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Cambio21/ En octubre del año pasado el juez Alejandro Madrid asignado en exclusiva al caso Frei Montalva, cerró el sumario por establecer que los... Caso Frei Montalva: con retratos hablados buscan a enfermeras asesinas

freiCambio21/ En octubre del año pasado el juez Alejandro Madrid asignado en exclusiva al caso Frei Montalva, cerró el sumario por establecer que los más de 47 tomos y cerca de 14000 hojas del expediente, además de las decenas de cuadernos secretos, ya habían permitido dar con gran parte de la verdad, aunque no con todos los responsables del magnicidio, dada las trabas que desde el Ejército y el hospital de la Universidad Católica se han opuesto. No fueron de la misma opinión algunos de los que son parte del proceso. Hubo quienes estimaron que aún se puede llegar más lejos.

La Corte da el vamos

Paralelamente, la defensa de uno de los procesados, el que fuera chofer del propio presidente Eduardo Frei Montalva y que se transformara en agente de los servicios de seguridad participando del magnicidio, Luis Becerra, había solicitado que se le declarara sobreseído del caso. El tribunal superior, por unanimidad, dio lugar a varias de las diligencias requeridas por los querellantes y mantuvo a firme el procesamiento del infiltrado Becerra.

La exsenadora Carmen Frei había vaticinado a Cambio21 que se reabriría el sumario porque en su parecer, existían varias diligencias que podrían permitir recalificar el delito de homicidio simple a homicidio calificado y ampliar los autos de procesamiento hacia otros responsables, como las ya no tan misteriosas enfermeras del DINE y del Hospital Militar que ingresaron subrepticiamente hasta la pieza misma del expresidente Frei e incluso lo inocularon de manera clandestina.

Al cerrarse el sumario, la familia y las otras partes tuvieron acceso a las diligencias. «La acuciosidad para investigar que ha demostrado el Ministro Madrid encargado de la causa, permite albergar esperanzas de que no solo se sabrá la verdad acerca de la muerte de mi padre, sino que además se podrá castigar a aquellos responsables que aún están vivos y muchos de ellos pasando desapercibidos en las calles e incluso en cátedras universitarias. De hecho, varias de las diligencias que habíamos solicitado con antelación, dado el secreto del sumario, ya habían sido realizadas por el ministro Madrid», asegura Carmen Frei, hija del expresidente, a Cambio21.

Ratificado, fue magnicidio

Lo más relevante al observar parte del expediente una vez que se alzara el secreto al cierre de la etapa de sumario, fue confirmar que por primera vez en la historia se había asesinado a un ex Presidente de la República. También fue confirmar la traición de aquel que había servido bajo su gobierno, el exsubsecretario de Salud Patricio Silva Garín, quien fue el que lo operó las 2 veces y es acusado de autor del crimen y del ex chofer personal y de su familia Luis becerra, quien era el delator de los movimientos y agenda de Frei.

Si bien la investigación determinó que en el homicidio participaron los 6 procesados actuales, sea como autores, cómplices o encubridores, es también evidente que otras personas actuaron en este magnicidio, como las enfermeras, por ejemplo y que todos estos no se mandaban solos, ya que sobre ellos existían otros, los autores intelectuales, parte del régimen que buscaba deshacerse de Frei porque amenazaba la continuidad de la dictadura.

«De hecho nuestros abogados han estado estudiando la petición de nuevos procesamientos e incluso cabe la posibilidad de que el juez lo haga de oficio en mérito a los antecedentes de la causa y sobre todo de la gran cantidad de carpetas reservadas que él maneja y que nosotros aún no conocemos», señala Carmen Frei a Cambio21. Como se recordará, la causa sobre el crimen de Frei está bajo el antiguo sistema en que no existían fiscales y audiencias públicas, sino que dos etapas, una de ellas la del sumario, que era secreto incluso para los querellantes. La otra es el Plenario, que comienza con la acusación, que es lo que viene.

Obstrucción del Ejército

«Lo lamentable es que a diferencia del crimen del dirigente sindical Tucapel Jiménez, en que alguien confesó haberlo cometido, en este caso el hermetismo de los involucrados ha dificultado llegar a establecer todas las responsabilidades, en especial de aquellos autores intelectuales tras el magnicidio. Es más, el Ejército no ha entregado toda la documentación que obra en su poder y que sí existe. Lo mismo el Hospital Clínico de la Universidad Católica, que por años ocultó la autopsia ilegal que se practicó a mi padre, en donde hasta hoy recién se supo que aún existen en ese lugar vísceras que no se han puesto a disposición de la investigación», señala la exsenadora.

«Al abrirse por la Corte el sumario, las diligencias que aún restan serán de rápida ejecución, por lo que es muy probable que este mismo año se dicte sentencia en contra de los actuales procesados y en contra de aquellos que puedan resultar responsables de acuerdo a los nuevos antecedentes. A mi juicio sí hay más culpables y si no los sindica en particular el juez, nosotros lo vamos a hacer en la etapa procesal correspondiente, porque el proceso antiguo lo permite», asegura la hija.

El abogado Nelson Caucoto quien también es querellante en la causa, no es tan optimista pero reconoce el progreso. «Lo que se obtuvo si bien no es un gran logro, sí permitirá avanzar en la determinación de la verdad. Hay que destacar que al cierre de la causa, todas las partes, el Consejo de Defensa del Estado, el Programa de DDHH del Ministerio del Interior, la familia y algunos de los querellados, apelaron para solicitar más diligencias. La Corte ordenó cuatro o cinco que permitirán aclarar algunos aspectos que hasta hoy están en la oscuridad», afirmó a Cambio21.

Cómo lo asesinaron

Desde luego ese es también otro de los progresos que tuvo la causa. Como se recordará, las primeras gestiones judiciales en el esclarecimiento de la muerte de Frei Montalva, se dieron en el marco de otra muerte, la del químico de la DINA Eugenio Berríos a manos de sus ex cómplices. Luego la muerte del expresidente se relacionaría con otro caso de similares circunstancias acaecido poco antes en la cárcel pública con ex prisioneros políticos a quienes se buscó matar mediante químicos como una prueba de lo que sería más tarde el magnicidio.

Con la convicción de la familia de que Frei Montalva había sido asesinado y con estos antecedentes relacionados, la causa adquirió identidad y se designó al propio juez Madrid a cargo de la investigación. El férreo silencio del hospital de la UC que practicó la autopsia clandestina y ocultó el protocolo bajo la denominación de NN y del Ejército que no ha informado acerca del actuar del DINE (Dirección de Inteligencia del Ejército) que participó directamente en el homicidio, según la causa, hicieron el caminar lento hacia la verdad y sobre todo los responsables.

Tal como lo informara en exclusiva Cambio21, las declaraciones de Andrés Valenzuela «el Papudo», un ex agente de seguridad que desertara entregando valiosa información de causas de DD.HH, a fojas 13191, con fecha 7 de marzo de 2014, dieron luz al juez acerca del método utilizado: «Estando yo en la Embajada de Chile en Perú, un colega de nombre Alex Carrasco, me comentó que su esposa habría escuchado en la Clínica que trabajaba (Santa María), que a don Eduardo Frei lo habían envenenado y que le habrían aplicado compresas infectadas en la herida dejada por la operación que le practicaron».

Las enfermeras asesinas

También se supo con qué lo envenenaron, se trata de una intoxicación causada por la toxina botulínica, una neurotoxina bacteriana producida por la bacteria Clostridiumbotulinum. La vía de intoxicación más común es la alimentaria,: por ingestión de alimentos mal preparados o conservados de manera inapropiada, pero también puede adquirirse la enfermedad por inoculación (inyecciones) o la contaminación de heridas abiertas (las vendas criminales).

Por eso es determinante saber quiénes son y cómo llegaron las famosas enfermeras a infiltrarse en la Clínica Santa María y que hoy están siendo buscadas con retratos hablados e incluso algunas ya están individualizadas. Una de las diligencias ordenadas en el proceso al reabrirse es justamente cotejar esos retratos con los médicos y personal de la época en la clínica por si son reconocidas.

El producto químico con que lo infectaron ya se encontraba en Chile y había sido probado con relativo éxito en los miristas de la cárcel pública y su mortalidad estaba comprobada en los presos comunes que habían resultado intoxicados como «daño colateral». La oportunidad no podía ser más propicia, pues Frei, el objetivo, se encontraba en la clínica hospitalizado, su acceso era fácil, no era la primera vez que los servicios de seguridad del régimen operaban en ese lugar. Por eso son importantes las declaraciones del «Papudo» Valenzuela acerca de cómo se logró envenenarlo.

Peritos ratifican

El expediente da cuenta de peritajes que acreditan el magnicidio. La liofilización es un procedimiento que consiste en deshidratar sustancias sin utilizar calor. Es decir, se congela, se somete a un alto vacío, se sublima el hielo y se deja seco el producto y convertido en polvo. De tal manera, resultaba fácil untar las vendas que cubrían las heridas del ex presidente, tal como lo relata «El Papudo».

Para efectuar la operación descrita por «El Papudo», era necesario que alguien tuviera acceso al ex presidente. Y ello fue fácil. Tanto así, que el procesamiento de algunos imputados lo fueron justamente por la falta de cuidado respecto al ex presidente. La Corte Suprema señaló en su oportunidad: «el médico (Patricio Silva) no otorgó a Frei Montalva el debido cuidado que requería la urgencia en que se encontraba».

A mayor abundamiento cuestionó «que tampoco hizo lo necesario para verificar si estaba siendo envenenado, que lo mantuvo en condición de pensionado en circunstancias que el estado del ex Presidente en ese momento era grave y, -finalmente-, que no ordenó la debida autopsia para determinar con precisión la causa de su muerte, permitiendo que se le practicara un embalsamamiento sin consultar a los familiares», asegura la hija del exmandatario.

No se trató de un único acto de envenenamiento, sino que de un procedimiento malicioso permanente destinado a infectar mortalmente en distintas oportunidades mientras estaba en la Clínica Santa María a Frei Montalva, el que vivió etapas de recuperación y recaídas justamente asociadas a la intervención de terceros.

Lo intentaron matar más de una vez

Ya habían atentado contra Frei Montalva, sin éxito, al colocar una bomba idéntica a la usada en contra de Orlando Letelier, según consta en el expediente. Ello ratifica la información entregada en exclusiva por Cambio21 acerca del atentado mediante una bomba en el auto del expresidente, previo a su asesinato.

Es más, asegura Carmen Frei que en su casa «existía un teléfono cuyo número nadie sabía, por lo que solo se usaba para llamar y fue a ese número al que llamaron desconocidos tras el atentado para señalar «esta vez te salvaste, pero la próxima no», unido a insultos. El GOPE fue quien desmanteló el explosivo». La denuncia de la familia Frei a Carabineros dio lugar a un sumario que quedó en nada.

El nieto del expresidente, Eugenio Ortega Frei, señaló a Cambio21 que considera muy complicado llegar a determinar a todos los que participaron del crimen y sobre todo a quienes lo idearon y alentaron. «Es difícil determinar la ‘cadena de mando’ que estuvo tras esta operación criminal, sin embargo, es eso lo que la familia pretende obtener mediante esta serie de diligencias que se solicitaron y las que se puedan llegar a solicitar para dilucidar esta operación de inteligencia. Lo que queda claro, es que fue asesinado mediante envenenamiento», aseguró.

La traición de Silva Garín

El médico Patricio Silva Garín, quien fue subsecretario de Frei Montalva, participó además en las muertes de José Tohá y del general Augusto Lutz. Silva Garín fue integrante de la plana mayor del Hospital Militar. En 1966 participó en dos cursos en la Escuela de las Américas de Panamá, oscuro centro de entrenamiento de los represores de Latinoamérica.

Silva Garín es quien decide que Eduardo Frei Montalva debía ingresar a la Clínica Santa María. Pocos días después, el ex Presidente agrava su estado y comienza un cuadro febril por la infección a que había sido expuesto e ingresa al pabellón. Nuevamente, Silva Garín asume la operación. A su lado se ubica el doctor Eduardo Wainstein, cirujano gastroenterólogo y cancerólogo, entonces médico jefe de Cirugía del Hospital Militar.

Siempre se habló solo de esos dos médicos que participaron de la segunda y decisiva operación al ex presidente. Se había omitido el nombre del tercer profesional que llevó personalmente Patricio Silva Garín. De acuerdo al expediente, el equipo de policías que junto al ministro Madrid investiga la muerte del ex presidente, se trata de Rodrigo Vélez Fuenzalida, quien era por aquella época cirujano de urgencia del Hospital Militar, de la Clínica Santa María y también médico de la CNI.

Vélez era parte de la DINA, a la que ingresó en 1976, continuando su «carrera» en la CNI hasta 1982 y en el propio Ejército hasta 2004. Vélez participa en la operación que el 6 de diciembre de 1981 marca un antes y un después en la vida de Eduardo Frei Montalva y hasta hoy sigue impune, caminando quizás a su lado y sin que nadie lo note.

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