa Cruz (poco más de 5.000 electores) y una en La Paz. Entre ambas regiones suman un 0,08% del padrón: el rechazo es irreversible.
Emoción
Uriona fue la vocera de los resultados y casi rompe a llorar cuando confesó que este proceso había “desafiado al máximo las capacidades del Órgano Electoral”. En ese momento, los opositores, los mismos que habían denunciado fraude y levantado la voz contra ellos en las últimas 48 horas, los premiaron con un aplauso.
“Consideramos que no solo hemos cumplido con el compromiso asumido, sino que hemos avanzado, con todos los bolivianos, en el fortalecimiento de la democracia”, agregó.
A los magistrados del TSE les tocó una tarea compleja ante las presiones de ambas opciones. Se impuso el No por una nariz, pero eso no evitó que las presiones les lleguen.
Ayer, el vicepresidente, Álvaro García Linera, desde La Paz, denunció que la oposición estaba montando un fraude contra el voto del campo. Uriona prefirió no responderle.
Más cerca, a solo 50 metros de la puerta del Tribunal Electoral Departamental de Chuquisaca, que fue sede del conteo, un grupo liderado por el diputado de PDC Horacio Pope Inch denunciaba “fraude estructural” y rompía el silencio capitalino a punta de cohetazos. La respuesta fue redoblar la seguridad.
Ni siquiera la revisión de las actas observadas fue un hecho pacífico. Con los pasillos del TED atestado de oficialistas y opositores, los magistrados rechazaron una a una las observaciones del oficialismo, hasta que su delegado abandonó la sala, frustrado. La mayoría eran problemas aritméticos, malas sumas de jurados electorales, que eran subsanadas en mesa.
Con todo esto, las 25 mesas faltantes serán anecdóticas. El No ya ganó con poco más de 135.000 votos, equivalentes a menos de la mitad de la población del Plan 3.000. Ahora, en los casi cuatro años que faltan para volver a las urnas, oficialistas y opositores deberán reinventar el campo político boliviano.