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Rigoberto Sánchez Fuentes,  Historiador. Magíster en Relaciones Internacionales En la anterior columna señala la pérdida de la ilusión de la oligarquía en las cualidades... Las Nuevas Estrategias

Rigoberto Sánchez Fuentes,  Historiador. Magíster en Relaciones Internacionales

En la anterior columna señala la pérdida de la ilusión de la oligarquía en las cualidades del equipo gobernante, cuestión graficada con la irrupción desembozada de los Matte en el debate público. Sin embargo, la carencia de ilusiones no significa rendición ante los adversarios políticos, más aún si estos manifiestan iniciativas de alteración del orden vigente.

Por ello, los antecedentes de Encuesta del Centro de Estudios Públicos, centro de estudio financiado, precisamente, por dichos empresarios, persuadieron al oficialismo respecto de por dónde ir en procura estabilizar la adhesión ciudadana y abrir perspectivas para la preservación del gobierno y del poder.

De este modo definieron como primer objetivo de la acción política menoscabar la imagen y atributos de gestión gubernamental de Michelle Bachelet, procurando, obviamente, restarle apoyo ciudadano, pero también, intentar disuadirla de una nueva postulación presidencial. El segundo objetivo consistiría en repolitizar a sus antiguos adherentes intentando convencerlos que aún existe capacidad de gobierno y posibilidades de competición presidencial. La eficacia de las acciones anteriores permitiría construir tiempo y espacio político para que Golborne se transforme en candidato presidencial.

Con dicha estrategia aspiran a mantener la proporción de alcaldes y concejales, a ejecutar una campaña presidencial competitiva y, en caso de derrota, garantizar una representación parlamentaria suficiente para bloquear la aspiración de cambio que se manifiesta de forma difusa en la sociedad.

En este escenario de lucha política, las apelaciones a las virtudes republicanas, al diálogo y a la construcción de acuerdos que se manifiestan desde la oposición, así como la defensa de la imagen y de la gestión de la ex presidenta parecen convenientes, pero notoriamente insuficientes.

Pareciera necesario para la oposición, por tanto, construir una estrategia que combine la confrontación democrática, la fiscalización exhaustiva y la movilización social, diversificando la práctica política-parlamentaria, ampliándola a las demandas ciudadanas y a la interlocución con las organizaciones socio-territoriales. Se requiere culminar el pacto municipal y consolidar la convergencia opositora en todas las comunas del país.

En dicho proceso, la oposición debería tener la capacidad para transformar la adhesión ciudadana que expresa Michelle Bachelet en unidad sociopolítica, en programa de transformación democrática y en diálogo social. Tareas inéditas que obligan a pensar y emprender múltiples acciones portadoras de futuro, a entrar en liza con el oficialismo y no sólo esperar que transcurra el tiempo político.

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