Homenaje póstumo a P. Javier Aliz Chandía
Opinión y Comentarios 25 diciembre, 2013 Edición Cero
Leonel Reyes Fernández/Lic. en Ciencias Religiosas, Técnico en Prevención, Diplomado en Derechos del Niño
Dedicado a Javier Aliz Chandía (QEPD) que partió de este mundo un 17 de agosto del 2004. Amigo y sacerdote iquiqueño que falleció en trágicos sucesos personales. Pero este desenlace mortal fue parte de otra historia de intrigas y presiones eclesiásticas por parte de las autoridades del Obispado de Iquique, de aquel entonces. Sólo Dios, Javier y algunos amigos cercanos saben de los pormenores de este desgraciado final.
Para los responsables directos de este drama, a la espera de la justicia divina por la soberbia del poder investido, por las indiferencias y discriminaciones impuesto por el clero diocesano, por las perversas interpretaciones que se realizaron de los hechos.
Para su madre, hermanas y hermanos nuestros profundos sentimientos de paz, solidaridad y reivindicación póstuma. Deseamos mejores días de consolación, aceptación y navidad interior.
Cuando escriba estos humildes versos;
Que no me sorprenda la muerte,
Cuando reciba de mi amada sus cálidos besos.
Que nos me sorprenda la muerte,
Cuando entone mi canción preferida;
Que no me sorprenda la muerte,
Cuando suspire mi amor por ella. “Que no me sorprenda la muerte,
Cuando llegue la linda primavera;
Que no me sorprenda la muerte,
Cuando comience una nueva era.
Que no me sorprenda la muerte,
Cuando hable con mi ángel guardián;
Que no me sorprenda la muerte,
Cuando me sienta infeliz. “OH, hermana muerte que a todos visitas, Nada sin ti podemos coexistir.
OH, hermana muerte que todos esperamos,
Sendero obligado que debemos seguir.
Hoy mi vida te espera ansiosa,
Como cual tesoro escondido.
Hoy mi vida sonríe graciosa,
Como cual antorcha gloriosa. “Pido, que me sorprenda la muerte, Mientras llega el nostálgico otoño.
Que me sorprenda la muerte,
Cuando no sea un tierno retoño.
Que me sorprenda la muerte,
Cuando llegue el noctámbulo atardecer.
Que me sorprenda la muerte,
Cuando al fin pueda renacer. “Sueño, que me sorprenda la muerte, Mientras atienda a mi hermano sufriente.
Que me sorprenda la muerte,
Cuando el ciclo de la vida concluya.
Que me sorprenda la muerte,
Cuando levante mis manos victoriosas.
Que me sorprenda la muerte,
Cuando sea un hombre senil. “OH, amigo querido, descansa en eterna paz. Que el juicio final más tarde que nunca un día llegará
Y el misterio de la fe se desvelará. “OH, amigo recordado descansa en divina justicia.
Porque los hombres de esta tierra cancelando sus deudas están
Y el tiempo sagrado de Dios está por llegar.