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Por Anyelina Rojas V.- Quien lo diría. Chile, Perú y Bolivia libran unidos  una nueva batalla. Pero no ocurre en la realidad, sino que... Magistral puesta en escena de obra  “La última batalla”, que  devela otra mirada de la Guerra del Pacífico

obraPor Anyelina Rojas V.- Quien lo diría. Chile, Perú y Bolivia libran unidos  una nueva batalla. Pero no ocurre en la realidad, sino que en la imaginería del dramaturgo iquiqueño Iván Vera-Pinto, que recreó la vida de tres veteranos del 79, uno por cada país y que, terminada la guerra y al pasar de los años, son héroes anónimos y olvidados que viven en la miseria, buscando un mendrugo de pan para no morir de hambre.  Es “la guerra contra el hambre”, en la “Ultima Batalla”.

Sin embargo, pese a ser un relato imaginario, da cuenta de una cruda realidad que efectivamente ocurrió, como lo presenta la obra. “Luchamos no por el pueblo, sino que para que los ricos tuvieran más”, dice Hipólito, el soldado chileno.

El discurso es compartido por los tres veteranos, que, aunque de bandos contrarios, comparten la miseria, el hambre y el olvido.

waldo chilenoEL CHILENITO

Con la picardía típica del chileno  y la “altivez”, que le inculcó su comandante, cuenta que fue enrolado en su ciudad, Talca, en el sur de Chile. Mentras ya se había desatado la llamada Guerra del Pacífico en el  norte, estaba en un  burdel disfrutando del licor y la compañía de las parroquianas,  cuando a punta de patadas, fue llevado por los militares a un caminón, junto a otros tanto como él. Despertó con uniforme y en viaje al teatro de guerra, Tarapacá, para librar cientos de batalla.

Hipólito es Waldo Aguilar Figueroa, un estudiante del último año de la carrera de Sociología de la UNAP, quien tuvo la inquietud del teatro y como  surgió la oportunidad, se inscribió sólo este año en el Teatro Expresión. Y allí se le abrió todo un mundo. Basta verlo en escena para comprender que lo suyo no es una simple inquietud, sino que hay un talento palpable, claro, visible, que se expresa en el manejo de la voz, en la corporalidad y la expresión.

Interpretó a un chileno, es decir a su misma nacionalidad, lo que podía hacer más fácil su rol; pero también el más difícil, porque la crítica era conocedora del tema.  Chilenos todos, pues.

TiburcioEL BOLIVIANO

Hipólito llega donde están los otros dos soldados, metiendo bronca, pero se inicia, finalmente, un diálogo que terminará en amistad  con los otros dos soldados; más aún, en hermandad.  En el hoyo del abandono, viviendo en la calle, se encuentra con el delgado Tiburcio, el más joven de los veteranos quien proviene de Bolivia y que luchó en la guerra por un mar que jamás conoció; sólo, al final de sus días, en sus difareos pre mortuarios.

En un tipo sencillo, que se enroló -en su caso voluntariamente-, a los 13 años, fue trompeta y tambor.  En una de las batallas, a los 18, una bomba le voló una de sus piernas. Ingenuo, sencillo, pacífico, cumple un rol fundamental para que se imponga la paz en el trío de veteranos y para que sumen sus esfuerzos en una batalla compartida.

Tiburcio es Andro Gárate Henríquez, estudiante de la carrera de Pedagogía en Inglés de la Unap, quien decidió tomar como electivo de su malla curricular, la asignatura de teatro. Así, hace dos años, conoció a Iván-Vera Pinto que los reclutó para la compañía teatral. Se siente muy bien actuando. De hecho, hizo su debut en “Desdicha Obrera”, junto a la Academia de teatro del Adulto Mayor. En las tablas, despliega su talento que le sale con inusitada fuerza

ivan v-pEL PERUANO

Respondiendo al llamado de su sangre,  -su a vuelo era peruano- el director y autor de la obra, Iván Vera-Pinto representa a un veterano del Ejército del Perú. Para qué decir de su actuación. Como “general” de las tablas, una vez más se luce, no sólo por su propio rol, sino por la forma cómo los estudiantes aprenden del maestro. Se luce Vera Pinto en el manejo expresivo; el uso de la voz y de sus posturas corporales.  Se incorpora tanto a su personaje, que es casi palpable en las butacas, sentir su olor de anciano abandonado.

Representa a Pascual, el más viejo y débil de los tres veteranos, quien perdió una de sus brazos en la batalla. El abandono y el hambre han causado estragos en su vida; exhausto, ya no puede vivir sin alimentarse; ni tiene la fuerza necesaria para emprender de buena forma la batalla contra el hambre. Sólo los difareos le dan la fuerza vital.

DISEÑO

Complementa la puesta en escena, el bien logrado trabajo de de diseño teatral, vestuario , escenografía, sonido y asistencia técnica, que realiza Jeannette Baeza.

VALE LA PENA

“La última batalla”  se presentará todos los sábados, a las 21.00 hrs. en la Sala Veteranos del 79. También se harán visitas a las escuelas y se considera un gira para Arequipa, Perú.

Es una obra que vale la pena presenciar, especialmente porque da una mirada distinta de un episodio de la historia nacional, que se ha transmitido mediante la educación, contando una verdad a medias.

LA CRITICA

gmo wardGuillermo Ward, otro grande del teatro iquiqueño. discípulo de Guillermo Jorquera, fue uno de las figuras del arte y la cultura local, que acudió al avant premiere de la obra de su colega. «Es interesante recordar parte de nuestra historia y darle fuerza a esta sala que tiene historia, con los veteranos del 79. Entonces se produce como una dualidad con lo que es la obra y esta sala. Sin duda que es un aporte».

Sobre el desarrollo de las tablas en nuestra ciudad, expresó que «el teatro lo veo bien en Iquique…  va muy bien, con la actividad que hay en las salas, porque hay actividad y mucho que mostrar, con propuestas tecnológicas de algunos grupos. Es es lo novedoso, porque se están aplicando nuevos conocimientos».

Teatro espontáneo es una de la línea que en forma pionera desarrolla hoy, Guillermo Ward junto a su compañía. Es una propuesta que tiene que ver con un teatro terapéutico y de la improvisación.

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