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Emol.cl   El presidente de la FEUC habla de los logros y frustraciones a siete meses del movimiento estudiantil. Giorgio Jackson, a dos semanas de dejar...

Emol.cl   El presidente de la FEUC habla de los logros y frustraciones a siete meses del movimiento estudiantil.

Giorgio Jackson, a dos semanas de dejar su cargo en la Confech:
«Me da miedo que no haya una solución… puede haber violencia, populismos o demagogia»

El presidente de la FEUC habla de los logros y frustraciones a siete meses del movimiento estudiantil.  

Valentina Pozo y Christian Rendic 

En dos semanas deja su cargo de presidente de la FEUC y, como consecuencia, su cupo en la mesa ejecutiva de la Confech. Giorgio Jackson, uno de los rostros más emblemáticos del conflicto estudiantil durante estos casi siete meses, repasa su período al mando del movimiento.

-¿Lo has pasado mal?

«Lo paso muy bien con esto. Muchas veces cansa, pero cuando se vuelve a lo que te motivó se recupera la fuerza. Cuando escuché a la rectora Alicia Romo me volvió la energía… Pensé ‘esto es lo que me motiva a seguir, no puedo permitir, no me gustaría que nuestra sociedad funcionara con esos valores’. Me gusta la tolerancia, pero el país no está apuntando en esa línea».

-¿Qué han conseguido en concreto tras estos casi siete meses de movilizaciones?

«Politización… la gente habla de política en la calle, esto no tiene que ver con algo partidario, sino con que se cuestiona a los políticos, se cuestiona el IPC, hay debate. La gente está desconfiando, se está cuestionando y es bueno que tome confianza y se vaya empoderando. Ahora entiende que democracia es más que sólo votar y eso es bueno (…) También creo que ahora hay un punto de no retorno en cuanto al rol, al menos en financiamiento, que tiene que cumplir el Estado en torno a educación y creo que va a haber más regulación respecto al sector privado. Hemos conseguido cosas, pero ha habido un temor muy grande por mover las bases fundacionales del modelo y esa es la frustración más grande que siento».

-Camila Vallejo cuestionó a la Concertación y dijo que estaba usando al movimiento estudiantil para recuperar legitimidad.

«Siempre hay gente que quiere tomar protagonismo, quizás de manera un poco demagógica, pero siento que los partidos de oposición no han querido meterse porque sienten culpa, sienten que han sido parte y responsables de lo que sucede hoy».

-¿No serían creíbles?

«Hay desconfianza, se asume que son parte de los que causaron el problema, los últimos 20 años tienen una responsabilidad clara en administrar este sistema».

-Pero igual tienen más sintonía con la Concertación.

Es que claramente no hay sintonía con la oposición, salvo en algunos casos particulares. Ahora, hablar de Concertación es hablar de un espectro muy distinto, que haya sintonía en algunos casos no quiere decir que el movimiento vaya a confiar a ciegas en la oposición política. Nuestro rol es fiscalizar, ya que todo cae por su propio peso.

-Al final, como Confech decidieron sentarse a conversar con los parlamentarios sobre la Ley de Presupuestos. ¿Hay más pragmatismo en esta etapa?

«Claramente los tiempos apuran. No es que se haya tomado la decisión ayer, con la Adimark dando vueltas, sino que debemos ser parte de la discusión y saber ser parte de los énfasis que hemos venido diciendo desde principio de año y plasmarlos, al menos, en indicaciones y glosas».

«Hay algo de pragmatismo, pero estaba planificado, ya que en Ley de Presupuestos íbamos a participar sí o sí. El pragmatismo tiene que ver con conciliar nuestra postura con lo que queremos a largo y a corto plazo».

-Ha habido fuga de alumnos y varias universidades y colegios han sufrido daños. ¿Asumen alguna responsabilidad?

«Estamos llenos de autocríticas, pero es importante graficar que el tema no depende mucho de lo que uno vaya a decir, tiene más que ver con lo que van a sentir los estudiantes de regiones o de los liceos periféricos, ya que ellos han decidido seguir movilizados. Cuando la desesperanza ya está en los estudiantes y uno les pregunta si quieren volver a clases, te dicen que para qué, si este círculo de drama social, delincuencia, desempleo, bajos sueldos y explotación laboral se repite».

«La autocrítica se da cuando tienes la posibilidad de hacer algo, pero cuando tienes algo tan arraigado dentro de cada estudiante movilizado, está fuera de tu control. Nosotros prendimos la mecha y ya explotó».

-Eso suena a que se están lavando las manos… Como dices, ustedes prendieron la mecha, pero también son líderes que podrían contener.

«La gente no se moviliza por nosotros. Quizá hemos tenido más espacios mediáticos para influir, pero no creo que sea por nosotros. Esto es algo que siempre me cuestiono y es un tema que me remuerde la conciencia, pero no son factores que dependan de mí, de mi capacidad, y por el rol que juego, surge un tema de frustración e impotencia, que después se canaliza en más energía para generar cambios».

-¿Dónde puede terminar todo esto si no se encauza bien? ¿Podría haber peligro de un desborde social?

«Tengo la misma preocupación de que esto puede terminar muy mal si es que la respuesta de las autoridades, ya sea el Gobierno y el Parlamento, no responde a la inquietud de mayor acceso a las oportunidades y menor desigualdad. El Gobierno ha sido sumamente represivo con las manifestaciones y eso genera un espiral de violencia y va haciendo que las movilizaciones sean una batalla, cuando debiesen ser una manifestación ciudadana».

«Si es que no hay una solución y hay una decepción fuerte del movimiento, si esto termina hundiéndose y gana la política de aplastar el movimiento estudiantil, quién sabe cómo va a regresar, porque eso no significa que acá la mugre se esconda bajo la alfombra y desaparece. Quizás crezca ahí algo mucho peor, y yo le tengo miedo a eso. Eso puede dar espacio a mucha más violencia, incluso a populismos o demagogia que no nos conduzcan a ningún lado. El costo de la estrategia que está ocupando el Gobierno puede ser altísimo».

-¿Se asume un desgaste en el movimiento?

«Hay que separar, es constatación de hechos que en términos de movilizaciones hay un cansancio, pero cuando yo digo que está más vivo que nunca es porque en distintos espacios el debate ha profundizado más. Antes era más superficial, pero hoy hay tanta reflexión que ha despertado interés en más aristas».

»Siento que los partidos de oposición no han querido meterse porque sienten culpa, sienten que han sido parte y responsables de lo que sucede hoy».

»Cuando tienes algo tan arraigado dentro de cada estudiante movilizado, está fuera de tu control. Nosotros prendimos la mecha y ya explotó».

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