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Cambio 21/ Por Luis Casanova R.- La gran atracción será el debut de los ex líderes del movimiento estudiantil y la forma en que votarán... Congreso Nacional versión 2014-2018. Conozca lo que se traen los nuevos integrantes del poder legislativo

nuevos diputadosCambio 21/ Por Luis Casanova R.- La gran atracción será el debut de los ex líderes del movimiento estudiantil y la forma en que votarán los proyectos de ley que emanen de la Nueva Mayoría. ¿Cómo votarán los regionalistas Carlos Bianchi y Antonio Horvath? “Democracia Cristiana no va a aceptar mandatos ni tampoco presiones gubernamentales”, advierte vicepresidente DC.

Con el nuevo recuento de votos en el distrito que agrupa a las comunas de Frutillar, Llanquihue y Puerto Varas (región de Los Lagos), que finalmente le entregó el cupo a Felipe de Mussy (UDI) por apenas nueve sufragios, lo que impidió el décimo primer doblaje de la oposición y la llegada del DC Adolfo Vial al Parlamento (con apenas el 6% de las papeletas), terminó de estructurarse la composición del Congreso modelo 2014-2018.

En este contexto, la Nueva Mayoría totalizó 67 escaños en la Cámara Baja y la Alianza 14, a la vez que los independientes electos son 4. Por otra parte, en el Senado, el bloque Concertación-PC eligió 21 representantes, la derecha 16 y el independiente Carlos Bianchi mantuvo el cargo.

Con tales números, la expectativa sobre las posibles reformas en temas clave a discutir en el poder legislativo (impuestos y gratuidad en educación) es alta para la centro-izquierda, más aún si la abanderada Michelle Bachelet gana la segunda vuelta y vuelve a La Moneda.

Sin embargo, en los ítems referidos a los cambios o al fin del sistema binominal y la elaboración de una nueva Constitución (que requieren de acuerdos mucho más amplios) se anticipa un duro proceso de negociaciones y debates entre el futuro oficialismo, los sectores liberales de Renovación Nacional y los grupos más moderados de la Democracia Cristiana, sobre todo en asuntos valóricos, lo que anticipa una luna de miel con pocos días de asueto en Valparaíso.

«El 2006 no había proyecto»

Manuel Antonio Garretón, sociólogo de la Universidad de Chile, señaló en conversación con Cambio21 que «en este momento están todas las posibilidades para que a través del liderazgo de Michelle Bachelet, tras verse reforzado en la segunda vuelta, pueda cumplir con los cambios que ha propuesto, las que modifican el modelo económico y social, sumado a las reformas laborales y educacionales».

Según el analista, «son iniciativas que se pueden aprobar. Ahora, en el caso que no fueran sacadas en el Congreso, como pasará con algunas de ellas, serán las movilizaciones las que tendrán que apoyar estas reformas, haciéndole ver a la derecha que las opciones son dos: o rompen el sistema en pedazos o se allanan a acoger la voluntad popular mayoritaria que el binominal impida que se exprese».

Tomando en cuenta que en la anterior gestión de Bachelet (2006-2010) ya hubo una mayoría absoluta en el Parlamento y que ésta se quebró con el surgimiento de los díscolos de la propia Concertación, el académico explicó que entonces «no había un proyecto de cambio. Existía una cosa que se llamó gobierno ciudadano, que quería atender el descontento que había en contra de la política, pero no se tenía claridad de la necesidad de transformar a Chile, como sí lo ha dicho ahora Bachelet, lo que fue levantado por el movimiento social».

«Primero fue el 2006, con una señal que el gobierno de entonces no aprovechó bien y después con las protestas masivas de 2011», recalcó.

«Evaluación política más que eficiencia»

Manuel Arís, jefe de incidencia de la fundación Ciudadano Inteligente, alabó la llegada de cuatro nuevos diputados provenientes del movimiento estudiantil (Giorgio Jackson, Camila Vallejo, Karol Cariola y Gabriel Boric) y se refirió al cierto recambio que se dio en ambas cámaras del Congreso.

«Es una oportunidad para que las formas en las que se hace política se renueven; que ojalá que sea mucho más cercana para los electores y más próxima a la gente. Acá importa que no se entienda la idea de participación sólo cada cuatro años, sino que se fomente desde la autoridad de una manera más continua, siendo el objetivo que la ciudadanía tenga una capacidad de incidencia hacia quienes son electos», expresó para esta crónica.

«La camada de jóvenes que arribará al Parlamento en marzo de 2014 puede otorgarle ese plus a la actividad que hoy está tan desprestigiada», añadió.

Un Senado sin Escalona, Alvear, Sabag, Frei, Ruiz-Esquide, Novoa, Chadwick, Longueira, Matthei, Larraín (que asumió como suplente), Cantero y Küschel marcará el inicio de la próxima temporada legislativa.

Para Arís, «es parte de una renovación de liderazgos al interior de los sectores políticos. La Cámara Alta siempre ha sido un lugar donde los líderes de los conglomerados están. Y resulta que los nombres a los que estábamos acostumbrados a escuchar hace varios años se irán. Ya sea porque se hayan retirado o fueron derrotados en las elecciones, indica que también dentro de las coaliciones hay una necesidad de caras e ideas nuevas bien importante».

Sobre el producto que dejan los que se van versus el ímpetu de los que llegan, el sociólogo contestó que «eso lo vamos a ver cuando llegue marzo. No podemos anticiparnos. La gracia de la democracia es que se hace una evaluación política más que de eficiencia. Por ende, vamos a evaluar la calidad probablemente con el sentimiento y afinidad que tienen los ciudadanos con cómo actúan las autoridades elegidas».

¿Brilla el sol?

Con la supremacía que quedó establecida para la Nueva Mayoría en la nueva conformación del Congreso a contar del próximo año, serán los sectores afines al centro político los que tendrán la palabra a la hora de apoyar iniciativas con alto quórum legislativo, específicamente cuando la Alianza vote en bloque.

Uno de esos grupos lo encarna la Democracia Cristiana, que si bien está cuadrada con los elementos centrales del programa de gobierno de Bachelet, como lo afirmó el timonel del partido Ignacio Walker, tiene en los temas valóricos (aborto y matrimonio igualitario) una fuerte diferencia con sus pares de la coalición.

Ante esto, el diputado reelecto y vicepresidente de la falange, Fuad Chahín, afirmó a este medio que «nunca la DC ha sido un dique de contención con los cambios políticos, sociales y económicos del país. Por el contrario, es un promotor de los mismos. Lo importante es que se hagan siguiendo la institucionalidad. Por eso es que la DC da garantías en este aspecto».
«Con los temas valóricos, por su naturaleza, están en la conciencia de cada uno de los parlamentarios. Van a generar un polo de debate interno, pero aquí no caben órdenes de partido. La Democracia Cristiana no va a aceptar mandatos ni tampoco presiones gubernamentales», advirtió.

Para un anterior reportaje, el también diputado reelecto Pablo Lorenzini negó que la colectividad de Alameda 1460 pase a ser parte de una «nueva derecha» frente a los posibles intentos de «pasar la aplanadora» que vendría de parte de las restantes bancadas de la Nueva Mayoría.

«En el Congreso no somos yes man ni tampoco borregos que bajamos la cabeza por cualquier cosa. Sea el gobierno que sea, el Parlamento es debate y discusión. Obviamente que respaldamos a Bachelet, pero los proyectos de ley no son blancos o negros. Si viene una iniciativa, la acogeremos y aprobamos la idea de legislar, pero nosotros estamos para mejorarlo, porque existen puntos de vista distintos. Por ejemplo, yo soy regionalista y veré como afecta a mi zona. A lo mejor, otros analizarán sus intereses», anticipó.

Concordando con Chahín, el congresista del Maule aclaró que en lo valórico «no hay imposiciones. Esa es la libertad y democracia que tenemos aquí. Pasará con el aborto, donde algunos estarán a favor, pero con cambios a lo que se ha hecho hasta ahora en la legislación básica. Haremos nuestro aporte y buscaremos la manera de respaldar, pero no solamente diciendo sí o no. Eso no procede».

Regionalismo alzado

Los partidos ya están sacando cuentas sobre las futuras controversias legislativas que se efectuarán en el Senado y la Cámara. Y se sabe que en las iniciativas emblemáticas cada voto vale, y mucho. Es por eso que una vez las miradas irán dirigidas a los honorables que no militan ni en la Nueva Mayoría ni en la Alianza.

Por ejemplo, en la Cámara Alta, Carlos Bianchi estará más solo que nunca durante los próximos ocho años. No obstante aquello, el magallánico mantendrá a rajatabla su postulado: «independencia y voto con libertad».

La buena noticia para la centro-izquierda es que el hombre de la gruesa voz radial, en determinadas materias ligadas a cambios de fondo como el fin del lucro en la educación, se ha mostrado contrario a la derecha. De hecho, gracias a su postura la oposición logró destituir a Harald Beyer del ministerio de Educación tras acusarlo constitucionalmente en la Cámara Baja.

En tal sentido, el profesor Garretón considera que hay una concordancia entre Bianchi y el RN Antonio Horvath, sobre todo después que se reuniera con Bachelet y expresara cierta «convergencia» programática a la hora de tratar temas medioambientales vinculados a HidroAysén.

«Acá no hay ningún acuerdo de gobernabilidad ni nada por el estilo. Significa que estos sectores se sienten más interpretados por Bachelet, aunque la situación de Horvath es mucho más complicada, porque pertenece a un partido que tiene otra candidata. Lo más probable es que esto termine transformando a Horvath en un independiente y formando con Bianchi una bancada mucho más progresista», sentenció.

The real díscolos

De los cuatro ex líderes estudiantiles que saltaron al Parlamento, el más crítico sería Gabriel Boric (Izquierda Autónoma), electo por Punta Arenas. La primera prueba es que no llamó a votar por Bachelet en el balotaje y la segunda es que «con los principios no se transan». Por lógica, antes de apoyar los proyectos de la Nueva Mayoría analizará bien la situación, dado que por ahora los postulados que ha leído «son ambiguos».

Más comprometido con el establishment concertacionista está Giorgio Jackson (Revolución Democrática), ganador en Santiago, quien sí llamó a apoyar a la ex mandataria para el 15 de diciembre, debido a que ve una «oportunidad para generar transformaciones», aunque mantiene a flote sus reparos a lo que fueron los anteriores gobiernos del arcoiris.

En tanto, por su carácter orgánico, Camila Vallejo y Karol Cariola, elegidas en La Florida y Recoleta, debieran votar en el Congreso de acuerdo a los lineamientos que adopten la directiva y el comité central del Partido Comunista. La polémica rondará en el rol que ambas tendrán en el movimiento social y en las protestas callejeras que se susciten durante 2014, como lo confirmaron los máximos dirigentes secundarios y universitarios. «No es una contradicción estar en la institucionalidad y en la calle», notificó Cariola.

Para el final dos de regiones, la nuevamente reelecta Alejandra Sepúlveda (San Fernando) y Vlado Mirosevic (Arica). Mientras la ex militante del PRI y de la DC admitió cercanía casi total con Bachelet y su entorno, el timonel del Partido Liberal (ex ChilePrimero) que estuvo con Marco Enríquez-Ominami en la primera vuelta, anunció que votará «por las reformas, pero en la medida que realmente sean reformas», pero no dejando de lado su verdadero domicilio político: el centro.

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